Ť Bebeto anotó el primer tanto de su campaña en México; Guerra renunció
El campeón Toluca vapuleó 6-1 a Toros Neza
Toluca, Méx., 25 de septiembre Ť Diablos Rojos del Toluca hizo gala de su condición de campeón y líder, al derrotar al Toros Neza por 6-1, goleada que provocó la "renuncia irrevocable" del técnico Alberto Guerra, al concluir el encuentro en el que Bebeto, en su reaparición con el equipo, marcó su primera anotación dentro del futbol mexicano.
El partido no llamó más que a un sector de la Perra Brava, que apenas cubrió ciertas zonas en las tribunas de La Bombonera. Los goles empezaron a caer desde el minuto 6, cuando Alberto Macías concretó la primera jugada clara y remató un pase de Ferreira, aunque el héroe de Diablos fue el uruguayo Carlos María Morales, quien aportó tres al tablero para los locales (14, 33 y 54), mientras que Cardozo abultó la cuenta al 82 y Carmona la cerró al 90.
Los hombres de Guerra saltaron a la cancha faltos de sentido en las jugadas, aunque hacia el minuto 12 lograron un primer balón para Bebeto, quien no encontró el ángulo justo y lo resbaló por un costado del arco. Fue hasta el 18 que el brasileño captó un pase de Rodrigo Ruiz, y se lució al realizar un remate con la cabeza.
Bebeto, quien retornaba a la cancha después de tres encuentros inhabilitado por una lesión en la espalda, ya no salió al segundo tiempo, en clara medida preventiva que tomó el equipo para su recuperación total.
Aun sin la colaboración del brasileño, Toros salió a la segunda mitad acusando mayor ofensiva en su intento por disminuir la desventaja de 1-3. En los primeros minutos se mostraron más determinantes en la recuperación de balones, y lograron prontos acercamientos, por conducto de Deeke y Arangio ųéste segundo ingresado en los últimos momentos del primer tiempoų, pero ninguno de los dos pudo definir, y de ahí en más, la escuadra volvió a desordenarse y se relajó.
Tras la cuarta anotación toluqueña, la tercera de Morales, el técnico Enrique Meza decidió incluso concederles el descanso a algunos de sus hombres, así que a partir del minuto 60 envió a las regaderas a Rafael García, a Ferreira y a Rangel, mientras que Guerra, totalmente decepcionado e impotente, optó por ya ni siquiera dar indicaciones, y pasó los últimos minutos en la banca, desde donde observó la humillante goliza.