A Camilla Parker, su rival, la preparan para tomar su lugar
Se apaga el recuerdo de Lady Di
Reuters, Londres, 29 de agosto n Dos años después de la muerte de la princesa Diana, la histeria y las especulaciones que siguieron a su trágico deceso se han ido apagando, mientras la atención se concentra en su hijo mayor, el príncipe Guillermo.
Al mismo tiempo, los observadores de la realeza creen que la mujer a la que el príncipe Carlos estuvo ligado por mucho tiempo, Camilla Parker Bowles, es cuidadosamente preparada para ocupar el lugar que dejó la princesa.
Y también su recuerdo parece desvanecerse.
La cobertura de los medios de comunicación se ha reducido drásticamente, en buena medida por la falta de imágenes de quien en su momento era la mujer más fotografiada del mundo.
Su memoria parece haber quedado restringida al pequeño altar que su hermano, el duque de Spencer, construyó en la propiedad familiar de Althorp, donde Diana está enterrada. Varias propuestas para rendirle tributo han sido rechazadas.
Mientras tanto, la familia real recordó el domingo a Diana ''en sus oraciones'' en la iglesia Crathie, cerca de la residencia de descanso de la reina Isabel en Balmoral, y estará pensando en ella el 31 de agosto, al cumplirse dos años de su muerte.
Pero más allá de eso, un portavoz del palacio de Buckingham aclaró que ''no están previstas actividades oficiales por el segundo aniversario de la muerte de la princesa de Gales''.
Hace dos años, los británicos se conmovieron hasta las lágrimas ante el fatal accidente automovilístico de la princesa en un túnel de París.
Millares de personas acudieron a depositar flores y encender velas frente al hogar de la princesa, el palacio de Kensington, en Londres.
Una multitud aún mayor se agolpó en las calles de la capital para ver pasar su ataúd el día del funeral, cuando el conde de Spencer fue ovacionado al aprovechar su oración para acusar a la prensa de haberla llevado a la muerte.
Pero dos años después, cuando la investigación de la justicia francesa despeja los interrogantes, pocos parecen acordarse de aquellas acusaciones sobre el accidente, en el que también murieron su compañero Dodi Al Fayed, y el conductor Henri Paul.
Aunque el padre de Dodi, el multimillonario Mohamed Al Fayed, mantiene la teoría de la conspiración, los fiscales franceses han abandonado dicha hipótesis y apuntan a Paul, quien estaba borracho y conducía a alta velocidad.
Los fiscales solicitaron cerrar el caso.
Los cargos contra los fotógrafos conocidos como paparazzi, acusados por Al Fayed y el hermano de la princesa por provocar el accidente al perseguir la limusina Mercedes Benz en que viajaban, parecen estar a punto de ser levantados.
En respuesta, el abogado de Al Fayed, multimillonario empresario, dueño de las tiendas Harrod's, ha amenazado con librar una larga batalla legal en caso de que el juez investigador cierre el caso.
Pero el reporte oficial sobre el accidente no sólo exonera a los paparazzi, sino que también carga parte de la culpa sobre Dodi, por haber reaccionado de manera exagerada a la labor de los fotógrafos, dijeron fuentes cercanas a la investigación.
Una línea con la que coincide el periodista británico Martyn Gregory en su libro Diana: Los últimos días, publicado el mes pasado.
''La verdad es que la princesa Diana murió por la decisión de Dodi de poner al volante a un conductor borra- cho, drogado y sin la calificación necesaria, que manejó el vehículo de manera peligrosa y que chocó a alta velocidad'', destacó Gregory.
Los niveles de alcohol en la sangre de Henri Paul estaban muy por encima del límite permitido en Francia para los conductores, según la autopsia realizada después del accidente, en el que el Mercedes se estrelló contra una columna en el Túnel de Alma.
Pero mientras la investigación sigue su lento curso, la atención de la familia real se desvió hacia otra dirección.
En una acción aparentemente planificada para elevar su imagen como compañera del príncipe Carlos, Camila Parker acompañó este mes al heredero de la corona en un crucero por el Mediterráneo.
Y por primera vez compartió el paseo con los hijos de Carlos, los príncipes Guillermo, de 17 años, y Enrique, de 14.
Cuando Camilla y Carlos se aprestaban a volar de regreso a casa desde el aeropuerto de Atenas, se dejaron fotografiar juntos en el vehículo que los llevaba al avión.
Los observadores de la realeza no creen que Camilla, señalada por muchos como la responsable de la ruptura del matrimonio de Carlos y Diana, pueda casarse con el príncipe, aunque esperan que la opinión pública vaya aceptando su relación.
Es Guillermo, sin embargo, quien parece concitar cada vez mayor interés. Cuando apareció en público recientemente durante la celebración del cumpleaños 99 de su abuela, la Reina Madre, atrajo una nube de jóvenes admiradoras.
Los periódicos británicos han aceptado hasta ahora en buena medida el llamado de la corona británica para respetar la vida privada de los príncipes mientras continúan sus estudios.