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El "concierto de las arenas"

De los incontables ruidos y sonidos que saturan el medio ambiente, sólo un número reducido son captados por el sistema auditivo humano; otros son percibidos por muchas especies animales, y las plantas también reaccionan a las vibraciones sonoras que fluyen por el espacio.

La capacidad auditiva está regulada para cada tipo de cuerpo viviente de acuerdo con la función que desempeña, como un aviso oportuno para que la especie en peligro pueda defenderse de sus depredadores.

Los sonidos que capta el ser humano tienen muchas aplicaciones, principalmente comunicativas, y otros cuya procedencia no se ha podido detectar han servido como tema para inventar leyendas.

Entre la amplia variedad de sonidos que han intrigado a los investigadores está el caso del "concierto de las arenas", lo suficientemente sonoro para ser escuchado a varios kilómetros de distancia.

Las primeras referencias de esos sonidos, que se asemejan a los de una caballería o la sirena de un barco, datan desde Marco Polo hasta lord Curzon (virrey británico de India), quienes quedaron maravillados al escuchar resonar las arenas en desiertos y playas del mundo cuando las golpea el viento; pero un grupo de investigadores canadienses cree haber resuelto el misterio.

Durante años Marcel Leach, físico de la Universidad Lorenzana de Sudbury, Ontario, había trabajado en el acertijo de las arenas resonantes sin descubrir el misterio, hasta que se reunió con su colega Douglas Goldsack, quien sugirió la conveniencia de analizar la composición de las arenas de todo el mundo que había coleccionado.

Los investigadores descubrieron que las arenas resonantes tenían un nivel inusitadamente alto ų95 por cientoų de sílice, mientras que la mayoría tienen 50 por ciento de otros minerales. Además, el aspecto de los granos es perlado y descubrieron que ese tipo de arena, a diferencia de la normal, cuenta con una especie de gelatina que hizo suponer a Goldsack y Leach que es la que hace cantar a las dunas. Pero hay algunas arenas que aún producen una resonancia misteriosa. (Notimex).