La carta de Melón

Señor Fernando Figueroa

La Ley de Herodes

Señor de todos mis respetos:

 

He esperado su llamada telefónica inútilmente. Como dicen que el que calla otorga, le envío estas letras esperando se digne leerlas y tome en cuenta mis argumentos. Creo que no leyó bien la entrevista ya que en ella hablo de Son, no de redacción y mucho menos de números interesantes. Si usted no se ha dado cuenta que Pedro Navaja es un fusil hábilmente disfrazado de Mack the Knife, créame que me hace dudar de su oído musical. No puedo considerar vanguardista de la Salsa, que es un apodo que le pusieron al Son cubano, a quien ni siquiera sabe los elementos que conforman un número de Son y confiesa que la clave le hace daño. Ya que sonero sin clave sencillamente no es sonero. Además, minimiza el Son cuando éste le ha dado todo y le ha permitido llegar a la posición que ocupa.

La clave, por si usted no lo sabe, es primordial en lo que para mí es la expresión musical más bella. Su admirado señor Blades como sonero deja mucho que desear. Este servidor participó con el "poeta de la Salsa" en varias sesiones de grabación que me permitieron darme cuenta de sus carencias como sonero.

Personalmente le señalé algunos de sus errores en un bar llamado Cordiale, de la ciudad de New York. Por ejemplo, como la letra de Cipriano Armenteros, que grabó Ismael Miranda, dice "Armenteros en silencio, sólo miraba y callaba". Si es pleonasmo o redundancia, se lo dejo de tarea, ya que Rubén al volver a grabar este número cambió la letra. Con su rectificación tomó en cuenta mi señalamiento.

En cuanto a su recomendación del disco al cual hace usted referencia, créame que estoy en el negocio de tiempo completo. A mí no me gusta (gustar: agradar, parecer bien) y le aseguro que antes que usted y los críticos, escucho todo lo que se refiere al Son y similares. Le puedo decir que fusilarse libros sin citar la fuente no da título de conocedor a nadie. En cuanto a lo de los platos rotos, Ernesto Márquez ya rompió toda la vajilla. Créame, para hablar de Son con propiedad hay que ser SONERO. Por eso le invito cordialmente a que me visite en el Centro Nacional de las Artes, lunes y martes, de 15 a 18 horas, o en su defecto asista el sábado 11 de septiembre al concierto que allí darán los muchachos del taller de Son cubano que estamos impartiendo Luisito Martínez y este servidor de usted.

Uno de mis orgullos es ser antipático natural. Esto se agrava porque no soy hipócrita y digo las cosas como las siento. Por lo que respecta a Lobo y Melón con su grupo, ya que no fuimos dueto sino sexteto, le aseguro que se quedó corto. Si lo duda, trate de escuchar T.P. on Strip, de Tito Puente, y Franqueza cruel, de Papo Lucca y la Sonora Ponceña.

Le aseguro que estas letras no llevan la más mínima intención de ofenderlo y mucho menos tener un enemigo más en mi lista que supera con mucho al directorio telefónico. Espero algún día tomarme una taza de café con usted, si es posible acompañado de un pastel.

 

Con el mayor respeto me despido de usted afectuosamente.

 

P.D. Si quiere endulzar su oído le recomiendo escuche a Rob Mac Conell.