Los noticieros de Televisión Azteca nunca se han caracterizado por su veracidad e imparcialidad informativa. Su línea política ultraconservadora expresa las posiciones más atrasadas del PRI-Gobierno, al que debe su existencia gracias a la ventajosa privatización de la otrora televisora estatal, y se ha caracterizado por su ataque frontal contra todo lo que parezca "popular", de "izquierda" o "antipriísta".
Para cumplir su papel de ariete político se manipulan y editan a conveniencia los hechos reales, y sus locutores, convertidos en comentaristas, presentan la noticia con lecturas amañadas, desorientando al televidente, y en su equipo de "opinión" figuran connotados reaccionarios vociferantes.
Los temas más recientes de esta campaña de malinformación y denigración política han sido la lucha indígena en Chiapas, las elecciones internas en el PRD, el movimiento estudiantil en la UNAM y, sobre todo, las acciones del Gobierno del Distrito Federal y su titular, Cuauhtémoc Cárdenas. El proceso electoral rumbo al 2000 ha permitido a Tv Azteca y sus noticieros ejercer plenamente su función de órgano de propaganda del régimen político, del PRI y su política neoliberal.
Mientras los cuatro precandidatos del PRI a la Presidencia de la República ocupan amplios tiempos no pagados, los de los demás partidos hacen fugaces apariciones en discursos o entrevistas recortadas, y se maneja la cámara para ocultar el apoyo popular a sus actos; sólo cuando Fox, Muñoz Ledo u otros políticos atacan a Cárdenas o al PRD, se les concede tiempo para difundir sus diatribas.
Pero el hecho reciente más lamentable de Hechos y otros noticieros de Tv Azteca, es su doble postura ante los acontecimientos ligados al asesinato de Paco Stanley. El día del crimen clamaron "justicia" y atacaron al Gobierno capitalino por la inseguridad e impunidad en la capital, como lo hacen desde el inicio de su gestión, sin mencionar que esta situación fue legada por los gobiernos priístas; ni sus causas socioeconómicas globales; ni el grado de corrupción imperante en los cuerpos policiales federales y de todo el país.
Cuando se dio la evidencia sobre las oscuras actividades de su colaborador corrieron un velo sobre el victimado y su caso. Cuando se involucró en el crimen a otros de sus "artistas" (Bezares y Durante), volvieron con fuerza sobre el tema, pero para transmitir muestras de apoyo a los acusados y difundir los ataques de sus familiares y abogados contra el Ministerio Público y los órganos de justicia del DF.
Vemos, sin sorpresa, que la mercantilizada empresa televisiva le dedica al caso hasta 30 minutos de su noticiero "estrella" Hechos de la noche, sin cortes comerciales, en el tiempo más costoso y rentable, sacrificando pingües ganancias. Lo trasmitido es favorable a los acusados y contrario a las acciones de la justicia, cuya capacidad e imparcialidad ponen en duda. La televisora, que no muestra pruebas de la inocencia de los acusados, se coloca, sin investidura para hacerlo, como juez de jueces, pero a través de terceras personas a las que les da toda la difusión necesaria, para no comprometerse directamente.
Preguntamos: ƑQué se hicieron los clamores de justicia?, Ƒpor qué la atacan ahora que se pretende aplicarla?, Ƒpor qué no informan imparcialmente y esperan el fallo de la justicia?, Ƒqué razón oculta hay para que a tan elevado costo defiendan a los acusados, además de la conocida de atacar al Gobierno capitalino? La televisora debe responderlo a la opinión pública.
Esto nos lleva a un cuestionamiento más general, pues muchos noticieros televisivos y de radio tienen una política similar, manifestación del caduco régimen político autoritario: ƑCuáles son las obligaciones éticas y morales de los medios de comunicación y los derechos de los ciudadanos frente a ellos?, Ƒcómo pueden los individuos, organizaciones o instituciones afectadas demandar veracidad y objetividad a los medios y exigir el derecho de réplica y la reparación del daño individual o público causado?
Los receptores de la información debemos exigir que este tema se incluya en el debate electoral y que la respuesta de los candidatos sea clara y concreta, para que en el futuro se respete el derecho democrático a la información y no seamos víctimas indefensas de la deformación mal intencionada de la realidad por los medios de comunicación.