Ť El INAH recibe 12 mdp al año por entradas y derechos de filmación


Teotihuacan, la madre de nuestras zonas arqueológicas, se yergue invencible

Ť El progreso encontró que las piedras viejas son espejos que reflejan lo verdadero del ser mexicano

Ť Ofrecer nuevos hallazgos, generosidad del sitio Ť La afluencia anual es de 4 millones de visitantes

A Teotihuacan se puede entrar por las puertas de lo arqueológico y del turismo; una más pertenece a dos municipios del estado de México; otra la tienen en sus manos los vendedores y hay una más que quisiera incluirlas todas y pareciera que es la única que puede darle salida a las demás: la administración de casi 3 mil hectáreas, donde cada año 4 millones de visitantes acuden a llevarse su versión íntima de la majestuosa ciudad, que no abarca una vista.

Sobre los restos de la urbe de Teotihuacan, que fue abandonada al parecer por un problema similar al que vive en la actualidad la ciudad de México, se posaron los ojos de Porfirio Díaz en 1905. La mejor manera de celebrar el hecho de no depender de España, era resaltar lo esplendoroso del pasado que había sido menospreciado durante el siglo XIX. El progreso encontró, por primera vez, una de las funciones sociales de las piedras viejas: espejos que nos reflejan como lo grande y lo verdadero de ser mexicanos.

El visitante de hoy, al llegar a Teotihuacan, puede ver los vestigios de esa entrada a la modernidad: cinco accesos a estacionamientos a unos cuantos pasos de las pirámides, comercios fijos, semifijos, un restaurante que compite en volumen pero no en belleza con las pirámides, y aun así la zona se basta para derrotar de manera visual los espacios que la amenazan. Teotihuacan se ve invencible.

Un misterio por cada parada

La dificultad, advierte el director de la zona, José Jesús Torres Murillo, viene del suelo: ''Tenemos el problema en principio de la periferia, que se encuentra dividida en tres áreas, de acuerdo con el decreto presidencial de 1980: las 266 hectáreas del A que son propiedad federal, las 600 del área B que aunque es propiedad particular está restringida a la construcción, y las 2 mil hectáreas de construcción condicionada".

Mientras se avanza por una zona liberada, detrás del templo de Quetzalcóatl, explica que para cuidar el área se movilizan a diario 39 policías, 142 trabajadores, 32 encargados de la limpieza y 15 personas que fumigan y podan la vegetación. Mantienen en funcionamiento el sitio para los habitantes temporales deTeotihuacan, que son los turistas seguidos de unos 456 comerciantes ambulantes que, a cada oportunidad, ''se tienden" sea para descansar o para ensayar una posibilidad del comercio futuro.

Los turistas se mueven con la pequeñez que impone la zona. Se adentran en las calzadas que premian con la vista de las pirámides. Los más asiduos, que los hay, se detienen a observar el detalle de las soluciones en talud que caracterizan la arquitectura del lugar.

PIRAMIDES Si bien es la visita obligada del extranjero que llega a la ciudad de México, Teotihuacan es más vista por ojos nacionales: en el segundo semestre de 1998, de acuerdo con datos del INAH, sólo 141 mil extranjeros visitaron la zona, contra un millón 293 mil nacionales. Para el primer semestre de este año las cifras fueron de un millón 925 mil y 941 mil extranjeros.

Se ve, se siente, grita un grupo de muchachos que lleva sus mochilas y un ánimo regional muy propio del Bajío, que lo denota el tono que no llega a norteño, pero sobre todo el final de su porra: ''Irapuato está presente".

Nada en Teotihuacan desmerece la vista. Como en una procesión religiosa, cada parada tiene su misterio: si el templo de Quetzalcóatl es sitio obligado por presenciar las terminaciones en cabeza de serpiente, el lugar de los murales lo es por el goce estético y la Calzada de los Muertos lo es por sentirse parte de esa inmensidad. Y de ellos destacan las pirámides del Sol (Tonatiuh) y de la Luna (Meztli), el gran atractivo que, cada 21 de marzo, convoca a un millón y medio de personas extra, desde la madrugada del día anterior.

Ese día casi dos centenares personas no duermen. Hasta la zona se trasladan elementos del regimiento militar que se ubica en San Juan Teotihuacan, porque es imposible cerrar la zona, como lo es contar el número de seres que invaden, por todos sus costados, las pirámides a la espera de un poco de cosmos.

Se ofrece otro espectáculo entre semana: es una alfombra blanca que sube por la Pirámide del Sol. Son cientos de niños en uniforme de paseo que, juntos, toman por asalto la construcción que cual imán atrae la vista y los pasos.

La foto la hace una impertinencia el paso apresurado del director de la zona, quien además del rápido recorrido tiene que resolver la nómina, revisar los permisos de unas personas que vienen del Distrito Federal, de parte de la unidad de producciones audiovisuales, a grabar un programa de televisión. La sola mención de la palabra ''grúa", endurece el rostro del director que por el radiocomunicador espeta: ''Ya veremos si tienen permiso de meter una grúa a la zona".

Competencia desleal con las pirámides

De regreso a la entrevista insiste en esa parte invisible, o por lo menos en apariencia inofensiva: ''En albañilería tenemos un grupo permanente de 20 personas. En restauración de pisos son nueve".

PIRAMIDE2 En referencia a los accesos, el director de la zona arqueológica explica: los locales del acceso 2 pagan 65 pesos mensuales, como los del 3 y 5: ''Ahí existe el problema de que aunque tienen esa cuota baja no la pagan; tenemos un saldo de unos 130 mil pesos de adeudo, más los intereses moratorios". En el acceso 4 hay comerciantes semifijos que no pagan nada. Los que más pagan son los de la puerta 1, que son mejores locales y más regulares, con 280 pesos mensuales. Algunos de los comerciantes se sienten con derechos: ''Hay proyectos para llegar a un acuerdo con los comerciantes, pero algunos son familiares de los que eran los dueños de la zona, cuando se expropió en 1962. Entonces, se sienten con cierto derecho de sangre".

Teotihuacan, ciudad visible con mayor candor, desde que se optó por instalar una serie de aspersores que mantienen verde el suelo, recibe por concepto de entradas y derechos de filmación recursos por 12 millones de pesos al año. Aparte de las rentas que sí se pagan, el INAH cobra por las dos concesiones de restaurantes grandes: La Gruta y Las Pirámides.

El primero es un discreto restaurante en el subsuelo, mientras el segundo es la competencia desleal con las pirámides. Ambos entregan 8 por ciento de sus ventas, es decir, 8 mil pesos mensuales.

Todos estos recursos, de acuerdo con la normatividad del instituto se canalizan hacia la ciudad de México, donde se distribuyen a las partes del país que así lo requieran, sobre todo aquellas que no registran gran afluencia de visitantes. Teotihuacan es una ciudad visible que comparte sus ganancias, porque su presupuesto de operación es de 5 millones de pesos anuales.

También generosa en lo académico, en Teotihuacan la puerta arqueológica no se cansa de abrir con nuevos hallazgos. Al llegar a la Pirámide de la Luna, Rubén Cabrera, quien se encuentra en la zona desde 1980, cuenta de su descubrimiento del año pasado junto con Saburu Fujiyama, de la Universidad de Arizona, consistente en ''numerosos objetos de piedra verde talladas con figuras humanas, materiales de concha y obsidiana, y en el entorno osamentas de animales (dos lobos, dos pumas, una serpiente y once aves), así como una osamenta humana de un hombre de 45 años".

Aristas latentes

Acerca del significado de los hallazgos, Cabrera señala: ''Los pumas son muy frecuentes en las representaciones, se consideran como deidades ligadas a los gobernantes. Los lobos están relacionados con las acciones militares; la serpiente lo está con el agua y las aves de rapiña se asocian al simbolismo religioso. En suma, un entierro de mucho sentido".

A esa Teotihuacan latente de aristas, regresa el director, insiste y con razón, mientras se mueve hacia la zona de los murales: ''Teotihuacan depende, además, de dos municipios. Ese es otro problema básico, ya que se tiene injerencia directa con San Juan Teotihuacan y San Martín de las Pirámides. El primero tiene 90 por ciento de la zona bajo su competencia. El problema es buscar que las autoridades no den licencias de construcción sin los salvamentos, que son requisito y logramos ese acuerdo. Tenemos también que relacionarnos con la comunidad".

Teotihuacan en el mundo, como la comparó Alexander von Humboldt: ''Las pirámides menores que rodean las casas del sol y de la luna cuentan con sólo 10 metros de elevación, y según la tradición indígena sirvieron de sepulcro a los jefes de las tribus. Alrededor de Chops y de Micerino en Egipto, se distinguen también ocho pirámides simétricas, aunque las casas del sol y la luna del valle de México son mayores".

Un guía cita lo anterior, de memoria, mientras señala hacia abajo las pirámides que menciona Humboldt, como parte de sus honorarios, que son 150 pesos. El grupo de 12 extranjeros lo agradece con un aplauso. Es uno de los 14 autorizados en la zona, el resto en general viene con los camiones que, desde arriba de la Pirámide del Sol se ven demasiado cerca del sitio, como si fueran parte de éste.

El director de la zona camina rumbo a La Ventilla y encara a los de producciones audiovisuales del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Desde arriba se ve que la alfombra blanca ya camina, a las carreras y sin orden, rumbo al camión que los trajo, a esta la madre de las zonas arqueológicas del país. Ahí arriba, no importa por cuál de las puertas se entre, con la visión que no agota el paisaje, uno termina por reconciliarse con Porfirio Díaz, con los héroes que nos dieron patria y con los teotihuacanos, con la mentira a medias, ésa de ser mexicano.


Ť El desprecio contra Cuicuilco devino amarga lección de historia


ƑZonas arqueológicas en el DF?, sí; existen 5 desde

el Cerro de la Estrella hasta San Pedro de los Pinos

Ť El Templo Mayor, lugar necesario para ese caos armónico que es el Centro de la megalópolis

Ť Jesusa Rodríguez, Marco Rascón y estudiantes de la ENAH vs el grupo Carso-Inbursa

PIRAMIDES 3 ƑZonas arqueológicas en el Distrito Federal?, Ƒqué tienen que dar?

El Cerro de la Estrella es una especie de corazón al oriente de la ciudad, mientras que el desprecio que padeció Cuicuilco dio una lección de historia: un juez les concedió a un grupo de ciudadanos el derecho a considerarse nación. Son cinco las zonas.

Desde que en 1978, trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro dieron con la Coyolxauhqui, el Templo Mayor se convirtió en el lugar necesario que le faltaba a ese caos armónico que es el Centro de la ciudad. Esa hectárea de vestigios generosa recientemente requirió de una de las salas del museo, donde se exhiben entre otras piezas un escudo de turquesas que llevó cinco años restaurarlo y una cabeza de Xóltl (dios de lo deforme).

El Museo del Templo Mayor devino foco de atención a lo prehispánico, con sus más de 400 mil visitantes al año. La ciudad, sin esa zona, no tendría ese Centro roto, en excavación, que no termina por definir si es más importante la Catedral, con su belleza colonial, o alguna pirámide que con seguridad yace en sus entrañas. yaxilan-jpg

La función social de Tlatelolco, que en el último año tuvo la visita de cerca de 4 mil personas, parecía simbolizar el último bastión de las batallas de resistencia prehispánica y el primero de la historia moderna de lo social. Su papel, se supone, estaba cumplido.

Su destino oficial, a la vez, era darle nombre a la plaza de las Tres Culturas, pero aún sorprende con vestigios: en septiembre de 1992, mientras se construía un edificio para la Secretaría de Relaciones Exteriores, tres dinteles de madera, correspondientes al periodo mexica, fueron localizados.

Utilizada para algunos trabajos, cerrada al público, por lo que prácticamente es desconocida, se encuentra la zona arqueológica de San Pedro de los Pinos.

En el Cerro de la Estrella, en la delegación Iztapalapa, hay una pirámide. Será por ello que en el oriente de la ciudad se genera un movimiento cultural que tiene sus bases en lo autogestivo y en la búsqueda de las raíces.

La zona atrae lo mismo manifestaciones autóctonas que eclécticas. El número de visitantes que la requieren, al año, rebasa 30 mil. Es un punto de referencia, con su fuego nuevo, con su vieja magia.

Vericuetos de la legalidad

Cuicuilco, junto al Periférico, parece poco. La zona esconde, sin embargo, una de las riquezas más significativas. En ese lugar, a pesar de las apariencias, ocurrió en 1996 uno de los hallazgos de la década, como sostiene el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Durante junio de ese año, señala un documento del Consejo de Arqueología, ''fue descubierto un obelisco asociado a la pirámide principal de Cuicuilco, el cual de acuerdo con los estudios preliminares, se estima que podría tener más de 3 mil años de antigüedad. Muestra en sus caras y parte inferior, diversas inscripciones con motivos geométricos (tres rombos y 16 puntos), que los especialistas asocian al dios viejo del fuego, Huehuetéotl".

Fuego intentó ponérsele en esa zona al proyecto de construcción del edificio del grupo Carso-Inbursa. Vecinos, políticos y artistas interesados se organizaron en torno de la protección de esa zona.

Durante 1997 hubo marchas, denuncias, se rescató incluso una serie de personajes del siglo pasado: Doña Caralampia Mondongo resucitó para mostrar una forma antigua de ejercer el derecho a lo público, de hacer política con las armas de la farsa.

Marco Rascón, Jesusa Rodríguez, estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y vecinos de la Villa Panamericana, entre otros, formaron un frente. Al proyecto original se le modificó la altura, pero la construcción nunca paró.

Finalmente, el 7 de mayo de 1998 el juez Jean Claude Tron Petit determinó conceder el amparo a la Asociación Vecinal para la Defensa de Tlalpan: ''Existe transgresión a las garantías consagradas en los artículos 14 y 16 constitucionales; y, en acatamiento de lo dispuesto en el artículo 17 de la Carta Magna, que consagra una pronta y expedita administración de justicias, la (autoridad) responsable deberá resolver lo conducente respecto de los procedimientos en cita. En mérito de tales consideraciones, lo procedente es conceder el amparo y protección de la justicia federal solicitados".

En términos llanos lo que el juez determinó, después de una extensa reflexión sobre el espíritu de la ley federal que protege el patrimonio, y de los argumentos presentados, es que el INAH y la Delegación Tlalpan incumplieron sus mandatos históricos y que ese grupo de ciudadanos tenía el derecho a considerarse nación y, por tanto, a proclamarse afectada. Por primera vez se abrió ese concepto, que luego los vericuetos de la legalidad cerraron. Pero Cuicuilco enseñó su amarga lección.


El affaire de La Ventilla

El Instituto Nacional de Antropología e Historia recurrirá a la expropiación en el caso de los terrenos de La Ventilla, en Teotihuacan, por lo que se espera que el avalúo del terreno se ubique en el orden de los 6 millones de pesos.

Conocido como La Ventilla, el terreno es motivo de un pleito legal, entre dos dueños.

Sobre esa zona se tenía programado, como parte del proyecto especial de Teotihuacan, construir un centro comercial con el propósito de reubicar a los comerciantes.

La movilización de los grupos de vendedores y del sindicato de trabajadores del INAH llamó la atención sobre lo inconveniente de construir sobre un terreno que había sido excluido en la delimitación del sitio que efectuó Rene Millon, en 1960, con el plano de la ciudad.

Incluso en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados se formó una subcomisión encargada de darle cauce a los argumentos en contra de la construcción del centro comercial.

Finalmente por las presiones, incluido Icomos, organismo acreditado de la UNESCO, el proyecto se canceló cuando ya se habían construido cimientos. También, sucedió que en las excavaciones fueron encontrados vestigios cercanos a las superficies.

Los trabajos en la zona continúan, aunque permanecen como testigos del fracaso del proyecto especial para la principal zona arqueológica del país, las columnas donde se edificaría el centro comercial.

Academia

Persisten aún preguntas por resolver en cuanto a Teotihuacan, sostiene el arqueólogo Rubén Cabrera Castro. La zona que en los años veinte trabajara Manuel Gamio, con el primer proyecto integral, tuvo en el proyecto del 80-82, con el gobierno de José López Portillo, el último de sus trabajos ambiciosos.

En aquel entonces, cuenta Cabrera, buscamos información acerca del colapso de la zona, contábamos con 20 arqueólogos, ocho restauradores, en total 600 personas.

Entre los hallazgos más recientes, Cabrera destaca el que se hizo con la construcción de la carretera a Tampico: ''Una ofrenda con unas pequeñas figuras de barro, representando mujeres fastuosamente vestidas con grandes tocados y ropajes pintados".

De igual forma destaca el del Templo de Quetzalcóatl:

''En el exterior y en el interior se encontró una gran cantidad de restos humanos que por la colocación de sus manos, resulta evidente que fueron sacrificados, inmolados y ofrendados al templo. Tiene que ver con la erección del templo, que se hizo de acuerdo con el calendario, la astronomía. Es uno de los datos más importantes de los hallazgos recientes."

Con todo este material, en un edificio que construyera Gamio para habitar, el Centro de Estudios Teotihuacanos, busca entrar al siguiente milenio con un trabajo sistematizado, por una parte, y con una difusión de la importancia del sitio a la comunidad, por otra.

Como en Palenque, en febrero de este año, por lo pronto llevó a cabo su primera mesa redonda.

 

(fin)