HEROES UNIVERSITARIOS
Javier Aranda Luna
Sólo un partido formado por los miembros del "heroico" Comité de Huelga de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM "se atrevería a financiar esa prensa del mañana que anuncia su proclividad al fárrago. El problema de la prosa tartamuda no es de quien la escribe, sino de su destinatario"
n grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM nos informó hace unos días que construirá la "prensa del futuro". No lo dudo, pero si la construirán con la misma sintaxis de sus comunicados, será ilegible. Estará condenada, como tantas publicaciones, al autoconsumo y al subsidio. El autollamado ''heroico" Comité de Huelga de esa facultad parece más una célula que quiere aprovechar la ''coyuntura'' universitaria para convertirse en partido político, que un grupo de estudiantes interesados en el futuro de la UNAM. Por cierto: sólo un partido formado por ellos mismos se atrevería a financiar esa prensa del mañana que anuncia su proclividad al fárrago. El problema de la prosa tartamuda no es de quien la escribe, sino de su destinatario. El lector debe adivinar con la retacería que se le ofrece un discurso. ƑQuién así escribe le importará el otro? Sin sintaxis, para qué engañarse. No hay discurso ni emoción duradera.
Pero más que la indigencia lingüística me preocupa el tono amenazante de este Comunicado al pueblo de México publicado en La Jornada. Y me preocupa porque sus redactores ya pasaron de los dichos a los hechos; de la violencia verbal a física; de la tontería al cinismo. El que La Jornada y Proceso les parezcan medios que carecen de ética y veracidad no tendría importancia si no hubieran intentado quemar las puertas del Museo de la Ciudad de México el día en que este diario celebraba, en ese lugar, su quince aniversario. La disidencia, entonces, Ƒse muestra a golpes? Según el comunicado en cuestión "hoy todos sabemos quienes (sic) son en realidad" esos medios. ƑEsos aspirantes a comunicólogos, sociólogos, politólogos... no se dieron cuenta antes del conflicto universitario qué era La Jornada y qué Proceso? ƑSu marco teórico -šoh, Harnecker!- no les ayudó a descubrir los oscuros intereses de esas publicaciones? ƑSan Vladimir Ilich Ulianov Lenin y su visión de la prensa les ayudará a construir el periódico del futuro?
La crítica a un punto de vista debe darse con otro punto de vista. No con vandalismo. Eso exige el juego democrático. Si todos los ciudadanos obrarán como ellos, seguramente no existirían diarios ni revistas. Tal vez estos jóvenes aspiren, en realidad, a convertir su verdad, en La Verdad, y sus razones, en La Razón. Si no dudaron en reconocerse como ''héroes'', difícilmente dudarán de su verdad y de la necesidad de imponerla. Por eso estos aprendices de reportero les llamaron la atención con energía a un grupo de periodistas veteranos y les señalaron el camino a seguir; por eso intentaron callar con fuego al que no piensa como ellos. Quizá imaginen que los justifica "la razón histórica" o alguna monserga semejante. Pero lo que la historia nos ha mostrado es que los movimientos totalitarios, desde su gestación, buscan controlar la prensa. En eso han sido idénticas, por ejemplo, las políticas de Castro y Pinochet, las huestes de Hitler y las de Stalin.
La intolerancia es incompatible con la democracia. Su apuesta por la pluralidad es una apuesta por el respeto al otro, al diferente, al que no piensa ni siente como uno y por ello nos obliga a pensar. En un sistema democrático coexisten los seguidores de Shinto y de María. En los regímenes autoritarios no. Su base no son las ideas sino la ideología. Por eso los ideólogos de cualquier secta totalitaria son antiintectuales por naturaleza. Desconfían del diálogo y lo combaten. Hacen blanco de foros y personajes que no coinciden con su misión. Desechan la lógica que les reclamaría que en sus políticas sociales existan las distintas voces. Pero esto último, más que un error de lógica, es una señal ominosa de lo que estos fanáticos pretenden: legislar sobre la vida de todos sin tomarlos en cuenta. Por desgracia ese lenguaje de corte autoritario lo dejan ver estos héroes de pasillo en su Comunicado al pueblo de México, panfleto que, por cierto, habría redactado mejor cualquier tinterillo priísta.
Ahora el marketing promueve el consumo con el slogan "fin de milenio". Nos venden y compramos el último partido del milenio o la película que habrá de cerrar este siglo de siglos. Las agencias de viajes, hoteles, restaurantes... organizan para el 31 de diciembre la cena del milenio. Y como nuestros fanáticos héroes representan sin duda a las fuerzas populares, no podrían quedarse al margen de la sociedad. Se llaman a sí mismos "la generación de fin del milenio", aquella "que ha tenido que vivir en la incredulidad total". Probablemente esa ausencia de credos que añoran, aunada a su capacidad de análisis, los hizo enganchar su causa a los jingles milenaristas. Y si ya contamos en México con héroes de fin de milenio podemos empezar a llevar sus rostros al bronce para adornar Paseo de la Reforma. Una milenaria colecta de llaves podría darle un matiz popular a la fundición de los bustos. La secta heroica podría probar con ese acto su arraigo social. Cuando el milagro ocurra sólo restaría cambiar el nombre de la avenida por Ruta, Zurda, Dignidad o algún término afín a la coherencia histórica.
Por fortuna no todos los estudiantes universitarios representados por el Consejo General de Huelga comparten los métodos de los "héroes" milenaristas: la comisión de prensa del consejo reprobó los hechos vandálicos y se deslindó de ellos. Hace tiempo un profesor universitario instaba a sus alumnos a desconfiar de los teóricos con falta de ortografía. Tenía razón por partida doble: si no saben expresarse tampoco saben leer. Ojalá estos jóvenes aprendan: sólo así podrán articular sus diferencias, entender las de los otros y darse cuenta que la violencia es el peor de los recursos. No me ilusiono demasiado: las razones no hacen mella en oídos tontos; héroes, sandios y triquitraques siempre aparecen en época de lluvias. b