Comunicado del EZLN a los zapatistas de Amador Hernández
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Agosto de 1999
A las compañeras y compañeros zapatistas de la comunidad de Amador:
A las compañeras y compañeros zapatistas de las regiones que están apoyando la digna resistencia de los zapatistas de Amador:
A las mujeres y hombres de la sociedad civil que acompañan, en calidad de observadores de paz, a los indígenas del Valle de Amador:
De Subcomandante Insurgente Marcos.
Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Hermanas y hermanos:
A nombre de todas y todos los compañeros y compañeras del Comité Clandestino Revolucionario Indígena les mandamos un saludo y les digo estas palabras:
El ejemplo de dignidad y valentía que ustedes están dando ahora no sólo llega a nosotros, a sus compañeros del EZLN, también está llegando a obreros, campesinos, indígenas, colonos, amas de casa, estudiantes, maestros, artistas e intelectuales, religiosos honestos, jubilados, hombres, mujeres, niños y ancianos de otras partes de México. Y también llega más allá de nuestro país que es México. A otras partes del mundo está llegando la noticia de la digna resistencia de los indígenas zapatistas en Amador.
Esos soldados que están frente a ustedes defienden una causa injusta, arbitraria y criminal. Esos soldados saben lo mismo que nosotros sabemos, que no están ahí para ayudar al pueblo o para traer un mejor nivel de vida. Esos soldados están ahí para que la guerra del mal gobierno tenga un camino por dónde atacar a las comunidades que no se rinden. En la radio, la televisión y la prensa que están al servicio de la mentira y el dinero, dicen que esos soldados están ahí para que se pueda construir una carretera que traerá beneficios a los pueblos indígenas. Ellos, los soldados y el gobierno, y nosotros, sabemos que no es cierto.
Sabemos bien que las carreteras que ha construido el gobierno no han llevado ni un solo beneficio a los indígenas. Con las carreteras no han entrado médicos, ni se han construido hospitales, ni llegan maestros, ni se hacen escuelas, ni llegan materiales para mejorar la vivienda de los indígenas, no mejora el precio de los productos que venden los campesinos ni son más baratas las mercancías que deben comprar los indígenas. Con las carreteras de Zedillo, porque tenemos que recordarles a todos que es Zedillo el que nos hace la guerra, El Croquetas Albores es un perrito obediente de Zedillo, que ladra cuando le dicen que ladre y se calla cuando le ordenan que se calle, con las carreteras han llegado los tanques de guerra, los cañones, los soldados, la prostitución, las enfermedades venéreas, el alcoholismo, las violaciones de mujeres y niños indígenas, la muerte y la miseria. Cualquier carretera que ha hecho el gobierno muestra que no trae ningún beneficio, como no sea para los que se enriquecen a costa nuestra o vienen a matarnos, a encarcelarnos y a humillarnos.
Pero si no quieren ir muy lejos, ahí están los ejemplos de las carreteras a San Quintin, lugar donde los priístas se arrepienten de serlo, las carreteras a Las Tasas o a Tani Perlas. Con ellos llegaron los soldados y sus vehículos de guerra, llegaron materiales de construcción pero no para hacer escuelas o casas para los indígenas, sino para hacer cuarteles, llegaron prostitutas y alcohol, llegaron mercancías más caras y coyotes que pagan todavía más barato nuestro producto, además de ladrones y criminales, y de los que vienen a robarse las maderas preciosas y destruir nuestros bosques. Ni un solo beneficio para los indígenas y en cambio muchos dolores y sufrimientos. Las mujeres, las madres, las esposas y las hijas de esos indígenas son usadas por los soldados como prostitutas, pagan por ellas o las toman a la fuerza, y el indígena que protesta es amenazado de muerte o es tomado preso o es desaparecido.
Pregunten a los priístas de San Quintín, que ellos cuenten cómo vendieron a sus mujeres a los soldados. Pregunten a las mujeres de San Quintín, que ellas cuenten cómo son usadas por los soldados, cómo tienen ahora enfermedades venéreas que llegaron junto a las prostitutas que le dan servicio a los soldados, cómo lo poco que ganan sus hombres se gasta en alcohol y prostitutas, cómo han aumentado los robos y los asesinatos, cómo llegó el miedo y la angustia de la mano del Ejército y su carretera. Pregúntenles si tuvieron alguna vez algún problema con los zapatistas, y ellos les dirán que siempre los respetamos, que nunca los obligamos a dejar de ser priístas o entrar a la guerra. Pregúntenles a las mujeres y les dirán que, cuando no había otro ejército más que el EZLN, no había tanta borrachera, ni prostitución, ni crímenes, ni tristeza, ni angustia, ni miedo.
Igual pueden contar los priístas de todas las comunidades donde han entrado carreteras. No ha mejorado en nada su vida y sus niños siguen muriendo con todo y carretera, siguen siendo despreciados por ser indígenas, y ya ni siquiera les vale ser priístas porque el gobierno lo que quiere es romper a los zapatistas y entonces los priístas tienen que disfrazarse de zapatistas para que así les den un poco de apoyo.
Esta es la verdad, compañeros y compañeras, nosotros lo sabemos y lo saben muy bien los indígenas priístas, los que tienen la maldición de una carretera gubernamental, y lo sabe el gobierno y sus soldados.
Ahora el gobierno está diciendo dos grandes mentiras.
Una es que el EZLN se opone a que el progreso llegue a las comunidades indígenas, que el EZLN se opone a que los indígenas vivan mejor, que por eso el EZLN se opone a las carreteras.
Ustedes, compañeros y compañeras, saben bien que no es así, saben bien que el EZLN quiere carreteras que traigan la paz verdadera y no la guerra.
El EZLN quiere carreteras que traigan hospitales, escuelas, vivienda digna, buena alimentación, mejores precios para los productos del campo, mejoras para la tierra, reconocimiento a la democracia que practicamos los indígenas, que es mucho mejor que la que sufren otros.
Queremos que las carreteras sirvan para que las riquezas que hay en los suelos chiapanecos sean para beneficio de todos los mexicanos y no para que sean vendidas al dinero extranjero, queremos que las carreteras sean para la independencia y soberanía de México, y no para que los grandes poderosos nos manden como si fuéramos sus esclavos y compren este país como si fuera una mercancía barata.
Cuando las carreteras traigan paz y no soldados y tanques de guerra y alcoholismo y prostitución y miseria y enfermedades y miedo, entonces los zapatistas seremos los primeros en el trabajo para construirlas.
Pero mientras las carreteras sólo sirvan para aumentar la opresión, la miseria y la muerte entre las comunidades indígenas, los zapatistas nos opondremos a ellas, resistiremos. Aunque suframos en la resistencia, aunque nos ataquen, aunque nos encarcelen, aunque nos maten, aunque digan mentiras de nosotros, no permitiremos las acciones del gobierno que sólo provocan muerte, miseria, abandono y miedo.
Y si lo hacemos no es por nosotros, lo hacemos por millones de mexicanos y mexicanas que son pobres como nosotros. Ellos y ellas merecen que las riquezas nacionales sean para su beneficio y no para la pandilla de ladrones que están en el gobierno.
Los soldados que están ahí, en Amador, saben que estoy diciendo la verdad, saben que nosotros estamos luchando por la libertad, la democracia y la justicia para todos los mexicanos, incluyéndolos a ellos y a sus familias, a sus padres, a sus esposas, a sus hijos. Saben bien que llegará un día en que la justicia vivirá en México y que ellos, los soldados, sirvieron a la injusticia a la mentira, al crimen y a la muerte; y que nosotros, los zapatistas, servimos a la verdad, a la justicia, a la vida.
Los soldados que están ahí saben que no les tenemos miedo, ni a ellos, ni a las decenas de miles que tienen en todo Chiapas. Saben que no nos dan miedo ni sus armas, ni sus tanques de guerra, ni sus aviones, ni sus helicópteros, ni los ladridos de su patrón Albores. Saben que estamos dispuestos a enfrentarlos y que no permitiremos que en estas tierras las cosas vuelvan a ser como antes, donde era más cara una gallina que la vida de un indígena y donde el desprecio y el olvido era lo único que el indígena recibía a cambio de su trabajo.
Los soldados que están ahí saben quiénes somos los zapatistas y qué queremos. Si ellos pudieran hablar con libertad y sin miedo, dirían que decimos la verdad, que nuestra causa es justa y que sus familias están también jodidas y necesitan que alguien luche por ellas. Ellos saben que los zapatistas somos necesarios.
Otra mentira que esta diciendo el gobierno es que esas mujeres y hombres de la sociedad civil que los están acompañando a ustedes como observadores de paz, son los que los están agitando a ustedes para que se opongan a la presencia de los soldados. El gobierno dice que estos maestros, estudiantes, investigadores y trabajadores vinieron a mal aconsejarlos a ustedes para que se rebelaran.
Yo sé que a ustedes les da risa eso. Ustedes y yo sabemos bien que muchos de ustedes ya estaban conscientes y preparando la rebelión cuando estas personas eran apenas unos niños y niñas. Ustedes y yo sabemos bien que la rebeldía y la dignidad no nos llegaron de la ciudad, sino que viene de la historia de resistencia y heroísmo de los pueblos indios. Ustedes saben bien que ya se habían rebelado contra la presencia de los soldados cuando no había llegado nadie de la sociedad civil. Ustedes saben bien que los zapatistas nos alzamos en armas y gritamos "!YA BASTA!" cuando todos callaban y olvidaban. Todo esto lo sabemos bien.
Pero el gobierno y sus medios de comunicación están haciendo una fuerte campaña en contra de esta gente que es buena, noble y generosa. Ellas y ellos quieren la paz digna y verdadera, por eso han venido hasta ustedes para estar juntos y oponerse a la guerra. Ellas y ellos son grandes mexicanos y mexicanas, no importa cuál sea su edad, si son muy jóvenes o muy viejos.
Sabemos que a ustedes y a nosotros nos da mucho orgullo saber que hay mexicanos y mexicanas como ellos y ellas, que están dispuestos a todos los peligros con tal de defender la paz, la democracia, la libertad y la justicia.
Por eso les pido, a nombre de todos los pueblos zapatistas, de todas las tropas insurgentes y milicianas, de todos los oficiales y comités, que cuidan a esta gente, que la traten bien, que la protejan y que vean siempre porque estén cómodos y contentos y sanos y alegres. Ellos y ellas representan a miles que no pueden venir a acompañarnos pero si quieren hacerlo.
Pues esta fue mi palabra, compañeros y compañeras. Les digo que ya se están movilizando compañeros zapatistas de las regiones Tzotzil, Chol, Tojolabal, Zoque, Mamo y de otras regiones tzeltales. Seguiremos pendientes de cómo va todo, pero está claro que no nos vamos a rendir.
Gracias por escucharme compañeros y compañeras, es todo lo que ahora les dice mi corazón.
Mando un saludo a todos y todas los que conocí hace 15 años, cuando llegué por primera vez a estas tierras.
Desde las montañas del Sureste Mexicano
Por el CCRI-CG del EZLN.
Subcomandante Insurgente Marcos.