CLASE POLITICA Ť Miguel Angel Rivera

Con la atención general centrada en la elección de candidatos presidenciales, ha pasado poco advertido otro proceso que en condiciones normales sería foco de atracción: el cambio de gobernador en Morelos.

Tal vez este aparente olvido se deriva del hecho de que las fechas electorales cambiaron en Morelos, de manera que ahora las votaciones de gobernador serán paralelas a las de Presidente de la República.

La lucha por el poder en el vecino estado tiene muchos aspectos notables, precisamente por su cercanía y su vinculación con el Distrito Federal -muchos capitalinos poderosos tienen propiedades en ese estado y los de menos recursos van a pasear al mismo por lo menos los fines de semana- por el reciente conflicto que llevó a la renuncia (¿destitución?) del ex mandatario Jorge Carrillo Olea y por su vinculación con la misma lucha por el Ejecutivo federal.

La vinculación con el proceso presidencial se encuentra en el hecho de que uno de los aspirantes al gobierno federal, Francisco Labastida Ochoa, nombró coordinador de su campaña en Morelos al senador Rodolfo Becerril Straffon y eso en muchos círculos se interpretó como un ``destape'' anticipado, a reserva del triunfo del propio ex gobernador de Sinaloa.

En consecuencia, se supone que en cuanto se conozcan los resultados de los comicios para la nominación presidencial, la dirigencia del PRI se enfocará al caso Morelos.

Por lo pronto, hubo disgusto entre los seguidores de otros aspirantes priístas, inclusive entre quienes simpatizan con Labastida Ochoa para ``la grande''.

Entre los precandidatos priístas más notables están, por orden alfabético, el actual procurador de Justicia, José Castillo Pombo, el ex diputado y ex alcalde David Jiménez y el ex diputado y ex presidente estatal del tricolor Juan Salgado Brito.

Como ocurre a nivel federal, se estima que existen amplias posibilidades de victoria de la oposición, que gobierna la capital, Cuernavaca, además de otros importantes municipios. Pero los priístas creen poder reconquistar terreno por el buen trabajo del gobernador actual, Jorge Morales Barud, y porque la situación nacional empieza a mejorar.

Por la oposición la figura que más ha aparecido, sobre todo en el conflicto que derivó en la caída de Carrillo Olea, es el ex diputado del PST y ahora militante del PRD Graco Ramírez Garrido Abreu, pero inclusive dentro de su partido se le trata de bloquear el paso por no ser originario de Morelos, sino de Tabasco.

En la lista del partido del sol azteca aparecen también el ex priísta -por lo menos tres sexenios se quedó en la antesala- Marcos Manuel Suárez, el presidente estatal del partido, Julián Wences y el empresario Raúl Iragorri.

Por el PAN, las principales figuras son Sergio Estrada Cajigal y, sobre todo, el diputado Marco Antonio Adame.

También en este estado se habla de una posible alianza de las oposiciones. Para consolidarla, dicen los enterados, se requieren dos condiciones: una, que tal como sucede a nivel nacional, las principales fuerzas, el PAN y el PRD, se pongan de acuerdo respecto del candidato y, dos, que se materialice ese frente nacional opositor del que tanto se habla.

La cosecha

Al fin hubo acuerdos en el Senado y, como lo anunció su presidente, el senador campechano Trinidad Lanz Cárdenas, hoy mismo empezará el proceso para aprobar algunas modificaciones en su forma de gobierno y por lo pronto desaparecerá la Gran Comisión. Este cambio concluirá mañana, pero queda pendiente la reforma integral de la Ley OrgánicaÉ

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