n Banamex y Bancomer: se reanudarían préstamos al sector privado
Indispensable, la reforma al marco legal del sistema financiero
n El elevado monto de las tasas de interés reales frena el desarrollo de proyectos productivos
Roberto González Amador n Los dos principales bancos del país coincidieron en que la reforma al marco regulatorio y legal en que opera el sistema financiero es condición "indispensable" para reanudar la entrega de préstamos al sector productivo y mejorar la rentabilidad de las instituciones de crédito.
"El financiamiento bancario al sector productivo no muestra indicios de recuperación", señaló Banamex, institución que consideró que las reformas propuestas por el Ejecutivo para modificar el marco legal del sistema bancario enfrentan "un futuro incierto" en el Congreso.
En tanto, Bancomer apuntó que "un factor clave" para atenuar la debilidad en algunos bancos del sistema financiero sería la reanudación en el crecimiento de los activos productivos, "a través de un marco regulatorio y legal adecuado para la realización de la actividad bancaria y estabilidad macroeconómica y política".
Las opiniones de ambos bancos, emitidas por separado, coinciden con las expresadas en la última semana por funcionarios del Ejecutivo y la Asociación de Banqueros de México, quienes consideraron que la reforma al marco legal del sistema financiero es necesaria para reactivar el financiamiento al sector productivo, que presenta una caída de 60 por ciento en términos reales, de diciembre de 1994 a la fecha.
El jueves pasado, el secretario de Hacienda, José Angel Gurría, anunció que el Ejecutivo enviará al Congreso una reforma a la Ley de quiebras y suspensión de pagos, al tiempo que urgió al Poder Legislativo a aprobar la iniciativa sobre Ley de garantía de depósitos, que permitiría acelerar los tiempos en que los acreedores pueden ejercer las garantías dejadas en prenda por deudores morosos.
Altos réditos
Pero, además del marco legal, que a juicio de funcionarios y banqueros inhibe la entrega de préstamos al sector productivo, el mercado de crédito local funciona todavía con tasas de interés reales, incluso superiores a las prevalecientes en 1995, que impiden el flujo de préstamos.
"Un hecho discrepante en la mejoría generalizada de la economía mexicana durante 1999 han sido las elevadas tasas de interés reales", señaló el Grupo Financiero Bancomer en su Informe Económico de agosto.
"Llama la atención que los niveles de tasas de interés real en este año son superiores a las registradas en el peor momento de la crisis de 1995, y significativa- mente mayores a las de 1998", expuso Bancomer. La tasa de interés real es la que resulta de descontar el efecto de la inflación a los réditos vigentes.
De acuerdo con ese intermediario financiero, en 1995 la tasa de interés real de los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) a 28 días -el indicador empleado como referencia para fijar el monto de los réditos al usuario de créditos- fue negativa en 2.14 por ciento, mientras que en este año la tasa de interés real es de 10.91 por ciento.
"Las tasas de interés reales brindan una señal relevante para la economía, al representar el costo de oportunidad de la inversión productiva: entre más alta, menor número de proyectos pueden financiarse con base en su rentabilidad. Por su efecto en el crecimiento económico, es preferible tener menores tasas de interés reales", consideró Bancomer.
Mientras, Banamex señaló que, a pesar de la baja nominal en los réditos, el financiamiento bancario al sector privado no muestra indicios de recuperación. "El problema es complejo; influyen la falta de liquidez que enfrentan algunos bancos, la devolución de activos por parte del IPAB y la astringencia de recursos públicos para sanear carteras con problemas actuales o potenciales".
No obstante, consideró que el obstáculo a vencer del lado de la oferta de crédito tiene que ver con la implantación de cambios legales encaminados a disminuir los índices de morosidad. "En este sentido, el futuro de las reformas financieras en el Congreso es aún incierto. Las empresas siguen recurriendo así a mecanismos alternativos de financiamiento (crédito externo, de proveedores, de empresas de un mismo grupo y reinversión de utilidades) o, en menor grado, a emisión de bonos financieros (papel comercial y pagarés de mediano plazo, entre otros)", indicó.