EN SU LIBRO La era de la información, Manuel Castells señala: ``los medios electrónicos se han convertido en el espacio privilegiado de la política. No es que toda la política pueda reducirse a imágenes, sonidos o manipulación simbólica, pero, sin ellos, no hay posibilidad de obtener o ejercer el poder''.
En ese sentido, son los medios de difusión los que ofrecen una capacidad insustituible para movilizar y ganar la mayoría de los votos ciudadanos. Ahora en México los partidos y sus candidatos están dedicados a realizar intensas campañas publicitarias en los medios masivos, principalmente en la televisión.
Esta puede ser la parte más moderna del proceso, pero podemos preguntarnos sobre las condiciones de equidad de la competencia, la calidad de debate político, sobre una ciudadanía más informada y con mejores opciones para elegir, y lo más probable es que las respuestas sean negativas.
En estos momentos, existe una animada fiesta de precandidatos empeñados en fabricarse una imagen atractiva para ganar la primera vuelta, las elecciones primarias en el PRI, o encabezar una posible alianza de la oposición. Esta parte del proceso es en donde la política se hace en los medios masivos de comunicación; el gasto es millonario y los publicistas no se dan abasto para fabricar nuevas estrategias.
Mientras tanto, nuestras flamantes reglas electorales, que apenas van a tener tres años de haberse aprobado, muestran un completo vacío sobre medios y partidos en esta etapa; no hay ninguna reglamentación, y la autoridad electoral no puede decir nada sobre lo que hagan los partidos y sus candidatos, sobre cuánto pueden gastar, quién les puede dar dinero. Estas precampañas son una fase nueva y desconocida, y sus consecuencias en el resultado electoral son todavía inciertas. Sin embargo, no se puede descartar que esta primera fase va a marcar de forma importante lo que suceda el próximo año con las campañas formales.
En este contexto, una parte importante del pleito dentro del PRI entre Labastida y Madrazo ha estado mediado por las campañas publicitarias. La burbuja de medios que ha creado Madrazo tiene en serios aprietos al sistema priísta, porque puede salir vencedor de la contienda. La paradoja resulta un tanto cruel: Madrazo, el político que ha usado y abusado del poder y de los recursos públicos para posicionarse en el escenario nacional, es hoy el abanderado de la ``democracia'' que lucha en contra del autoritarismo de su partido.
Detrás de este mundo de medios y publicidad está tejida una intensa lucha por el poder entre los grupos más fuertes del PRI. Los riesgos no calculados del proceso interno en el PRI están generando una dinámica peligrosa para ese partido. ¿Le aguantarán al PRI las reglas para que este enfrentamiento no desemboque en una nueva fractura?
En el otro lado del espectro político la oposición sigue con el complicado proceso de hacer una alianza. Cada uno de los dos precandidatos más fuertes hace también su labor publicitaria: Vicente Fox con sus spots de campaña y Cuauhtémoc Cárdenas con el anuncio de las obras del gobierno de la ciudad de México.
A diferencia del PRI, estas dos precandidaturas no tienen contrincantes internos; Fox va solo en el PAN y Cárdenas tiene casi asegurada la postulación perredista. De esta forma, su publicidad es para conservar el lugar, no para disputarlo. En caso de que la alianza se lleve a cabo, también vendrá una fase de campañas para conseguir el sufragio popular.
Hay al menos cuatro escenarios políticos que podrán resultar de estas precampañas, dos son para el PRI y dos para la oposición: fractura o unidad; y alianza o fragmentación opositora. A estas alturas no se necesita especular mucho para ver que hay dos escenarios de posible derrota: una fractura del PRI o una división de la oposición, y hay dos escenarios de posible triunfo, un PRI unido y una alianza.
Pueden darse diversas combinaciones, pero en cualquier caso, las estrategias de medios y los importantes recursos que se necesitan para realizarlas, serán vitales en el resultado de las elecciones del 2000. De esta manera, el uso de los medios masivos de difusión como ámbito de la lucha política y las encuestas de opinión, como un complemento necesario de la batalla, son recursos nuevos que marcarán esta sucesión presidencial. Por lo pronto, veremos cómo sigue la fiesta de los spots.