La industria del secuestro S.A.
El precio de ser
millonario
José Steinsgler
Miedo y dinero, mucho dinero, se conjugan para que empresas de seguridad sean ya verdaderas multinacionales. Según Kroll Associates, una de las empresas con oficinas en cinco decenas de países del mundo -México entre ellos, donde la protección es cada vez más requerida-, el mundo empresarial gastará 70 mil millones de dólares anuales en seguridad, cifra que en el 2010 ascenderá a 200 mil millones
a relación entre inseguridad y modelo económico es proporcionalmente inversa y directa. Conforme el sector privado liquida al sector público crece la inseguridad. Si los pobres reciben menos del pastel, los menos pobres se ilusionan con dejar de serlo. Si los menos ricos simulan ser ricos, los ricos estimulan la industria que lucra con el secuestro de los suyos.
Alistándose para luchar entre ellos, los pobres compran candados; los menos pobres instalan alarmas que se descomponen; los menos ricos meditan en el Tepozteco qué les pasa, y los ricos contratan seguros cuyo valor dependen del clima de inseguridad y el miedo.
La desigualdad norte-sur incide en el costo de los seguros contra secuestro. Una familia de un acomodado suburbio de Londres puede pagar entre 300 y 500 dólares anuales por una cobertura de un millón de dólares. Pero en Colombia, una de igual condición desembolsará 25 mil dólares anuales.
Las pólizas incluyen monto de rescate, accidente individual producido durante el secuestro, pérdida de dinero, gastos de representación de la agencia, honorarios de un negociador independiente, cuidados médico y psiquiátrico, asesoramiento jurídico, sueldo que haya dejado de percibir el secuestrado, intereses sobre préstamos obtenidos para pagar el rescate, comunicaciones, equipos de grabación y gastos de publicidad.
El negocio rinde. En el periodo comprendido entre 1980 y 1994, 90% de los 2 mil secuestrados en México sobrevivió después de pagar o negociar rescates por decenas de millones de dólares. Los secuestros de alto perfil andan por arriba de 100 mil dólares. La táctica es pedir 10 millones para finalmente pactar 5 o 6% de lo requerido inicialmente.
En 1927, tras el secuestro y asesinato del hijo del aviador Charles Lindbergh, la firma Lloyd's -de Londres- creó el concepto de seguro y rescate.
Lloyd's trabaja con la agencia Control Risks, que ha encarado y analizado miles de secuestros en el mundo.
Control Risks es dirigida por Kenneth Newman, ex funcionario de Scotland Yard en los ochenta. La empresa ofrece asesoría tanto para el manejo de la crisis como para los posteriores tratamientos físico y psíquico de la víctima.
En América Latina, Control Risks compite con la estadunidense Kroll Associates, que cuenta con 51 oficinas en el mundo, siendo las principales las de Hong Kong, París, Colombia, Brasil y México.
Jules Kroll es un típico exponente de los ex responsables de los servicios de inteligencia de los países ricos. Con el fin de la Guerra Fría, los antiguos espías crearon empresas que se fijaron como meta ofrecer al sector privado el talento que hasta entonces habían reservado al Estado.
Kroll fue subprocurador de la ciudad de Nueva York y ex agente de la CIA, la FBI y la DEA. Desde 1972 su especialidad es un tipo de investigación empresarial que con apoyo de centenares de bases de datos rastrean lo solicitado por sus clientes: particulares, empresarios y gobiernos que desean conocer la solvencia de sus socios, la penetración del narcotráfico en sus empresas y las personas que roban secretos industriales.
El grueso de los empleados de Kroll proviene de fuerzas policiales o judiciales. Presumen de no usar armas y de extrema discreción. Saben que las personas que se dedican al secuestro y a la extorsión no son delincuentes o espías comunes, y que el delincuente puede tener un aspecto tan honorable como el de ellos o el del especulador financiero que hunde en la miseria a sociedades enteras.
A fines de la década pasada, Kroll participó en los escándalos de Wall Street y llevó a la cárcel a varios ejecutivos. La empresa es famosa por haber localizado los bienes de Ferdinand Marcos, ex dictador filipino; François Duvalier, de Haití; Saddam Hussein, y los de Paulo César Farias, socio del ex presidente Fernando Collor de Mello.
Fusionada en 1997 con Eisenhardt Armoring Company, y en compañía de O'Gara, líder en el mercado de seguridad industrial y autos blindados, Kroll acaba de abrir oficinas en una plaza muy atractiva para las empresas de seguridad: México. En 1995 las operaciones en este país representaban 2% de sus ganancias y en 1998 aumentaron a 5%.
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El negocio del miedo andaba bien encaminado. En 1999 el Banco Interamericano de Desarrollo calificó a América Latina como la región más violenta del mundo después de Africa. Con seis mil secuestros al año, México y Colombia ocupan el primer lugar. Más de la mitad de las pólizas por secuestro y pago de rescate tienen como destinatario empresas que hacen negocios en América Latina (La Jornada, 27/ 4/ 99).
Estimulado por doble vía, el mercado de la extorsión aumenta: seguridad física, amenazas, vulnerabilidad, determinación de sistemas específicos de respuesta, vías de acción posible del elemento hostil/enemigo, protección de personalidades, instalaciones y actos especiales, análisis de riesgo, inteligencia preventiva, seguridad de bienes, espionaje industrial, equipos, tecnología y hasta confección de discretas chamarras blindadas hacen a una industria de nuevo tipo que ya se cotiza con pingües ganancias en el mercado financiero.
En México, el Consejo Nacional de Empresas de Seguridad Pública estima que en 1970 había 28 compañías de este tipo. Actualmente existen cerca de 2 mil 200.
Academias de seguridad privada, seminarios sobre la problemática del secuestro, venta y entrega inmediata de camionetas blindadas, cursos dirigidos a gerentes, directores y funcionarios de seguridad pública y privada, formación y entrenamiento de choferes que prestan servicio a ejecutivos, manejo de escolta, capacitación de guardias.
Con certificación del Ministerio de Defensa de Israel, la empresa israelí International Security and Defence System es líder en cursos en el ámbito internacional. El curso cuesta 7 mil dólares y no incluye pasaje aéreo a París, donde se dictan los cursos. Cualquier magnate puede ser candidato al secuestro: comerciantes, ganaderos, empresarios, banqueros, políticos. Lo que menos interesa a estas empresas es bajar el grado de psicosis entre los dueños del capital.
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Según Kroll, el mundo empresarial gastará 70 mil millones de dólares anuales en seguridad, cifra que en el 2010 será de 200 mil millones. Los servicios de Kroll no son baratos. Dependiendo del número de personas que se proteja, los costos varían de 5 mil a 12 mil dólares anuales. Pero consumado el secuestro, ninguna investigación baja de 20 mil dólares promedio y el costo promedio asciende a 350 mil dólares.
Para evitar que puedan dar su póliza como garantía en préstamo bancario que cubriera el rescate, los clientes tienen prohibido revelar que están asegurados. La policía debe ser informada inmediatamente del secuestro. Cualquier intento de pagar el rescate sin notificación invalida la póliza de seguro.
En Colombia, la fundación País Libre, presidida por Francisco Santos Calderón, ex secuestrado, se ha propuesto que "nuestros nietos vivan en un país donde a la vida no se le ponga un precio, donde reine el diálogo y en el que la palabra secuestro sea un término obsoleto..." (La Jornada, 27/ 4/ 99).
Empero, otros ex secuestrados, como el banquero mexicano Alfredo Harp Helú, tienen otra visión de lo que conlleva el problema. Según Harp, "las aseguradoras han hecho del temor al secuestro y del secuestro mismo una industria, velando siempre por sus intereses, no importándoles ni la vida del secuestrado ni el dolor que sus tác ticas dilatorias causan a sus familiares"
En efecto. ƑA que se dedicarían hombres como Kroll si la democracia económica y social diese frutos halagadores? Por ahora, y gracias a quienes se esfuerzan para que tales frutos se pudran antes de brotar, su trabajo consiste en facturar millones. b
Ni penas mayores ni excomuniones lo paran
El secuestro en México, a la alza
Alberto Nájar
Por lo menos hay uno diario. Las noticias sobre secuestros en México ya se convirtieron en un lugar común de la información noticiosa. No es para menos. Desde el año pasado, México es considerado el segundo país con mayor número de plagios en América Latina
A principios de año, unos veinte diputados locales jaliscienses hicieron al procurador de Justicia, Félix Ledezma, una petición singular: que les autorizaran la portación de armas para defenderse de asaltos y secuestros.
La propuesta surgió del priísta Humberto Amezcua Bautista. "Yo ando por el distrito a la una de la mañana, por brechas y carreteras, sin guardias", justificó. "La única seguridad que traigo es la de mi persona".
El priísta fue más allá: el permiso de portación de armas, dijo, debería otorgarse también a las víctimas de secuestro y sus familiares.
La petición no es nueva. En la legislatura pasada, cinco diputados panistas y un perredista demandaron al director de Seguridad Pública del estado Horacio Montenegro -ahora preso en Almoloya- que les asignara armas de cargo para su defensa.
En esa ocasión la respuesta fue no. Al actual planteamiento aún no hay constestación.
Como quiera que sea, la solicitud de los diputados jaliscienses revela el clima que se vive en el estado ante la ola de secuestros. Este año se han denunciado 24, pero se sabe de muchos más, de los que no se presenta querella.
Jalisco, sin embargo, no es el único estado donde la vida se complicó por los secuestros.
De acuerdo con la aseguradora Hilcox, integrante del grupo británico Lloyd's, México es -después de Colombia- el segundo país con mayor número de plagios en América Latina, con un promedio de tres cada 24 horas.
Hasta 1997 el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) reportó -con base en información de las procuradurías estatales- que en tres años se denunciaron mil 460 plagios, es decir, un promedio de 1.3 al día.
Actualmente, el mismo SNSP señala que el secuestro -junto con el narcotráfico, el robo violento y el homicidio- es uno de los delitos con mayor repercusión social en el país.
Conforme aumentan los secuestros, el dinero que se invierte para prevenirlos también es mayor.
La Asociación Mexicana de Profesionales en Prevención de Pérdidas ha informado que este año las empresas del país invertirán 750 millones de dólares en programas antisecuestros, 40% más que en 1998.
El Consejo Nacional de Seguridad Pública reporta un aumento de 35% en la demanda de servicios y productos para evitar los plagios. Según un estudio de la revista Expansión, un ejecutivo puede gastar hasta un millón de dólares anuales en su protección.
Estas cifras contrastan con el optimismo oficial que, aunque mesurado, llevó la semana pasada al secretario ejecutivo del SNSP, Mayolo Medina Linares, a presumir que en el primer semestre del año el índice delictivo bajó 7% en comparación con 1998.
El 6 de julio el comisionado de la Policía Federal Preventiva, Wilfrido Robledo Madrid, afirmó que en la ciudad de México se registra el índice más bajo de secuestros de los últimos seis años.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) tiene otro panorama: de enero a abril se presentaron 167 denuncias por privación ilegal de la libertad, mientras que el año pasado, en ese mismo periodo, las querellas fueron 128.
Y no son todas. La mayor parte de los plagios nunca se denuncian.
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ƑCuánto dinero representa la industria del secuestro?
En 1997, con base en la información de los plagios denunciados, la Procuraduría General de la República calculó en 30 millones de dólares las ganancias de las bandas de plagiarios.
El año pasado, con sus 21 secuestros reconocidos, Daniel Arizmendi López, El Mochaorejas, obtuvo 16 millones de dólares.
La Banda de los mochadedos, encabezada por Alonso Avila Palafox, El Loncho, que opera en los estados del norte de México, registra ganancias por 10 millones de dólares.
El Loncho es responsable del secuestro de Vicente Fernández hijo, por quien la familia pagó 2.5 millones de dólares.
Para salvar la vida de Alvaro Campos González, El Ñoño, padre del futbolista Jorge Campos, se pagaron 63 mil dólares.
En la industria del secuestro la ganancia parece garantizada, incluso para quienes se dedican al llamado secuestro exprés, que obtienen unos cuantos miles de pesos por cada una de sus víctimas.
De poquito en poquito llenan sus alcancías. Un ejemplo es la Banda del Stratus, que operaba en las Lomas y que en 3 meses de actividad obtuvo un botín de tres millones de pesos. La banda fue desarticulada por la PGJDF.
Ciertamente la cantidad real de dinero que ganan los secuestradores se desconoce. Pero un estudio del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales de Guatemala -citado por la Agencia Francesa de Prensa- señala que en América Latina este delito genera ganancias por 25 mil millones de dólares anuales.
Los pequeños
El 1o. de junio el presidente del grupo Opción, Antonio Gutiérrez Cortina, fue secuestrado en un baño del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, pero cinco días después, en forma peliculesca, escapó del cautiverio y regresó a la ciudad de México.
La historia de su huída causó suspicacias en la PGR, que inició una investigación pero la suspendió el mes pasado, cuando el empresario falleció debido a un accidente ecuestre en Valle de Bravo.
El de Gutiérrez Cortina, junto con Vicente Fernández hijo y Alvaro Campos, son los secuestros más famosos del último año.
Pero no son los únicos.
José Carlos Zaga y su hijo Benjamín permanecieron 102 días secuestrados en una casa de seguridad de Chalco, hasta que sus captores cometieron un error que permitió su liberación por parte de la PGJDF.
En Tijuana, la semana pasada fue liberado el empresario de origen chino Chun Yin Gun, por quien se pedía un millón de dólares como rescate. En esa ciudad se han denunciado 10 plagios en lo que va del año.
La lista de secuestrables incluye a la hermana del presidente municipal de Nezahualcóyotl, Concepción González Bautista, secuestrada el 8 de febrero y por quien se pagó un rescate de un millón de pesos.
Antes, por ese mismo rumbo, fue secuestrado Hugo Herrera Buendía, hijo de La Loba de Chimalhuacán, quien pagó por su libertad 650 mil pesos. Para juntar la suma se descontó una parte del sueldo a los empleados del ayuntamiento.
No todos los plagios son por razones económicas. Es el caso del sacerdote Pedro Lascuráin, párroco de la colonia Morelos, secuestrado y puesto en libertad el mes pasado por presuntos agentes judiciales.
El párroco trabajaba con jóvenes adictos del barrio de Tepito y al parecer sus captores pretendieron amedrentarlo para que suspendiera su labor pastoral.
En Baja California siete sinaloenses que pretendían comprar unas tierras en un ejido cercano a Mexicali fueron secuestradas con todo y vehículos. De ellos no se sabe nada.
Pero en materia de secuestros también hay machetazos a caballo de espadas.
El 7 de septiembre la PGR detuvo a ocho agentes de la Policía Judicial Federal en el momento que pretendían cobrar el rescate de dos narcotraficantes, justo a las puertas de la Fiscalía Especial de Atención de Delitos contra la Salud (FEADS).
Y la semana pasada, en Tlajomulco, Jalisco, aparecieron ejecutados Tomás García, Israel Godínez, Samuel Herquecho y Pedro Damián Oliva, quienes cometieron el error de secuestrar a nueve parientes del desaparecido Manuel Salcido, El Cochiloco.
El colmo ocurrió a mediados del año pasado, cuando un comando armado se llevó, a plena luz del día y en las narices de sus guardaespaldas, al policía de México: Fernando Gutiérrez Barrios, actualmente responsable del proceso interno del PRI para elegir candidato presidencial.
Cuando ni Dios puede
Wilfrido Robledo, comisionado de la Policía Federal Preventiva, fue directo: la prioridad de la nueva corporación es acabar con los secuestros. Y para ello, advirtió, se requieren modificaciones legales que permitan, por ejemplo, la infiltración de grupos criminales.
En la Cámara de Diputados se tomaron medidas, pero no en la dirección que propuso el Comisionado. El priísta Guillermo Santín Castañeda presentó una iniciativa para aplicar la pena de muerte a los secuestradores que mutilen o asesinen a sus víctimas.
La propuesta se discutiría el 13 de septiembre, pero por razones desconocidas se aplazó su presentación al pleno.
Además, en las reformas al Código Penal del Distrito Federal la Asamblea Legislativa aumentó a 50 años de prisión la sanción a los secuestradores, en caso de que las víctimas sean mutiladas o pierdan la vida durante el plagio.
Las modificaciones legales, sin embargo, no son la única reacción ante la persistencia de este delito.
La PGR, junto con nueve gobiernos estatales, creó el grupo Yaqui, especializado en la detección y rescate de víctimas de secuestro.
En Jalisco se creó la Unidad de Atención a Casos Especiales que, además de investigar a las bandas de secuestradores, brinda asesoría a los familiares de las víctimas y hasta negocian su liberación.
Este grupo nació a partir del secuestro del empresario René Rivial y del doctor Jorge Zambrano Villa, y se inspiró en otro similar que opera en Chihuahua.
En 18 meses de operación el grupo ha participado en 42 casos, pero su labor no ha sido suficiente para frenar la ola de secuestros que azota a la entidad.
Tal vez por eso el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, decidió intervenir.
Mediante un decreto eclesiástico avalado por doce obispos, a partir del presente año todos los secuestradores de Jalisco, Nayarit y Zacatecas están automáticamente excomulgados. b