* En México, el show bussines de la carrera presidencial * ƑCuánto costará el voto del personaje de la tele? * Vienen tiempos de esfuerzo fiscal y austeridad del gasto; habrá que creerle a Zedillo
La video-política ocupa y preocupa a los estudiosos del poder, a la gente del poder y a quienes buscan llegar al poder. Hay coincidencia en los sociólogos y analistas más calificados y aquellos que opinan por mera intuición: la video-política tiende a destruir ųunas veces más, otras menosų los partidos. Vale volver al Homo videns de Giovanni Sartori para entender, cuando menos, a los asesores de los aspirantes al gobierno y a los merca-politólogos de las empresas televisoras de este México nuestro que iniciará el tercer milenio al estilo americano. Sí, con unas elecciones presidenciales que acá como en Estados Unidos ya se caracterizan en los medios de comunicación ųlos electrónicos, particularmenteų como una horse race. Consecuentemente, a los actos del proceso político se les da una cobertura similar a un game reporting; hoy por hoy podría ser mejor reportero de una gira priísta o de la campaña de los Amigos de Fox el joven Murrieta o el grandulón Faitelson. Paso la palabra a Sartori: "La cuestión es que la carrera presidencial se convierte en un show bussines (Ƒteatro, circo, divertimento?): el espectáculo es lo esencial, y la información es un residuo".
Aquí, como en otras latitudes, los medios electrónicos están personalizando las elecciones (Ƒqué otra cosa buscan los publicistas?). En las pantallas vemos actores, cómicos, personas, y no programas de partidos ni aburridos discursos. Y para muestra ahí están las presentaciones de los presidenciables en los talk shows como el de Adal Ramones (que aumentan el rating los del PRI), el de Derbez (con un candidato actuando como patiño con script) y, desde el lunes, el de la guapa Anabel Ferreira que tuvo como padrino nada menos que al tabasqueño Roberto Madrazo.
Y bien, como escribe Sartori, esos aspirantes a video-líderes que son los publicitados presidenciables, más que trasmitir mensajes, son el mensaje mismo. Analice, por favor, lo que dicen el candidato del PAN, el del PRD o cualquiera de los cuatro del PRI en las entrevistas por televisión y descubrirá que "los medios de comunicación crean la necesidad de que haya fuertes personalidades con lenguajes ambiguos (...) que permiten a cada receptor o grupo social buscar en ello (...) lo que quiere encontrar" (Fabbrini, 1990). Fíjese en la próxima presentación de Fox, de Labastida o de Madrazo en la televisión... ponga atención a los spots publicitarios y le entrarán unas ansias de votar por el personaje de la tele, como de comer papas fritas o de ser totalmente palacio.
Los efectos de la video-política tienen un amplio alcance, en el quehacer político, en la sociología, la psicología de masas, la economía nacional. ƑAlguien piensa que esto de las elecciones al estilo americano no es un show bussines? En las elecciones presidenciales de 1993 en Estados Unidos, el millonario Ross Perot llegó a obtener una quinta parte de los votos ųque no es cualquier cosaų, únicamente con su dinero. Se presentó en todos aquellos talk shows y programas televisivos que pudo comprar con sus millones. El poder cuesta, y mucho, aquí y en Italia (recuerde a Berlusconi), en Brasil (ejemplo, Collor de Melo) o en EU (Perot es representativo), y como en política todo lo que se paga con dinero es barato, para las elecciones mexicanas del 2000 correrán muchos millones de pesos... A ver de dónde salen los dineros adicionales, pues los gastos oficiales de la elección federal son en lo fundamental sufragados con recursos fiscales que distribuye el IFE, y aquí vale traer a cuento que ayer mismo el presidente Zedillo y su secretario de Hacienda, José Angel Gurría, volvieron al tema del rechazo al manejo electoral de las finanzas públicas.
En los últimos días se abrió la discusión en plazas y calles sobre los gastos del proceso electoral interno del partido oficial. Dos de los precandidatos, Roque y Bartlett, exigen auditorías a las campañas de Labastida y Madrazo. A nadie sorprenden los gastos del PRI, tampoco los que realiza el candidato del PAN, Vicente Fox, ni tampoco la inversión en la campaña publicitaria con la que se despide del gobierno del Distrito Federal el señor Cuauhtémoc Cárdenas. De algún lado está saliendo el dinero: Ƒdel fisco, del gobierno, del sector empresarial, de los bolsillos de los aspirantes y sus amigos, de otras fuentes no tan legítimas ni tan legales?... Los Amigos de Fox dicen que se esfuerzan en reunir donativos por 5 millones de pesos mensuales sólo para cubrir los gastos de la estrategia publicitaria por televisión, presupuestada en 20 millones hasta diciembre. Muy seguramente, Eduardo Bours, el recaudador oficial de fondos para Francisco Labastida, tiene mucho quehacer por estos días, pues los labastidistas quieren cerrar fuerte la precampaña priísta, que según cálculos conservadores costaría 300 millones de pesos, mucho más que lo establecido por la comisión que encabeza Gutiérrez Barrios. Y la gente de dinero que apoya a Madrazo dicen que no se queda atrás en las aportaciones. Según se sabe, en la estrategia del tabasqueño los gastos de precampaña se estimaron en 800 mil pesos por distrito electoral, en promedio. O sea, 240 millones, incluidos, por supuesto, los costos de la campaña publicitaria con todo y sus presentaciones en los talk shows... ƑAlguien pensaría que Televisa y Tv Azteca son un dueto de buenas samaritanas? Para nada, las elecciones presidenciales, no lo olvide, son como una horse race, y si hasta en las parejeras pueblerinas hay apuestas, imagínese cuánto dinero va a correr en el hipódromo del 2000.
Por lo pronto, ya la lideresa del PRD, Amalia García, impulsa un acuerdo en el Consejo General del IFE para que los partidos políticos establezcan un convenio con el instituto para fortalecer los controles de los gastos de campaña. Ese convenio, como lo ha imaginado la directiva perredista, permitiría una mayor equidad en el acceso a los medios, el monitoreo de los tiempos y gastos y, de ser posible, un control de las contrataciones publicitarias de los partidos y sus candidatos. Podría llegar a convenirse que fueran exclusivamente las directivas de los partidos las autorizadas para contratar tiempos y espacios en los medios. Así se evitaría que los amigos de fulano o los cuates de perengano hicieran sus apuestas y hasta lavaran dinero en las la horse race del 2000.
Este asunto sí que trae preocupado al doctor Zedillo, por su afición a que le cuadren las cifras. Con el escándalo del primero de septiembre en la Cámara de Diputados, pocos pudimos percatarnos del contenido del quinto Informe. Llegaron las comparecencias de los secretarios de Estado para la glosa del Informe, y ni los legisladores ųque por cierto abandonan las sesiones por quítame estas pulgas, o porque tienen muchos compromisos que atenderų han caído en cuenta en lo dicho por el Presidente. En unos días más el Ejecutivo enviará al Congreso el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos para el año 2000. Ya en su quinto Informe adelantó que no habrá un manejo político de las finanzas públicas. Esta definición importa porque se trabajará para que el déficit fiscal del último año del sexenio zedillista no supere el uno por ciento del PIB. Y ese buen propósito no es sólo de orden técnico, en realidad revela que habrá un esfuerzo fiscal combinado de recaudación y austeridad en el gasto. El secretario José Angel Gurría comenta muy en serio que en el gobierno mexicano la austeridad ya es una forma de vida, y asegura que no habrá sorpresas en las iniciativas del Ejecutivo, o sea que no estarían previstos impuestos adicionales ųcomo el controvertido gravamen telefónico que no pasó el año anteriorų ni ingresos descomunales por ventas petroleras, pues el precio del crudo se estimó entre 14 y 14.50 dólares el barril. En cambio, sí habrá gastos adicionales importantes como la elección federal, elecciones en una decena de estados y el Censo General de Población del 2000.
Así las cosas, habrá que creerle a Zedillo que la austeridad va en serio y que el gasto público no fluirá hacia programas políticos como se acostumbra(ba) en tiempos electorales... mala noticia. Pero hay otra peor, dice este señor que le gusta ser bromista: no habrá año de Hidalgo... ƑSerá, señor Presidente?
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