Arrancamos la campaa para la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, seguros de reconstruir el movimiento que integre los movimientos, las luchas sociales y democráticas que hicieron posible el primer gobierno electo y el triunfo de Cárdenas y el PRD en la ciudad.
Iniciamos esta campaña con el objetivo de reconstruir la red social y solidaria que reconstruyó la ciudad luego de los terremotos de 1985, la que integró y extendió los movimientos urbano- populares y junto a los trabajadores, estudiantes de la UNAM y el IPN hicieron 1988 y el primer triunfo democrático en la capital. Empezamos campaña con los que llenaron el Zócalo varias veces, en defensa del voto cardenista; los que fundaron la Convención del Anáhuac y el Movimiento Urbano Popular; los que recuperaron el primero de mayo para los trabajadores y acabaron con el festejo de sometimiento al presidencialismo. Estamos los que organizaron, desde la calle, el plebiscito ciudadano de 1993, instalaron en calles y plazas las primeras radios libres y defendieron el derecho de expresión ante los monopolios de la comunicación electrónica.
Existe un compromiso por la ciudad y su transformación que pretendemos que sea la continuación de la puerta que abrió Cuauhtémoc Cárdenas en su ruta hacia la Presidencia de la República y que suscribimos desde 1988.
La convocatoria es a constituir la Convención Popular, Ciudadana y Democrática de la Ciudad de México para el 5 de febrero del 2000, a fin de que de ella surja el programa que todos defenderemos. La realización de la convención será en campaña y desde abajo, realizando balances, diagnósticos y nuevas propuestas que logren no sólo intensificar el proceso de soluciones desde ahora en lo que resta al gobierno democrático, sino las condiciones para ganar la próxima elección del 2 de julio del año 2000.
Advertimos a los enemigos del cambio, su nueva derrota. Al PRI y la derecha siniestra y de dos caras, que representa el PAN. A esa derecha que en la ciudad ha sostenido su alianza con el PRI, negando los recursos, aliada del salinismo, conservadora y que no ha dudado en conspirar contra la decisión mayoritaria de los habitantes de la ciudad de México. Esa derecha que avanzó en el norte, sobre la base de propagandizar su desprecio y odio sobre la capital y sus habitantes, acusándonos de flojos y parásitos y señalando a los chilangos como los responsables de los males de los mexicanos del norte. ``Haz patria, mata a un chilango'', decía la propaganda del neopanismo y por eso no tienen autoridad ninguna para representar a esta ciudad.
Frente al odio de la derecha contra la capital y sus habitantes, nuestra identidad es ser mexicanos universales, la ciudad que integra y da cobijo solidario a los campesinos e indígenas migrantes, a todas las regiones donde el paisanaje se convierte en parte de la vida social y cultural de la ciudad.
Empezamos, convocando a organizar los debates y propuestas en torno a modificar y planificar la nueva ciudad, con base en un sistema de 16 ciudades que deberán integrarse bajo una visión metropolitana y una nueva cultura de relación política con la autoridad. Una reforma administrativa y política para mejorar los servicios públicos, el manejo y aplicación de los recursos y que sea una ofensiva desde la sociedad y el gobierno en contra de las bandas y mafias creadas por los teóricos de la corrupción desde el PRI. Empezamos convocando a que la convención sea una estructura permanente, extendida a las delegaciones (16 ciudades el año próximo) y que represente desde abajo a los barrios, las colonias, los pueblos, las escuelas, los talleres, los mercados, los hospitales, las empresas, los agrupamientos culturales, unidades habitacionales, las policías, etcétera.
La convocatoria es a la movilización para reorganizar la lucha social ante los temas fundamentales, como la vivienda, la inversión, el trabajo, la educación, la alimentación y el medio ambiente. No empezar de cero, sino recogiendo todo lo que nos ha hecho ganar la libertad en la ciudad, pero que debemos profundizar para que cambien también ahora, las condiciones sociales de la mayoría de los habitantes de la ciudad.
Esta ciudad, este centro, tiene el corazón a la izquierda y eso nos hace mexicanos universales que luchan todos juntos por la ciudad, la capital de todos los mexicanos.