* Deben precaverse para ser menos vulnerables
No al capital de corto plazo en naciones en desarrollo: Cepal
* Propuso Rosario Green adoptar fórmulas que permitan disponer de un blindaje social efectivo en tiempos de crisis
Jesús Aranda * Ante la complacencia de los países desarrollados y la falta de interés en adoptar medidas definitivas que terminen con la ''volatilidad financiera'', motivada por el comportamiento ''irresponsable'' de los inversionistas, los países en desarrollo deben preservar su autonomía en la materia y tomar sus propias precauciones para ser menos vulnerables en futuras crisis económicas mundiales, advirtieron ayer la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Comisión Económica Para América Latina (Cepal).
Ambos organismos instaron a las naciones en desarrollo a evitar la adquisición de flujos de capital de corto plazo, y contratar préstamos ''más deseables'' de largo plazo, inversiones directas y de portafolio.
En tanto, la secretaria de Relaciones Exteriores, Rosario Green, dijo que la inestabilidad de los mercados financieros golpea ''indiscriminadamente'' a los países, particularmente a los que están en desarrollo, por lo que propuso adoptar ''fórmulas imaginativas que nos permitan contar con un blindaje social efectivo en tiempos de crisis''.
Al encabezar ayer la ceremonia de inauguración de la Reunión Regional de Alto Nivel, Green afirmó que se debe avanzar en la definición de consensos que promuevan políticas dirigidas a disminuir el costo social que generan las crisis económicas ''y a desarrollar redes de protección social que pongan énfasis en los segmentos más vulnerables de la población''.
Exhortó a que gobiernos, iniciativa privada y organismos internacionales para que construyan una estructura financiera mundial que permita mejorar la supervisión y la transparencia en las operaciones financieras mundiales.
El secretario ejecutivo de la Cepal, José Antonio Ocampo, coincidió con el secretario general de la UNCTAD, Rubens Ricupero (quien envió un mensaje grabado a la ceremonia realizada la noche de ayer en la sede de la cancillería) en que los mercados financieros internacionales ''distan mucho de haberse normalizado'' y que la crisis no ha sido plenamente superada.
Ocampo planteó cinco grandes temas que los países en desarrollo deben impulsar en las negociaciones sobre un nuevo orden financiero: prevención y manejo de crisis financieras; temas asociados con el financiamiento para el desarrollo; reglas de acceso a los recursos multilaterales; papel de las instituciones regionales; y los espacios donde debe preservarse la autonomía nacional.
Evitar la condicionalidad internacional
Ocampo criticó el alcance de ''condicionalidad'' del Fondo Monetario Internacional (FMI) en las reglas para otorgar préstamos emergentes o destinados a la banca de desarrollo a las naciones subdesarrolladas que los requieren.
Por ello, subrayó, la ampliación de las actividades del FMI en la provisión de recursos excepcionales, así como el diseño de mecanismos de consulta de políticas macroeconómicas y de prevención de crisis, debe estar acompañada de un nuevo consenso acerca del alcance de la ''condicionalidad''.
Asimismo, advirtió que los países en desarrollo deben mantener su autonomía en diversas áreas, pero especialmente en el manejo de las regulaciones de flujo de capitales y el régimen cambiario.
Esta situación va más allá de la esfera económica, subrayó; tiene que ver con los objetivos más amplios de la democracia a escala mundial, ya que no tiene sentido promoverla, si los procesos políticos representativos y participativos nacionales no van a tener posibilidad de terminar de determinar las estrategias de desarrollo económico y social. Resulta inaceptable, sostuvo, que las agencias de ayuda internacional se apropien de las reglas de acceso a los recursos.
Propuso que el FMI sea pensado a futuro ''no como una institución única, sino como la cabeza de una red de bancos de reservas regionales y subregionales''. La idea es que las organizaciones regionales puedan sustituir en un momento a instituciones como el FMI, en el suministro de financiamiento excepcional para las economías más pequeñas, proporcionar mecanismos de consulta macroeconómica entre países vecinos, así como proporcionar apoyo a la banca en desarrollo.
Planteó que América Latina y el Caribe deben apostarle al fortalecimiento de los organismos regionales y subregionales existentes y a su complementación con nuevos mecanismos de cooperación financiera regional y subregional.