n Pemex tendría que pagarle 280 mil pesos
Demanda La Quina el pago de 49 años de pensión jubilatoria
Fabiola Martínez n A 10 años de su encarcelamiento y aún en libertad condicional, el exdirigente petrolero Joaquín Hernández Galicia, "La Quina", presentó ayer una denuncia en contra de Pemex para exigir el pago de pensión jubilatoria -que ascendería a 6 mil pesos mensuales- por sus 49 años de antiguedad.
El exlíder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), a quien el gobierno de Carlos Salinas de Gortari encarceló por los delitos de homicidio y acopio ilegal de armas, hace un recuento de su gestión al frente del poderoso gremio petrolero, de su repudio hacia el expresidente Salinas -"ša quien si lo viera en la calle le juro que no dudaría en darle un madrazo", exclama apretando el puño- y de la "estimación" hacia el hijo del General (Cardenas)", situación que junto con otros argumentos y trascendidos habrían justificado en el sexenio anterior el histórico quinazo.
Con 78 años de edad a cuestas y afectado por múltiples padecimientos (obstrucción de las carótidas, glaucoma, artritis, entre otras), "La Quina" parece mucho más repuesto y fuerte que cuando salió del Reclusorio Oriente; ahora, termina su sentencia arraigado en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
Tras interponer la denuncia laboral, que según sus abogados le redundaría en una liquidación jubilatoria de 280 mil pesos y una modesta pensión vitalicia, el exdirigente toma asiento en la recepción de la junta de conciliación. A la diligencia lleva cuatro libros: La Herencia, Otoño Azteca, un tomo de la Constitución y otro pequeño de la Ley Federal del Trabajo.
Apenas se instala, empieza a ser reconocido por los trabajadores petroleros que se hayan en ese tribunal. Sin vacilar, jóvenes y viejos se acercan a él y le rinden honores, "es un placer saludarlo Don Joaquín, soy hijo de petrolero y sé que usted nunca nos dejó solos. Miren -expresa emocionado uno de ellos- šsi un familiar se enfermaba gravemente, este señor no dudaba en enviarlos a atenderse a Houstonš".
Aun con la nostalgia de los buentos tiempos, "La Quina" asegura que en lo que le resta de vida no se involucrará en política -"ni en la de partidos ni en la de sindicatos". Sin embargo, no duda en fustigar a los 'traidores de la patria' que insisten en vender Petróleos Mexicanos o de aquellos "malagradecidos" que echan por la borda la amistad, dice en referencia directa al senador Carlos Romero Deschamps, actual líder del STPRM.
"Yo formé al actual dirigente del sindicato petrolero; lo crié, lo puse, lo impulsé; pude no haberlo hecho, pero lo defendí, lo cuidé, lo protegí, pero cuando estuve en la cárcel nada, ni siquiera fue para visitarme o enviarme un abogado. No hubo gratitud, lealtad.
"Por si fuera poco, tres meses antes de morir, Don Fidel Velázquez le confió a mi esposa Carmelita que en los últimos años de mi encarcelamiento no era el gobierno quien se oponía ya a mi liberación, sino el propio Romero: 'No puedo hacer nada porque el único que sigue oponiéndose a la libertad de él y sus compañeros es la cría de Joaquín'", habría dicho el viejo líder cetemista.
Luego, con serenidad, recuerda los motivos "oficiales y no oficiales" que lo llevaron a la cárcel. Una y otra vez insiste en que fue encarcelado por defender a Pemex de las intenciones de Carlos Salinas de Gortari de privatizar la paraestatal.
"Si yo no me le enfrento (al ex presidente), de Pemex no quedaría ahorita ni siquiera un escombro. Todo hubiera sido vendido, pero gracias al enfrentamiento se salvó algo Ƒverdad? Porque el gobierno, quiera o no, el petróleo sigue siendo un puntal de avalúo para préstamos e ingresos".
También con un dejo de nostalgia dice que los propios trabajadores petroleros deben comparar lo que tenían antes y después del 10 de enero de 1989 (día de su encarcelamiento). Antes de esa fecha teníamos más de 200 mil trabajadores de planta y más de 100 mil transitorios, ahora quedan 80 mil de base y unos cuantos miles de transitorios con contratitos mal pagados.
-ƑCuáles fueron entonces las razones no oficiales de su encarcelamiento?
-Parte del pleito nace también por intereses económicos. El STPRM había afectado los intereses de los grandes contratistas al servicio de los presidentes en turno. Como sindicato les había quitado yo el 40 por ciento, bueno que en realidad no era más que 20 por ciento, con contratistas mexicanos, nunca extranjeros. Eso fue, les estaba quitando parte del botín para ayudar, con esos recursos, a elevar el patrimonio y beneficio del sindicato petrolero, no de "La Quina". Ahí están los resultados. Si yo hubiera sido un líder corrupto como ellos decían o dicen, les pregunto por qué tuvieron que inventarme un muerto que nadie vio y armas sembradas en el pasillo de mi casa, avaladas sólo por un juez vendido o por qué no me encontraron cuentas millonarias en Suiza? No soy millonario tengo una granja, tres casas y vivía muy bien con lo que ganaba en la agricultura asociado con unos amigos.
-ƑY de su presunto apoyo a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988?
Esas fueron versiones no confirmadas. Yo sí tuve la franqueza de decirle en sus narices a Carlos Salinas de Gortari que él no era mi candidato. Era una claridad que él (Salinas) era un recortador de presupuestos vitales para las refacciones y buen mantenimiento de las plantas petroleras. En aquel tiempo Cuauhtémoc era, pues, muy estimado en el gremio por ser el hijo del General Lázaro Cárdenas pero eso no quiere decir que fuéramos partidarios abiertos con él. ƑQue los trabajadores simpatizaban con él?, sí, es cierto, a mí me lo decían, pero esa era la decisión de ellos y yo tenía que seguir las indicaciones políticas de Don Fidel, así que -muy a mi pesar- apoyamos la candidatura de Salinas, cuando así se nos dio la insrucción.
-También dijeron que usted mandó editar el libro Un asesino en la Presidencia, Ƒqué hay en torno a ello?
-Ja, de ese libro se emitieron dos mil ejemplares y también le dije en su cara a Salinas que si yo hubiera sido el responsable no publico dos mil sino 100 mil como mínimo. Mire, yo si pego, pego de frente, nunca por la espalda, le dije.
-Después de nueve años en la cárcel, Ƒcuál fue su impresión cuando reapareció en México el ex presidente, en junio pasado?
-Francamente me dio risa, šes un cínicoš, dijo que le había dolido la forma en que habían apresado a su hermano. Yo hablé enseguida al canal 13 -obviamente no pasaron mi llamada- para contestarle que él no me apresó con judiciales sino con 14 batallones del Ejército, švaya que es un cínico, si me lo topara en la calle, le juro, le juro que le doy un madrazoš