Avances y aplicaciones de la ingeniería biomédica
Angel R. Zapata Ferrer
El desarrollo de la investigación en ingeniería biomédica ha permitido que la medicina mexicana cuente con métodos y aplicaciones tecnológicas para lograr una notable mejora en el diagnóstico, la terapia y la rehabilitación, así como el uso del equipo de análisis bioquímico y de otros tipos utilizados en la clínica médica, logrando con métodos computarizados un avance en el diagnóstico de las enfermedades que afectan a la población.
Los pioneros de la investigación y el desarrollo de la ingeniería biomédica en México surgieron a partir de la época en que los investigadores en el campo de la medicina comenzaron a interactuar con los ingenieros, mediante el uso de los equipos electrónicos que fueron llegando al país. Muchos se abocaron al desarrollo de sus propios equipos, disponiendo de muy pocos recursos para su construcción.
Uno de los precursores de las aplicaciones de los sistemas físicos de medición en la medicina fue el médico-astrónomo y físico-matemático mexicano José Ignacio Bartoloche y Díaz de Po-sada. Su publicación peri ódica se llamó Mercurio volante, en interés a su intención de divulgar esos aspectos. El primer número apareció el 17 de octubre de 1772, y el último el miércoles 10 de febrero de 1773.
Otros pioneros de esas disciplinas han sido algunos artíficies mexicanos que mucho tiempo atrás se dedicaron al desarrollo de instrumentos mecánicos y de cirugía aplicados a la clínica médica. Sin embargo, la necesidad nos ha obligado a diseñar y construir nuestra herramienta, así como equipos y sistemas para efectuar mediciones de parámetros fisiológicos o biofísicos con características adecuadas a las normas de la ingeniería biomédica, la biomecánica, la biofísica y la fisiología.
Esa necesidad ha sido bien canalizada por muchos ingenieros y bioingenieros mexicanos. Así, muchos hemos diseñado y construido equipos y sistemas ųalgunos computarizadosų de gran ayuda a la investigación biomédica en el país.
Me han impresionado mucho algunos instrumentos desarrollados por manos de artífices mexicanos, debido a la imperiosa necesidad de utilizarlos en aplicaciones específicas de la cirugía o de la fisiología, en épocas pretéritas y actuales.
Lo anterior pudimos constatarlo durante el último concurso de instrumentación que organizamos durante el 41 Congreso Nacional de Ciencias Fisiológicas, efectuado en San Luis Potosí en 1998. Nos percatamos también de los logros actuales de aquellos ingenieros mexicanos que se han dedicado al diseño y desarrollo de equipos de instrumentación aplicados a la investigación biomédica, o bien a las aplicaciones clínicas, así como del equipo actual computarizado que se desarrolla en nuestras instituciones de salud, en las universidades y en las institucio- nes tecnológicas del país.
Es prudente recordar una máxima del maestro Igna-cio Chávez: "El que no estudia la historia, se condena a repetirla". Por eso, toda la medicina debe ser consciente de su propia historia. También proponía: "Méxi-co necesita impulsar la ciencia y la tecnología si queremos sacudirnos el vasallaje intelectual, y con el intelectual sacudirnos mañana el económico, porque los pueblos no avanzan en su desarrollo, si no es gracias al caudal de inteligencia que poseen".
Así, tanto el aspecto heurístico de la ingeniería biomédica como el perfil epistemológico deberán surgir como un esfuerzo multidisciplinario para dotar a los profesionistas de la salud de métodos e instrumentos que les permitan sustituir la apreciación subjetiva por mediciones, y la manipulación por acciones automatizadas.
En la época actual, en la que coexisten una mística científico-tecnológica ųcuyo símbolo por excelencia es la computadoraų y la mística teológica, quizás pareciera posible soslayar las cuestiones fisiológicas y aplicar un estricto pragmatismo; según el canal, se podría intentar con cualquier técnica biomédica, y en el caso de que ésta sea útil, fabricar y vender el instrumento o el sistema específico.