Ť El filme comenzó periplo en el Foro de la Cineteca


Rodar Mátame amor en NY fue todo un experimento: Mandujano

Ť De cuernos al abismo, productora con la que logró su opera prima

Raquel Peguero Ť Dicen que ''todo cineasta sueña con hacer una película en Nueva York", sostiene Manuel Mandujano (DF, 1968) y él no se quedó con las ganas. Se lanzó De cuernos al abismo ųasí se llama su productoraų y después de casi cinco años de emigrar a Estados Unidos, logró su opera prima titulada Mátame amor (Upside down), que ya ganó un premio en el festival de Filadelfia, como mejor segundo largometraje de este año.

Basada en la obra de teatro de Frank Ambriz, 4 cows in NY, fue adaptada a la pantalla grande por su autor y el novel cineasta, y filmada el año pasado en formato de 16 mm. Los personajes que la interpretan ''son básicamente los mismos", explica Mandujano, tres de ellos latinos y una fotógrafa polaca, que originalmente era judía, enredados en ''una crónica gozosa de un desarraigo colectivo", como escribió Carlos Bonfil (La Jornada, 20/IX/99).

Arriesgar para crecer

matame amor Para Mandujano, se trata de ''una película latina hecha en Nueva York; un proyecto cien por ciento independiente, de mexicanos y algunos gringos que entraron porque decidieron que valía la pena" y en la que se alió, además, con otra compañía And Whatabout Us, integrada por dos actores latinos ''que llevan la vida tratando de tener un papel interesante o de generar proyectos que tengan que ver con uno mismo y no con el estereotipo que todo mundo piensa es el latino. En ese sentido se combinaron bien nuestras ideas y decidimos hacer la película: se juntó la raza".

México, para promocionar su filme, ''era una visita obligada, porque si bien no se puede considerar una película mexicana tiene mucho que ver". Mandujano explica que después de observar muchas cintas en las que aparecen los personajes latinos ''estereotipados como los malos, que les pegan a sus mujeres", decidió que podía contar otro tipo de historias, la de los latinos que viven en la gran manzana ''y no son tampoco los indocumentados que ganan 2.50 dólares la hora, sino seres comunes y corrientes que deciden buscar suerte en otro lugar. No se explora sólo la falta de identidad de los mexicanos sino la de los latinos e inmigrantes, que viven sobre todo en Nueva York, y cómo ese conglomerado cultural se va entrelazando, rechazando y, a veces, complementando".

De ahí que las dos parejas que se establecen en Mátame amor, ''de entrada tienen la posibilidad de ser normales, de tener una buena relación, sobre todo en el caso del actor y la fotógrafa, aunque de repente ves a la otra, con un hombre que es un disléxico obsesivo que no puede estar diez minutos solo y una mujer, que si bien es una exitosa banquera, tiene un problema de alcoholismo y rollos medio degenerados sexuales, pero son quienes mejor se pueden integrar como pareja, porque se complican menos". Es una película sobre la disfuncionalidad ''y un retrato de lo que pasa en esa gran urbe, llena de locos en la que todos tienen diferentes niveles, pues unos pueden estar vestidos de traje y otros traer los pelos parados, pero a final de cuentas ahí van encontrando la mejor manera de subsistir''.

Con un look mexicano, ''aunque no sé bien qué quiera decir eso", que ha gustado mucho con colores y música que no se escucha en las producciones estadunidenses, para Mandujano fue una gran experiencia, sobre todo porque no tenía encima a los grandes productores ''diciendo lo que debía hacer, porque de lo contrario no se vendería. A los integrantes del clan creativo de la película ųque en su mayoría debutaron aquíų nos dio la oportunidad de arriesgarnos y desarrollar la idea. Para todos fue un experimento y era importante divertirnos y tratar de hacerlo de la mejor manera".

Mercado de cine independiente

''Prófugo de la ciencia", como le dice su esposa Marilú Pardo, porque no estudió cine, Mandujano hizo la carrera de Ciencias Políticas en la UNAM, pero su interés en el video, la televisión y el cine lo llevaron por otros derroteros. Ha realizado comerciales, video-clips y un corto, The revolving door; el documental Ilamatlán. Lugar de las mujeres ancianas (1993) y está a punto de concluir otro, Carnival roots, que durante tres años ha ido a filmar en Trinidad y Tobago. Levantar el proyecto fue, como ocurre a todos los cineastas, una tarea difícil que no comenzó de inmediato, ya que llegó a Nueva York hace cinco años y primero debió saldar las cuentas de aprender el idioma y conseguir empleo.

''Decidí irme porque consideré que en México no tendría ninguna posibilidad de hacer una producción, justamente porque no tenía la historia adecuada por el tipo de películas que me gustaría hacer y que son las que ya no se crean en México desde hace un lustro, y por el mismo hecho de no haber estudiado cine ni tener un proyecto anterior que hace que la gente aquí se ponga medio rejega. En Estados Unidos es igual, pero en Nueva York fue más fácil porque hay un mercado de cine independiente. El dinero lo juntamos de a poquito y ha sido un gran logro que va con el espíritu del nombre de la productora, porque es lo que queremos hacer: irnos de cuernos al abismo, aventarnos porque con suerte te enganchas en una ramita y como ves, nos funcionó muy bien. Estamos orgullosos de nuestra película".

(Mátame amor, de Mario Mandujano, comenzó su periplo frente al público mexicano en el 19 Foro Internacional de la Cineteca. Consulte cartelera.)