Ť Los conflictos son inherentes al enamoramiento, afirma el escritor boliviano
Amores imperfectos, de Paz Soldán, las relaciones más allá de lo idílico
Ť El también académico concibe el cuento breve como un laboratorio que se abre a varios significados
Ť La literatura es una forma de disfrazar los hechos autobiográficos, dice el premio Juan Rulfo 97
Angel Vargas Ť Lo imperfecto es inherente al amor. De hecho, es algo perverso por naturaleza. En cuanto lo idílico del enamoramiento queda atrás para nunca volver, cada pareja enfrenta el desafío de construir su relación a partir de olvidos, desencuentros y traiciones. La aparente consumación de la utopía en muchas ocasiones sólo es el comienzo de la destrucción.
Esa es la realidad en la última década de siglo que el escritor boliviano Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, 1967) percibe y lleva a la ficción en su libro Amores imperfectos, volumen editado por Alfaguara y en el que 23 cuentos rinden testimonio sobre las relaciones amorosas finiseculares.
De visita reciente en México para promover esta obra, su tercera en el género y en la que se incluye el relato ganador del Premio de Cuento Juan Rulfo 1997, Dochera, Paz Soldán pertenece a la nueva generación de autores bolivianos que procuran que su quehacer rebase las fronteras de lo nacional, porque hasta ahora "la boliviana era una literatura muy preocupada por narrar el país, muy de consumo interno".
Catedrático de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, dice acerca de Amores imperfectos: "Fue un proceso inconsciente, que se consumó en cuatro años, del 94 al 98. Supongo que estaba procesando algunas amargas experiencias en forma de literatura. Me interesaba saber cómo son las relaciones sentimentales de fin de siglo. El amor es un tema clásico y muchas veces se dice que no hay algo nuevo que decir sobre él. Empero, cada generación necesita verse reflejada en sus propias atmósferas y en sus propios lenguajes. Entonces me propuse narrar este desencuentro entre el deseo de un tipo de amor muy ideal y lo que es la realidad actual; de cómo la mayoría de las relaciones están atravesadas por desengaños. Así fue como me percaté de que el tipo de amor que conocía era el imperfecto, lo cual es una redundancia".
ųLas historias tienen ciertos ángulos inconsecuentes, irónicos, perversos e incluso macabros. ƑEsa es tu visión del amor actual?
ųSiempre me ha interesado el daño que nos hacemos entre parejas, muchas veces sin querer, porque somos así o hay algo más fuerte que nosotros; pero lo patológico en el amor viene de naturaleza. Freud define a la sexualidad como algo netamente perverso. De ahí me nació la inquietud de que el amor también puede ser una perversión. Es decir, no hay un amor normal, todos tienen diferentes grados de desviaciones o de perversiones. Cada pareja encuentra sus formas de desencontrarse, y el desafío consiste en lograr construir una relación a partir de esos desencuentros, olvidos y traiciones.
"Me atrajo el tema, pero no en la forma de entender las perversiones como sadismo o masoquismo, aunque en el libro, por ejemplo, hay mucho de incesto. Me interesan más las perversiones cotidianas, esas conductas que aceptamos y toleramos y que nuestros amigos festejan, como el engaño y la infidelidad. Quizá no haya que superar los conflictos para encontrar la relación perfecta, sino que los conflictos son parte inherente a la relación sentimental".
ųƑPuedes definirte como un ser amoroso que crea a partir de ese sentimiento?
ųParto más de la pasión. Es muy difícil que haya creación si no hay una pasión intensa. El problema es que muchas pasiones pueden ser destructivas. De mis relaciones sentimentales las que más quedaron en mi memoria fueron las destructivas. Quizá la literatura en cierta forma también se ocupa de esas zonas oscuras de la experiencia humana. Si se hiciera un censo se notaría que es muy difícil escribir a partir de la felicidad.
ųƑQué tanta relación tienen los cuentos del libro con tu biografía?
ųEn los relatos de la primera parte dialogo más con la imaginación y con la propia literatura, mientras que en los de la segunda hay cuatro o cinco que nacieron de experiencias propias o muy cercanas. Como dice Guillermo Cabrera Infante, todo tipo de literatura es siempre, en el fondo, autobiográfica. En un mundo ideal uno quisiera desprenderse de sí mismo, pero es imposible. La literatura es una máquina de disfrazar los hechos autobiográficos. Cuando menos esa es la que me atrae: la que tiene un asidero en la realidad, pero que a la vez no guarda correspondencia tan directa con ella.
ųƑQuiénes son los escritores que están detrás de tu literatura?
ųEn cuento, indudablemente más la tradición rioplatense; el lado irónico de Onetti con el lado más lúdico de Cortázar o el lado más conceptual de Borges. También me acerco mucho a Kafka. Me interesa la idea de cuento breve como pequeño laboratorio que se abre a muchos significados. En cuanto a la novela, en Latinoamérica siempre me ha interesado Mario Vargas Llosa; creo que es un modelo muy saludable para un escritor joven.
ųƑExiste marcada diferencia entre tus cuentos y novelas?
ųSí. Tengo tres novelas y están muy marcadas por la realidad política-social boliviana. Parecería que para construir un mundo narrativo tan minucioso el escritor tiene menos campo para la abstracción y la intimidad, cuando menos en la tradición latinoamericana, en la que novela se ha visto como el gran género que tiene que dar cuenta de nosotros. Para mí, ambos géneros han tenido diferente función. En el cuento puedo ser mucho más desaforado imaginativamente o también más intimista o introspectivo. En cambio, la novela me permite dialogar más con lo que pasa en la realidad política-social de mi país o del continente. Matizando, la novela es más un reto que un placer, y el cuento es un placer indiluido.
ųƑAmores imperfectos es un llamado a despertar de la utopía del enamoramiento?
ųO de tomarlo de una manera más lúcida. Quizá haya grandes amores que de la noche a la mañana se sienten complementados, pero la gran mayoría tiene que construir su amor con base en continuas equivocaciones y desencuentros. El desafío es cómo no perder la esperanza o la búsqueda de este ideal sin a la vez dejarse llevar por la falta de lucidez, es decir, cómo mantener los ojos abiertos cuando la pasión indica que deben estar cerrados.
"Me interesó trabajar ese perfil oscuro del amor, que es más común que los lados diáfano y romántico. Quise dejar claro que los cuentos de hadas son sólo eso, cuentos de hadas, porque generalmente las pasiones son lo más inolvidable, pero también lo más destructivo".
ųFinalmente, Ƒa qué atribuyes el silencio de la literatura boliviana para con el mundo?
ųEn general, hemos tenido una mayor tradición literaria que narrativa. No ha habido gran continuidad. El escritor más conocido de Bolivia es un poeta, Eduardo Mitre, que en México publicó mucho en la revista Vuelta. El porqué del desconocimiento de nuestra literatura se debe a varios factores, entre ellos la carencia de infraestructura, que a su vez se traduce en falta de editoriales, y a que nuestra literatura está muy preocupada por narrar el país, es muy de consumo interno. En la nueva generación hay propuestas mucho más abiertas a un diálogo con otras literaturas o con la propia tradición latinoamericana. En mi caso, llevar 10 años fuera de Bolivia me ha ayudado mucho para adentrarme más a lo universal. He podido escribir una literatura sin tantos asideros en la realidad, y cuando se ha presentado el caso de hablar de ella lo hago desde el perfil de la literatura misma, más que del de la sociología.