X'Caret
Paraíso sagrado de la naturaleza, reza la propaganda sobre X'Caret. Si de manera efectiva la zona arqueológica rinde algún culto, si la antigua puerta más cercana a Cozumel sacraliza algo, es esa avidez de la diversión a tope con esa creencia a pie juntillas en lo natural-artificial, que pareciera lavar la mala conciencia de la destrucción ecológica que el consumismo globalizado causó al planeta en este siglo.
De acuerdo con las cifras proporcionadas por el gerente, Miguel Quintana, 600 mil personas visitan el parque ''eco-arqueológico", de las cuales 70 por ciento son extranjeras. A ese alentador uso del patrimonio nacional habría que agregar que las dos terceras parte son estadunidenses.
Piedras despreciadas
A razón de 30 dólares la entrada, se habla de ingresos por 18 millones de dólares anuales, que por lo menos habría que duplicar, porque X'Caret es un sitio para todo el día, en el que se prohíbe ponerse crema protectora contra el sol -por aquello de la ecología- e introducir cualquier tipo de bastimento alimenticio.
Y es que lo natural cuesta el doble en momentos en que se cotiza, como quien se quiera meter con los delfines (Ƒqué podría haber más natural?), que va de 30 dólares si la relación es así como casual y dura quince minutos; 55 dólares si en media hora ya el delfín toma confianza y salta incluso una vez sobre uno, o de plano si se estudia la posibilidad de ponerle departamento al mamífero, por 80 dólares, se nada 25 minutos con el animal, que ofrecerá dos brincos, chillidos cariñosos y un empujoncito con su hocico. Es tal la demanda que se necesita hacer reservaciones para cualquiera de los dos delfinarios.
Y las piedras viejas de X'Caret, que se suman en diez grupos, por el contrario, son despreciadas en el paisaje. Indiferentes pasan los turistas que no terminan por enterarse que aquéllas cuentan historias.
Las piedras fueron muros de 2 metros de altura que le ponían un alto al mar y formaban parte de un complejo comercial que se extendía hasta Campeche, cuenta Marcelo Ibarra, uno de los dos ''custodios" de X'Caret que visitan por la puerta del INAH no más de 20 personas al año.
Se paga por pasear a caballo (30 dólares), por sumergirse a esnorquelear (20 a 25 dólares), por bucear (35 dólares). Por ver a los jaguares, a las tortugas, viajar por los ríos subterráneos, por ir a la plantación de hongos, al sitio de las aves, a las grutas o al pueblo maya, no se paga. Cultura visual, de museo de la naturaleza, peligrosa metáfora del futuro, que sostienen mil 200 empleados.
Otros 500, eventuales, construyen lo que podría ser otra bahía artificial, otro acuario de especies coloridas. Ellos no gozan del beneficio de los trabajadores de planta: un buen salario, prestaciones de acuerdo con la ley y diez boletos al año, para que sus privilegiadas familias gocen de este culto a la simulación de lo natural.
Unos tambores llaman, unas veladoras se ponen sobre las piedras viejas de los vestigios para continuar con esta invitación a la fascinación de imitar: se evoca un juego de pelota en el que una docena de jugadores con prendas de lince y jaguar pasteurizan y presentan sólo la parte atlética de eso que era un ritual; se cuentan leyendas de tecolotes derivadas del Popol Vuh entre las grutas, una canoa con dos ''mayas" repite un pequeño recorrido, que ya en la parda luz se antoja mágico. Es la pantalla, el dardo dirigido a la atención ya para finalizar el día, el preámbulo para el Ballet Folklórico de México de Silvia Lozano, que conjurará en el escenario del teatro ante mil 500 personas -con caballo y bandera mexicana-, ese atajo para la identidad nacional, cuando se oye ''šViva México!", y pareciera que así es.
''Muy bien. Creo que hacen falta algunos juegos", pone en el libro de comentarios a la salida y en inglés un adolescente de los que invaden cada verano, como premio a su high school, Cancún y sus extensiones. Un compañero lo apura porque esperan varias decenas de camiones para regresar de ese tour a la naturaleza costosa. Antes de pegar la carrera alcanza a escribir en el renglón de sugerencias: ''ƑWhy not a Burger King?"