n Rechazo a injerencia del gobierno federal


Aclaran cuatro eméritos que su propuesta puede ser enriquecida

n El planteamiento busca "acercar" al CGH y a las autoridades n Descartan que se presente como un "ultimátum" a paristas

Cuatro de los ocho profesores eméritos que presentaron una propuesta para destrabar el conflicto en la UNAM aclararon, en entrevistas por separado, que su iniciativa "es susceptible de ser enriquecida" por los distintos grupos de la comunidad universitaria, y está concebida para "acercar" al CGH y a las autoridades de la máxima casa de estudios a fin de alcanzar una salida negociada. En tal sentido, rechazaron la intervención del gobierno federal, el desconocimiento del CGH como interlocutor y la adopción de su propuesta "sin modificaciones" por parte del Consejo Universitario (CU), como plantearon el miércoles algunos destacados académicos.

"Creemos que no es necesaria una instancia exterior, como la presidencial, para resolver este problema, debemos buscar la vía del diálogo y la negociación", manifestó Adolfo Sánchez Vázquez. "Nuestra propuesta toma como base fundamental la resolución de los problemas universitarios por la vía de la razón, jamás consideramos que deba recurrirse a una medida de fuerza", enfatizó a su vez Alfredo López Austin.

Y aunque este último ratificó que la iniciativa "no es un dogma, sino una sugerencia de ocho universitarios con la plena convicción de que la comunidad podrá adaptarla", consideró que con los planteamientos que hicieron hace dos días algunos académicos universitarios ųentre los que se incluían profesores eméritos y premios UNAM y en Ciencia y Arteų "están haciendo una interpretación demasiado propia de nuestra propuesta, la están transformando en una iniciativa demasiado rígida que no corresponde ni a los propósitos de la original ni a los que otros sectores han expresado".

Sobre el planteamiento que hizo Rafael Palacios en la citada reunión para desconocer al CGH como interlocutor válido, López Austin sostuvo: "Al ser la negociaciación el punto fundamental de la propuesta, el CGH y sus reclamaciones deben ser tomados en cuenta".

Manuel Peimbert recordó: "Lo que estamos haciendo el grupo de los ocho es tratar de acercar a las partes; nuestra propuesta va dirigida al CGH y a las autoridades de la UNAM, no planteamos el desconocimiento de ninguna de las partes y buscamos una salida negociada al conflicto que responda al máximo consenso entre todos los universitarios".

No ha habido, añadió, claustro o grupo académico que se haya pronunciado en contra de la propuesta de los eméritos, como lo evidencian "los más de cien desplegados" publicados al respecto. Subrayó que la solución del conflicto en la UNAM recae en el máximo esfuerzo que hagan los universitarios; "nuestra propuesta está en contra del uso de la fuerza pública para resolver el problema".

Sánchez Vázquez estimó que la propuesta de los eméritos "sigue siendo válida para acercar a las partes, al CGH y al CU", pero aclaró que "no puede concebirse, de modo alguno, como una especie de ultimátum, de todo o nada, dirigida contra el CGH; no puede considerarse como la última oportunidad para llegar a una solución a través del diálogo y la negociación".

Sobre la posibilidad de que el Consejo Universitario adopte la sugerencia que elaboraron, Luis Villoro sostuvo que "si el CU tuviera a bien aprobar en lo general la propuesta que hemos presentado ocho académicos, no podríamos menos que saludar con agradecimiento esta acción, sin embargo, hay que aclarar que implica necesariamente que haya precisiones acerca de varios puntos que mencionamos, precisiones que permitan negociar a ambas partes la operación concreta para que la universidad regrese a la normalidad".

El historiador destacó que el organismo universitario debe determinar "que también está abierto a todas las proposiciones de perfeccionamiento o precisiones de aclaración de nuestra propuesta, sólo así se daría la oportunidad a que el CU pudiera considerar las propuestas de mejorar nuestro documento que le lleguen por parte tanto del CGH o de los medios académicos". De lo contario, advirtió, se "obstaculizarían" los intentos de perfeccionarlo, para "que permitiera justamente un salida negociada". (Susana González G.)

 

Mil millones, costo del conflicto

 

Karina Avilés n El tesorero de la UNAM, José Manuel Covarrubias, estimó que hasta el momento, el costo "económico y social" de la huelga asciende a mil millones de pesos.

También dio a conocer que se recabaron 26 millones de pesos, de un total de 189 mil estudiantes, por aportaciones voluntarias para este semestre.