Ť La muestra se inaugurará el día 19 en el Museo de Bellas Artes de Houston
Diego Rivera: arte y revolución itinera por Estados Unidos
Ť Arribará a México el 17 de diciembre para exhibirse en el recinto del MAM
Ť La colección incluye 90 pinturas y dibujos del llamado ''Picasso de América''
Mónica Mateos Ť Con obras que se han visto poco fuera de México, se inaugurará el próximo día 19, en Texas, la exposición Diego Rivera: arte y revolución, que llegará a México el 17 de diciembre para ser presentada en el Museo de Arte Moderno (MAM).
La colección de 90 pinturas y dibujos del llamado ''Picasso de América'', se encuentra itinerando por Estados Unidos desde el pasado febrero.
En Los Angeles batió récord de asistencia, durante su permanencia en el Museo del Condado, en mayo, según informó la corresponsalía del periódico francés Le Monde en aquella ciudad a propósito de la reciente publicación, en París, del catálogo de la muestra que desafortunadamente ''no viajará a Europa".
La exposición fue organizada por el Consejo Federal para las Artes y Humanidades de Estados Unidos, en colaboración con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) de México, así como los museos en los que se ha presentado.
Apóstol del multiculturalismo
Algunas de las pinturas que se pudieron apreciar en Estados Unidos no habían salido jamás de colecciones mexicanas privadas. También hay obra que pertenece a coleccionistas estadunidenses, japoneses y europeos, por lo que el Museo de Arte Moderno aún no sabe si la muestra llegará completa a dicho recinto, ya que no se ha definido con los propietarios extranjeros los términos para que algunos cuadros de Rivera viajen a México.
Le Monde señala que ''curiosamente", aunque la exposición lleva por título Arte y revolución, ''la obra que define esta última fama internacional del muralista Diego Rivera no es predominante. Los organizadores han dicho que el artista fue revolucionario, tanto en su quehacer estético como en sus ideas políticas, y muestran una prolífica obra de caballete, infinitamente más compleja que su reputación".
El diario agrega que en México la exposición es esperada con impaciencia aunque, supone Le Monde, ''los responsables del museo preferirán atenuar su contenido político", en referencia a la inclusión ųen la muestraų del retrato de Emiliano Zapata (1932) y del cubista Paisaje zapatista (1915). Y argumenta el rotativo: ''Teniendo como fondo la campaña electoral y con los conflictos políticos siempre activos entre el gobierno mexicano y los zapatistas de Chiapas, la obra de Diego Rivera, el defensor de los indígenas y apóstol del multiculturalismo, no ha perdido actualidad."
Diego Rivera: arte y revolución fue curada por Luis Martín Lozano, profesor de historia del arte de la Universidad Iberoamericana; Agustín Arteaga, director del Museo del Palacio de Bellas Artes, y William Robinson, del Museo de Cleveland, este último escribe en el catálogo correspondiente que la contribución de Rivera al arte del siglo XX ''rebasa por mucho sus pinturas murales; (el pintor) inventó nuevas formas artísticas que fusionaron el modernismo europeo con la tradición mexicana y el arte precolombino".
Con esta exposición, el público tiene la oportunidad de conocer diversas facetas de quien fue inseparable pareja de Frida Kahlo: desde la precocidad artística de su infancia, su formación académica, su estancia de 13 años en Europa, hasta su experimentación en el cubismo y el puntillismo.
En este sentido, se muestran un par de trabajos cubistas poco conocidos, pero asombrosos como Vista de Toledo (1912) y Mujer junto al pozo (1913). Los murales que el artista realizó en México, Detroit, San Francisco y Nueva York están presentes por medio de los bocetos de dichas obras. También se incluyen algunos collages y retratos, por ejemplo el de Lupe Marin (1938), de admirable fluidez.
Durante su exhibición por Estados Unidos, esta retrospectiva de Diego Rivera ha sido apreciada por los críticos, en particular, ''por su contribución en la definición de los términos del diálogo cultural entre México y nuestro país", explica el catálogo de presentación de la muestra en el Museo de Bellas Artes de Houston.
El recorrido por la piezas incluidas en Arte y revolución inicia con los trabajos que Rivera realizó cuando era estudiante, poco antes de su partida rumbo a Europa en 1907, donde continuó su preparación como pintor. Asimismo, se exhibe un dibujo realizado en 1899, cuando Rivera tenía 12 años, así como un autorretrato del joven veinteañero (1906).
Idealizar a Emiliano Zapata
Cuando regresó de España, Diego Rivera exploró el simbolismo. De ese periodo se presentan un grupo de raras pinturas, incluida la melancólica y evocativa vista de la esquina de La casa de Vizcaya (1907), perteneciente a una colección privada mexicana.
Mientras radicó en París, el artista viajó con frecuencia y abrevó en estilos pictóricos tanto tradicionales como vanguardistas. Conoció a Picasso, Léger, Modigliani, Chagall y Mondrian, entre otros importantes creadores de la época. Y fue bien recibido dentro del movimiento cubista, porque su obra no reflejaba matices eurocentristas. Una parte de la exposición examina la transformación de Rivera del cubismo (en el que producía complejas imágenes para conocedores) hacia su popular pintura de las masas.
El cuadro con que abre esa sección es Paisaje de Mallorca, realizado en el verano de 1914 en aquella isla mediterránea, donde la vegetación tropical evocó en el artista la memoria de su querido México.
Por otra parte Paisaje zapatista, considerada la obra maestra cubista de Rivera, fue realizada en 1915, cuando la Revolución mexicana estaba en su apogeo.
El autor consideraba a Emiliano Zapata un verdadero héroe. A petición del entonces secretario de Educación, José Vasconcelos, Rivera regresó al país en 1921, para iniciar su labor como muralista y para plasmar en su obra los ideales de las luchas campesina y obrera.
Es importante destacar que el Museo de Bellas Artes de Houston exhibirá una obra de Diego Rivera, que adquirió de manera reciente. Se trata de la Liberación del peón, un dibujo monumental realizado en 1931. La parte final de la muestra presenta retratos de los amigos y colegas del artista mexicano.