n Edzná, acrópolis maya que se distingue por ser la zona más visitada
El turismo cultural, en Campeche, sería una opción para el desarrollo en el próximo milenio
n En el sureste mexicano, se erige como un estado que ofrece silencios mágicos
n La capital de la entidad podría ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad
En la zona arqueológica de Calakmul son ley una banda de changos, juguetones ellos, dueños de la situación, porque en ese afán de marcar territorios ecológicos, la antigua ciudad está en medio de una pequeña porción de planeta declarada en protección. La zona, cabe decirlo, también está protegida por su difícil acceso, que es la misma calidad que se repite en Campeche y que lo convierte en un estado silenciosamente mágico.
En el estado del sureste, por voluntad de los campechanos, se mantienen bajos niveles de desarrollo turístico. Tradicionalmente saqueados por otros estados, su desarrollo ha sido por épocas: la del chicle, la del tule, la de la madera, la vigente del petróleo. Casi para terminar el siglo, la ciudad de Campeche podría ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad y con ello se iniciaría, quizá, la época del turismo cultural.
Calakmul recibió en el primer semestre un promedio de 28 visitantes diarios, la mayoría de ellos no pasó siquiera por la ciudad capital, sino que se trasladó desde Chiapas en alguna excursión o desde Quintana Roo. Los datos de la Secretaría de Turismo estatal señalan que el promedio de estancia en el estado es de 1.6 días.
En el último lustro, sin embargo, el turismo en Campeche empezó a fluir y pasó de 25 mil a 125 mil visitantes anuales: turismo que no busca playas, que acude porque se ha corrido el rumor en los circuitos internacionales europeos de que el estado tiene una oferta importante.
En Campeche, donde no se ha considerado prioritario contar con una agencia arrendadora de autos, se cuenta con cerca de mil 600 vestigios arqueológicos, informa el director del Centro INAH, Carlos Vidal. El estado tiene 19 zonas con instalaciones, aunque cuatro de ellas no están abiertas al público y sólo en una el número de visitantes rebasa 8 mil al semestre. Entre los apoyos de terceros (Pemex, Sedeso y la Unión Europea) para el centro INAH, resume Vidal, se tiene un presupuesto de 12 millones de pesos anuales, que impulsan la página Fernecio en un periódico local, con extraño nombre pero material de difusión semanal de esa callada riqueza estatal, un programa de mantenimiento menor o inversiones mayores en investigación.
Edzná, grandeza inextinguible
La zona más visitada de Campeche: 23 mil personas en el primer semestre de este año tuvieron ocasión para tratar de imponerse a la gran Acrópolis. Carlos Vidal explica que desde 1996 los trabajos en la zona fueron apoyados por ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados), como una forma de darle trabajo a los refugiados guatemaltecos. Luego, los apoyos provinieron de la Unión Europea, que entrega un millón de pesos por temporada para emplear a 100 jornaleros del vecino país.
En la zona se encarga de los trabajos el arqueólogo Antonio Benavidez, quien destaca el sistema hidráulico de la ciudad del preclásico tardío, que llegó a dar sustento a 50 mil habitantes; la alineación que hace pensar en la existencia de un posible observatorio y la superposición de historias, que se testifican en la muestra que ofrecen, como en la corteza de un árbol los estilos arquitectónicos.
Edzná tiene su centro en la plaza principal; se delimita al poniente por el Nohochná, al oriente por la Gran Acrópolis, al norte por la plataforma de los Cuchillos y al sur por el Juego de Pelota: '''Esa orientación no es fortuita, ya que en la cosmovisión maya los rumbos los regían elementos como aves, colores, animales, la noción del inframundo", explica Benavidez.
Como en toda la zona maya, las estelas tenían el papel de contar el linaje y los sucesos del gobernante. En Edzná se han descubierto 30 registros pétreos que comprenden aproximadamente de los años 350 al 810 de nuestra era. Para Benavidez, en su conjunto, las estelas hablan de diez gobernantes, quienes cifraron a una posteridad incierta una grandeza que no se extingue.
Calakmul, replantear la historia
Esta zona recibe un millón y medio de pesos anuales para los trabajos. El arqueólogo Ramón Carrasco explica: ''La zona se empezó a explorar en los años ochenta y todavía hay mucho por descubrir en el ámbito académico. Tan sólo este año, en Calakmul, se descubrió una tumba que viene a replantear la historia. Si efectivamente se tratara de Garra de Jaguar (650 dC), entonces en Tikal no habría caído este gobernante de importancia para la región, que está nombrado en 15 sitios del área maya".
Al atractivo de la zona se le agrega el corredor que forman Becan, con sus calzadas, pasajes y torres; Chicaná, con su impactante fachada zoomorfa; Xpuhil, donde una singular torre simula una pirámide. Balamkú, sin estar en el pequeño corredor, se integra con sus emblemáticos frisos de reptiles y reyes, por la cercanía con Calakmul. Y los registros del INAH señalan otra media decena de zonas por la región sur del estado.
Con 120 estelas, sus estilos Bec y Petén, Calakmul es una de las zonas con mayor número de monumentos. No hay un pasto podado ni una unidad con servicio de agua, porque en la región el problema del agua es grave. Se cuenta con una alternativa ecológica, acorde con los zorros que cruzan el camino, con los jaguares y venados escondidos en la selva, o los tucanes y loros que se posan en las ramas cercanas a las pirámides: ''Excavamos sólo en aquellos sitios donde suponemos que hay información vital; tratamos de que se conserve el contexto natural", dice Carrasco, mientras la manada de changos se dispone a infligirle un correctivo a un turista que intenta fotografiarlos.