n En su comparecencia evadió responder a preguntas sobre el rescate bancario
Los salarios perdieron 5 años de nivel, reconoce Gurría
n Cuestionó García Sainz emplear recursos extraordinarios para cubrir el servicio de deuda pública
Roberto González Amador, Ciro Pérez y María Esther Ibarra n Lejos de las bravatas y exabruptos que marcaron las comparecencias de otros años, el secretario de Hacienda, José Angel Gurría, reconoció ayer que la crisis provocó una pérdida de cinco años en los salarios, pero afirmó que las acciones económicas emprendidas por el gobierno han colocado al país en mejores condiciones que a otros, aunque ello, dijo, ''no es motivo suficiente para echar las campanas al vuelo''.
Los resultados obtenidos hasta la fecha, aunque satisfactorios, de ninguna manera crean márgenes para ''bajar la guardia o relajar la disciplina''. Esta última, dijo, será de especial importancia el año próximo, ya que México deberá contar con una economía fuerte para que la contienda electoral se desenvuelva sin las incertidumbres que han caracterizado a los fines de sexenio en el último cuarto de siglo.
''Queda mucho trabajo por hacer para llegar a los niveles de vida a los que legítimamente aspira la sociedad. Debemos reiterar que concebimos a la política económica sólo como un instrumento para lograr dichas aspiraciones'', enfatizó un conciliador Gurría.
En un salón de plenos semivacío, el funcionario escuchó durante poco más de cuatro horas una sistemática crítica de la oposición a la gestión económica del presidente Ernesto Zedillo, la cual, aseveraron, ha incumplido todas las ofertas del inicio de su gobierno, ''de una manera tan evidente que, incluso, los aspirantes del PRI a la Presidencia --hasta el oficial-- han tomado prestadas las críticas de las oposiciones al modelo económico y sus desastrosos resultados'', como afirmó el diputado independiente Marcelo Ebrard.
Al igual que las omisiones de Ernesto Zedillo en su quinto Informe, Gurría recurrió a ''la táctica del escapismo'' y en varias ocasiones no respondió a los cuestionamientos sobre el rescate bancario. Dijo que no sería justo para el resto de la población pedir al Ejecutivo que cada año esté discutiendo los temas ''que interesan a un grupo reducido de personas'', provocando sorpresa y rechazo de las oposiciones con su afirmación.
Ebrard le recordó que el ''desastre bancario'' no es asunto que interese a un pequeño grupo o algo que haya sido suficientemente discutido en 1998. ''Hace un año usted se molestó y no lo quiso hacer; el desastre bancario interesa a toda la sociedad mexicana, y su repercusión en las finanzas públicas compromete el futuro de México, no sólo en este ejercicio fiscal, sino en las próximas dos décadas. šCómo se atreve usted a decir que ya no lo discutamos! Bueno, pues entonces decretemos un receso de una década; que no haya representación nacional y que no haya debate'', enfatizó.
Los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Verde Ecologista (PVEM) ''reprobaron'' las políticas económicas y resumieron el desempeño de la actual administración: ''al inicio de este gobierno, la deuda pública per cápita era de 7 mil 186 pesos, al día de hoy aumentó a 22 mil 822 pesos lo que debe cada mexicano. Este es un hecho que ilustra la herencia que dejará esta administración al próximo gobierno. El índice de deuda es el índice del fracaso del gobierno del presidente Zedillo''.
Gurría admitió que en 1999 los ingresos reales de la población estarán llegando apenas a los niveles de 1994. ''La crisis costó cinco años de nivel de salario real'', afirmó, para insistir en que se debe evitar la recurrencia de crisis económicas. Dijo que la caída en el nivel de las percepciones ''es una realidad dolorosa'', que la única manera de revertirla es generando cada vez más empleos, y que en el futuro las negociaciones contractuales se negocien por arriba de la inflación esperada.
En la medida en que, como en este año, la inflación sea la prevista, claramente habrá una recuperación de los salarios reales, por lo que la única forma de seguir avanzando es perseverar en las medidas que se han tomado hasta ahora, reiteró.
Zedillo, un terco reincidente: PAN.
El presidente de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública, el perredista Ricardo García Sainz, cuestionó la determinación del gobierno de emplear los recursos extraordinarios derivados del aumento en el precio del petróleo para cubrir el servicio de la deuda pública.
Calificó de preocupante que el Ejecutivo tome de manera lineal las decisiones en materia de ingresos y afirmó: ''El año pasado bastó que cayera el precio del petróleo un dólar para hacer un ajuste al gasto. En este ha aumentado el precio del crudo y el gobierno pone diez pretextos para acreditar que no existen recursos disponibles para recuperar el nivel de gasto''.
El legislador se refirió de esta forma al comentario de Gurría acerca de que los fondos extraordinarios --derivados de un mayor precio del petróleo y de una disminución en el costo del servicio de la deuda pública, en conjunto de 20 mil millones de pesos-- servirán para compensar un menor ingreso por privatizaciones, (''se obtendrán 8 mil millones de pesos contra los 16 mil previstos'', había dicho el funcionario) y una caída por alrededor de 22 mil millones de pesos respecto de lo previsto en las utilidades del Banco de México.
El vicecoordinador de política económica de la bancada panista, Rogelio Sada Zambrano, aseguró que el gobierno, con tal de retener el poder, ha venido aplicando políticas económicas electoreras ''que vez tras vez'' han llevado al país a graves crisis financieras y lo acusó de desdeñar y malinformar a la Cámara de Diputados en casos como el rescate bancario y su impacto sobre la deuda pública, así como de ocultar información respecto a la desviación de fondos de Banco Unión, ''mañosamente usados'' en las campañas del PRI.
Aseveró que ha quedado plenamente demostrado que el régimen y su partido han sido completamente incapaces de mantener la estabilidad, y en cambio, han generado graves desigualdades y perturbaciones económicas. ''Así les sucedió en el 76, en el 82, en el 87 y 94; no cabe duda, han sido tercamente reincidentes. A su gobierno y a su partido se les ha acabado la imaginación, la sensibilidad y con ello el sentimiento de humanidad y, en mi opinión, se les ha acabado el tiempo''.
El perredista Alfonso Ramírez Cuéllar afirmó que la reforma fiscal es un reclamo impostergable y que la debilidad para cobrar impuestos refleja, no sólo la ineficiencia administrativa, sino también y sobre todo, el deterioro y rompimiento de la relación de confianza de los ciudadanos hacia el gobierno.
Dijo que la prioridad del sexenio han sido los bancos, y agregó: ''Lo irónico es que el Ejecutivo federal pasará a la historia como el presidente que más apoyó a los banqueros y concluirá su mandato prácticamente sin instituciones financieras promotoras del desarrollo''.
Aseguró que por el rescate de la banca privada, la de desarrollo y las carreteras, se comprometieron 100 mil millones de dólares, aunque ''solamente se persigue a empleados y funcionarios que se robaron alrededor de 8 mil millones de pesos''.
Gurría respondió que los recursos necesarios para la capitalización pendiente del sistema financiero se obtendrán a través de nuevas normas que serán dadas a conocer en los próximos días, así como un nuevo régimen de capitalización, nuevas reglas para obtener recursos, creación de reservas y valuación de activos, que ya han sido discutidas con los bancos.
Reconoció que actualmente el capital bancario tiene demasiados impuestos diferidos y obligaciones subordinadas, como parte de su capital neto. El objetivo de la nueva regulación, anticipó, es que las instituciones busquen por sí mismas el capital necesario para crecer.
Frente a los reclamos de PAN y PRD por una reforma hacendaria integral, Gurría informó que el Ejecutivo está dispuesto a discutir, en el momento en el que el Congreso lo decida, los términos de una modificación fiscal. En tanto, el priísta Dionisio Meade afirmó que no fue su partido el que detuvo el avance de la reforma.
Para las oposiciones, la comparecencia de Gurría para revisar el estado de la economía fue, en síntesis, ''la retórica del quinto Informe de Gobierno o el bienestar social en el país de las maravillas''.