n Es una fortuna tenerlo, coinciden Rossi y Villoro
Con el humor, Jorge Luis Borges rejuveneció la herejía: Monsiváis
Angel Vargas n šEs una gran fortuna haber tenido a Borges, realmente!
Alejandro Rossi y Juan Villoro concluyen así, con esa expresión al parecer simple, casi dos horas de una charla sobre el célebre escritor argentino en la que lo mismo se habló de la época en que éste era desconocido por el público amplio que sobre ese maravilloso legado que es ''no su obra, sino él mismo y una literatura en torno suyo".
En el aula magna del Centro Nacional de las Artes, Rossi contó a Villoro cómo conoció a mediados de la década de los cuarenta la obra del escritor cuyo repertorio de gustos literarios habría de definir unos años más adelante el de las nuevas generaciones.
''Borges era un autor cuyos libros se vendían, quizá dos cada dos meses. Era un escritor conocido pero no tenía fama pública", dijo Rossi y agregó que desde un principio le fascinó la capacidad de aquél para ser una multiplicidad de autores: ''Leer a Borges no sólo era leerlo a él, era la sensación de leer a muchos otros".
Villoro retomó uno de los temas borgeanos por excelencia: la lectura como invención. Apuntó que las personas se paralizan ante la erudición del narrador y poeta argentino, porque parecería que sabe todo; pero ''lo que pasa es que sintetiza todo para inventar. Muchos de sus cuentos, la mayoría de los primeros, parten de ese principio".