El hogar, el ambiente ideal; las guarderías, una alternativa


Calidad en el cuidado de los niños

Patricia Vega

En el terreno de la epidemiología, la revista mexicana Archives of Medical Research (volumen 30, número 3, correspondiente al bimestre mayo/junio), editada y distribuida internacionalmente por Elsevier Science, da a conocer el resultado del estudio Las guarderías como factor de riesgo en las infecciones respiratorias agudas, a cargo de los doctores Sergio Flores Hernández, Hortensia Reyes Morales y Ricardo Pérez Cuevas, de la Unidad de Investigación Epidemiológica y en Servicios de Salud, y de Héctor Guiscafré Gallardo, de la División de Investigación Epidemiológica y en Servicios de Salud del Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS.

Como introducción al tema, resulta insoslayable considerar que la calidad en el cuidado del menor es un requisito esencial que puede darse de muchas maneras. Los pediatras y psicólogos reconocen que el ambiente ideal para cuidar y educar a los niños, en términos generales, es el hogar, con su familia.

La atención de los padres es particularmente importante durante los primeros meses de vida. Sin embargo, esa situación ideal no siempre es posible por razones económicas, familiares o sociales. Casi la mitad de las madres desempeñan algún trabajo fuera del hogar, y se espera que esa cifra se eleve a 75 por ciento para finales de este siglo. Por lo tanto, es necesario buscar otro tipo de cuidado.

En ese contexto, la guardería es el lugar que complementa la atención del pequeño durante la parte del día en que sus padres trabajan. Antes de 1974 no se consideraba que las guarderías tuvieran influencia en la salud del niño, pero actualmente diversos pediatras y psicólogos sostienen que muchos menores, especialmente los mayores, pueden beneficiarse, pues estimulan su desarrollo. Algunas recomendaciones son:

1. Antes de seleccionar una guardería, los padres deben conocer funcionamiento e instalaciones, y hablar con otros padres que usan esos servicios, especialmente respecto al cuidado que se ofrece a los niños.

2. Buscar guarderías que tengan como mínimo:

* Personal entrenado y suficiente ųuno por cada cinco o menos niñosų, que disfrute, entienda y tenga habilidad para atender a los menores.

* Espacios suficientes para que el niño pueda estar cómodo.

* Grupos pequeños.

* Tener un programa de control sanitario estricto, de acuerdo con las normas oficiales, con especial énfasis en la higiene de manos, juguetes y mobiliario.

* Diversas actividades y juegos de acuerdo con la edad del menor.

3. Cuando el niño acude por primera vez a la guardería, los padres deben acompañarlo varios días y quedarse cerca de él cuando realice alguna actividad (comer, jugar, dormir, etcétera). Con el transcurso del tiempo pueden estar un poco menos con él, hasta que se integre al grupo.

4. Si los padres ya no se sienten satisfechos con el cuidado que en la guardería le brindan a su hijo, deben buscar otra mejor.

Una de las mayores preocupaciones, tanto de los padres como del personal de salud, es que los niños se enferman con frecuencia durante el primer año de vida, principalmente cuando son cuidados fuera del hogar. Sin embargo, las enfermedades infecciosas comunes ųvías respiratorias, diarreas y problemas de la pielų las padecen también los niños cuidados en el hogar.

El grupo de investigadores encabezado por el doctor Sergio Flores Hernández realizó un estudio en un área urbana, al suroeste de la ciudad de México, en 138 niños que asisten a guarderías adscritas al IMSS y en 144 que son cuidados en sus casas. Durante un año, diariamente se registraron los síntomas de las vías respiratorias, y en forma mensual se valoró su crecimiento durante el primer año de vida.

Se comparó la frecuencia y el tipo de infecciones respiratorias entre los dos grupos y se encontró que los que son cuidados en el hogar presentaron seis episodios de infección respiratoria, mientras que los atendidos en las guarderías padecieron 14. Aunque la mayoría de los episodios fueron leves (catarro o tos de menos de 10 días de duración, sin o con fiebre por no más de dos días, molestias que no ameritaron del uso de medicamentos), muy pocos tuvieron complicaciones que requirieron atención médica.

Las infecciones se contagian de una persona a otra mediante las secreciones, o por un enfermo que ha contaminado el aire o un objeto. Los niños muy pequeños tienen pocas defensas y que en las guarderías la posibilidad de contagio es mayor, ya que están en contacto con muchos menores y con quienes los atienden.

En ese estudio se observó que cuando el niño ingresa a la guardería en los primeros tres meses de edad, en sólo 15 días tiene mayor posibilidad de contraer una infección de las vías respiratorias que el cuidado en su casa. Sin embargo, hay que recordar que cada vez que un menor enferma, su organismo produce anticuerpos que lo protegerán cuando alcance la edad prescolar.

A pesar de las evidencias de que cuando el niño asiste a la guardería se enferma con mayor frecuencia, los resultados publicados en Archives of Medical Research sugieren que las complicaciones debidas a infección respiratoria son poco frecuentes, al igual que cuando es cuidado en el hogar, y además su crecimiento no se ve afectado por el número de infecciones.

En la actualidad, la mayoría de los padres no tienen otra alternativa mejor para el cuidado de sus hijos que las guarderías. Por lo anterior, los especialistas concluyen que la decisión de utilizarlas depende de que los padres tomen en cuentan los criterios de calidad para la elección del servicio y las recomendaciones señaladas anteriormente.