n Quince años de periodismo crítico e independiente


Un país justo, meta del trabajo

de La Jornada, dice Carmen Lira

n Coherencia entre la palabra y los hechos: González Casanova

n La distancia crítica consolida al diario, expresa Monsiváis

Blanche Petrich n Si una historia tan compleja e importante como es la de este diario se pudiera resumir en una fórmula, ''se debiera decir que La Jornada ha creído y nunca ha dejado de creer en la posibilidad de un país justo y más civil''. Así sintetizó la directora general de este periódico, Carmen Lira, los 15 años de vida que se cumplen este mes, el día 19.

En el Museo de la Ciudad, en un patio central repleto de lectores que se sintieron convocados al acto anunciado como celebración, hablaron junto con Lira y el director fundador, Carlos Payán, Pablo González Casanova, Carlos Monsiváis y Julio Hernández. Recuento, diagnóstico, crítica y autocrítica, y proyección hacia el futuro, en una velada de conmemoración.

El ex rector de la UNAM, González Casanova, centró su intervención en la tarea periodística de La Jornada para el próximo siglo: ''Contribuir -definió- a formar una alternativa democrática pensante y actuante, capaz de explicarse lo que ocurre''. Y lograr esta alternativa histórica naciente con lo verdaderamente nuevo, ''que no es ser moderado, de izquierda o ultra. Lo nuevo -subrayó- es la coherencia''.

El escritor Carlos Monsiváis apuntó hacia la autocrítica y la crítica con preguntas y señalamientos nítidos. Una de ellas: ''ƑNo merece el EZLN una crítica sostenida, precisamente por ser una gran causa indígena? ƑNo hay momentos en que el EZLN, o si se quiere el subcomandante Marcos, han fallado por su esquematismo? ... La distancia crítica es y será lo que consolida la responsabilidad del diario. Si este fuera un órgano del EZLN perdería interés, significación y valor moral. Y esto se extiende para todos los casos''. Y continuó con el siguiente caso: ''Ante el disparate mayúsculo de las elecciones del PRD, La Jornada fue crítica y debió serlo más, como ocurrió en el desdichado caso de la leche Betty''.

Con todo, reconoció también que el diario es ''un espacio notorio de la disidencia y la protesta'', de las ONG, de los diversos movimientos democráticos, de los grupos feministas, de las organizaciones indígenas, de las minorías legítimas y ''en buena medida de la comunidad intelectual y artística que es comunidad, pese a todo''.

Julio Hernández, director de La Jornada San Luis y autor de la columna Astillero, expresó que en este diario tabloide, blanco y negro y de 32 páginas encontraron espacio miles de hechos y gestos que construyeron el cambio político y social del país. En este informar persistente, dijo, ''La Jornada abrió en varias ocasiones el camino real para las transformaciones que el poder no deseaba''. Y lo hizo, añadió, pese a sus defectos e insuficiencias, ''con los reacomodos internos propios de una estructura regida por el pensamiento libre, con las tendencias dogmáticas que en ocasiones le han asaltado, con la urgencia de extenderse en las regiones del país''.

 

Seguiremos con Chiapas,

Fobaproa, la UNAM

 

La directora general señaló que ''algunos detractores nos acusan de experimentar fascinaciones temáticas'', como Chiapas, Fobaproa y la gratuidad de la educación, temas que el oficialismo quisiera dar por concluidos. ''Nosotros no, no los vamos a dar por concluidos hasta que lo estén'', advirtió. Por ello ''nos han llamado filozapatistas, el Pravda del PRD y hubo un columnista que nos hizo mucha gracia llamando a nuestro diario esquizoide-stalinista''.

Lira comentó que ''el mundo político debe acostumbrarse a considerar a los periódicos como un verdadero y real contrapoder con tareas de control, de estímulo y de crítica. Y los periódicos deben considerarse como algo libre y autónomo, que dentro del juego en el que se forma y se enfrenta la clase dirigente tienen una identidad separada y clara, a la cual deben ser fieles''.

Precisamente sobre esto, la identidad, Lira abundó. Es, dijo, la raíz de La Jornada, su herencia y patrimonio. ''Existen periódicos que tienen un cuerpo robusto pero no tienen alma, carácter, y pueden ser cambiados de la noche a la mañana, arrojados de aquí para allá en el mercado político según las conveniencias. Existen periódicos ambiguos y poco claros que son los más peligrosos para el lector''.

A diferencia de otros, éste, ''fiel a su identidad, toma posición en momentos críticos''. Agregó: ''La línea de un cotidiano moderno es la lectura escrupulosa de los hechos de cada día, filtrada a través de esa gran lente que es su identidad''.

 

Batalla por explicar México y el mundo

 

Quince años atrás, el ex rector de la UNAM, Pablo González Casanova, representó a la comunidad jornalera en el lanzamiento de su convocatoria inicial. Hoy, ante muchos de los que estuvieron aquella noche en el Polyforum Siqueiros, con tres lustros más pero que siguen en muchos sentidos ''en la misma'', el politólogo adelantó su análisis: ''En el mundo actual la lucha por la explicación de lo que ocurre es más importante que antes de la crisis de las ideologías''. Sostuvo que en todos estos años La Jornada ha dado una gran batalla por la explicación de México y el mundo. La ha ganado y ''tiene que seguir ganándola'' con más tiraje, con más redes electrónicas, reproduciéndose en todos los estados, por medios electrónicos y tradicionales, ''Ƒy por qué no? como canal de televisión de todas las organizaciones de la sociedad civil y política''.

Coherencia entre la palabra y los hechos, agregó, será lo que haga realidad las prácticas democráticas. Ya que, advirtió, ''sólo desde posiciones de fuerza ciudadana se podrá negociar una democracia con justicia social capaz de defender el patrimonio nacional, las fuentes de empleo y las condiciones de vida de los mexicanos''.

Habló de ''la próxima Jornada'', de la tarea periodística e intelectual que le corresponde a este diario en el siglo entrante: ''Contribuir -definió esa tarea- a formar una alternativa democrática y nacional pensante y actuante, capaz de informarse, capaz de explicarse lo que ocurre, capaz de luchar por lo imposible para descubrir lo posible, y para lograrlo y no abortarlo, y para acrecentarlo y construirlo como un régimen alternativo''.

Si se quiere conocer y si se quiere participar en el nuevo gran movimiento que hoy se desata en el mundo y en México, se tiene que ver con lupa qué hay realmente nuevo en la alternativa histórica naciente. ''Y yo creo que lo nuevo, lo nuevo no es ser moderado, de izquierda o ultra. Lo nuevo es la coherencia''.

 

En una zona de resistencia

y de izquierda

 

Pese a lo resbaloso que resulta hoy en día definir a la izquierda, el escritor Monsiváis, en su diagnóstico, ubicó a La Jornada en ''una zona de resistencia y de izquierda''. Y lo es ''porque se opone a las embestidas de la derecha; porque sostiene las demandas de justicia social, tolerancia, diversidad, respeto a las mayorías y minorías''.

La Jornada, agregó, ''no es de modo alguno la única publicación que critica al gobierno. Hoy, valor civil no es criticar al gobierno sino defenderlo. Por eso la crítica al gobierno ya no resulta suficiente en el proceso de comprensión del desastre, sino el cuestionamiento de las políticas empresariales de la derecha confesional, de la arrogancia de un puñado de macromillonarios, de la injerencia de los estafadores de la banca, de la represión que militariza y paramilitariza''.

Sin afán de ''denigrarlos con mi elogio'', aclaró Monsiváis, hizo un reconocimiento especial a los moneros. ''Al examinarlos a diario me entusiasman, no sólo porque están de acuerdo con lo que yo pienso sino porque me enseñan a ver lo que pienso''.

Por último, sarcástico e imperturbable, el autor de Por mi madre, bohemios se puso retrospectivo. ƑCómo cambió él en estos 15 años? ''He pasado de la confianza ilusa a la pesadilla; de la creencia en las grandes causas del país a la creencia en las grandes causas del país (tengo derecho a la persistencia). De mi indignación por la impunidad a la furia ante la fragilidad de las indignaciones. De la urgencia de informarme, al temor de informarme. Y en todo este tiempo me ha ayudado la lectura de La Jornada''.