Me haré una pregunta para la cual no tengo respuesta; sin embargo, pienso que es esencial. Se cumplieron hace poco 26 años del golpe militar en Chile. ƑExiste todavía en América Latina esa clase de burguesía que propició el golpe de 1973?
Antes de siquiera intentar respuestas definamos mejor la pregunta. Es obvio que decir ''burguesía'' es restrictivo. Para que el golpe fuera posible intervinieron varios elementos: una burguesía que defendía sus intereses con la más absoluta despreocupación hacia la miseria de sus conciudadanos, una cultura política católica que prefería simplificar el mundo entre las ''buenas costumbres'' y la amenaza externa vista como atentado contra montañas de hipocresías santificadas, y ųobviamenteų los militares, sedimento histórico de paranoia profesional.
La pregunta es muy sencilla: esa incrustación de riqueza excluyente y de violencia potencial, que en Chile produjo una de las más recientes formas de barbarie cristiana, Ƒpersiste o no en la realidad de otros países de América Latina? Me disculpo, pero no tengo la respuesta. Sólo elementos contrastantes que me impiden hacer sumas y restas. Sin embargo, Ƒpersiste esa magma de intereses duros, dispuestos a sacrificar la paz relativa de estos rumbos en nombre de la defensa de las franjas menos defendibles de sus intereses, privilegios y mentiras autosatisfechas?
La pregunta es, obviamente, actual. Son varios los puntos en los que se revela en América Latina una tensión de alto voltaje. ƑEstá excluida la tentación de la derecha de encontrar en los militares o en la Iglesia los elementos de un desbalance a su favor?
Algo puede decirse: la izquierda ha hecho en este continente pasos importantes en el camino de la propia civilización. Cuba y las FARC hace tiempo han dejado de ser símbolos de identidad. ƑHabrá hecho pasos similares la derecha?
Pero aquí, por debajo, hay otro tema. ƑQué significa la pérdida de equilibrios fundamentales de la convivencia? Volver a incluir a los militares en la vida colectiva. Y esta es siempre una mala opción. En estas partes del mundo el ejemplo máximo es Pinochet, en su forma más brutal y vergonzosa. Ejemplos contrarios son el de Velazco Alvarado, en Perú, o el de Hugo Chávez, actualmente, en Venezuela. En ningún caso, algo que sea racionalmente añorable (o deseable).
Dios y el Ejército pueden alterar de forma profunda los equilibrios internos de cualquier orden civil organizado. Es buena virtud democrática mantener estas fuerzas lo más lejos posible de los equilibrios que los ciudadanos intentan construir para garantizar su convivencia civilizada. Los derechos individuales deben ser reconocidos, pero sin que ello implique interferencias graves en la vida ciudadana, necesariamente laica y (casi siempre) deseosa de paz.
Por eso, me siento orgulloso de la decisión de la justicia italiana de enjuiciar a un par de generales que por dos décadas entorpecieron las pruebas de un accidente aéreo en el cual murieron casi un centenar de civiles. Para defender los intereses de la OTAN se sacrificó por dos décadas la verdad demandada por los parientes de las víctimas. ƑEs tolerable un Ejército que ponga la estrategia encima de la demanda de verdad de sus propios conciudadanos? Por eso, es útil el enjuiciamento de los ciudadanos generales, cuando ųpor alguna razónų comienzan a sentirse miembros de una jurisdicción más benévola. En una palabra: la impunidad.
Y no quiero ni hablar del poder desestabilizador de la Iglesia. Una institución que casi siempre, a juzgar por la historia de este siglo, toma partido por el lado equivocado, del que después se avergonzará. Y Chile está ahí como un ejemplo dramáticamente evidente.
Intentemos una moraleja en medio de tantas preguntas. Romper los nexos básicos de la convivencia puede ser atractivo en momentos críticos, pero después llegan los militares y la Iglesia. Y nunca un país da buen espectáculo de sí teniendo a esas dos fuerzas en el centro de su vida colectiva. Estas son claves esenciales de lo mejor que la Edad Moderna nos deja como herencia civil. Para la izquierda de hoy es tan importante Montesquieu como Marx. Para la derecha, Ƒes tan importante Isahía Berlin como, por decir, Burke? Esa es la pregunta. *