En unos días más, la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM) divulgará un reporte sobre el uso del bromuro de metilo, fumigante agrícola extremadamente tóxico que destruye la capa de ozono mucho más que los clorofluorocarbonos (CFC). Proteger esa capa --que actúa como un filtro que nos protege de la radiación ultravioleta del sol-- y eliminar las sustancias químicas que la afectan, es compromiso de la comunidad internacional y parte del derecho humano a vivir en un ambiente sano.
En la novena reunión de las partes del Protocolo de Montreal para el control de las sustancias que agotan la capa de ozono, celebrada en septiembre de 1997, se fijó un calendario para eliminar el bromuro en los países en desarrollo. Estos se comprometieron --incluido México-- a congelar su uso en el 2002, al consumo promedio de 1995-1998; reducirlo un 20 por ciento para el 2005 basado en este mismo nivel; y eliminarlo a más tardar para el 2015 --exceptuando los usos cuarentenarios y de prembarque--, a diferencia de los países desarrollados que lo deben hacer para el 2005.
En México se creó dentro del Instituto Nacional de Ecología (INE) una Unidad para ``contribuir a una rápida eliminación de las sustancias destructoras de la capa de ozono''. Mas como ilustra el reporte de RAPAM en el caso del bromuro de metilo, ni el INE ni las demás instancias responsables del control de plaguicidas, realizan acciones suficientes para lograrlo. En México este plaguicida es de ``uso restringido'', pero se vende libremente. Está autorizado para la esterilización del suelo en la presiembra, en el control de roedores y plagas en granos almacenados y en tratamientos cuarentenarios. RAPAM descubrió que los reportes del INE al Secretariado del Protocolo sobre el consumo nacional de este fumigante son muy superiores --en miles de toneladas-- a las importaciones que registra la Secretaría de Comercio. Si no se verifica la veracidad de estas cifras, podría ser que nuestras autoridades establecieran cuotas fijas de importación más altas que el consumo real, en beneficio de los productores y distribuidores del fumigante, distorsionando las metas de reducción establecidas en el protocolo.
El bromuro de metilo se importa en su mayoría de Estados Unidos. El reporte de RAPAM llama a las autoridades del INE a guardar una sana distancia de las empresas que buscan mantenerlo el mayor tiempo posible en el mercado.
Destaca particularmente el caso de TriCal de Baja California, subsidiaria de TriCal Inc, que en Estados Unidos es parte del influyente grupo de productores de California y Florida, y de las corporaciones que elaboran el fumigante. Dicha negociación tiene gran peso en el cultivo de fresa en regiones como San Quintín.
Los responsables de la Unidad de Protección al Ozono del INE exageran la importancia y la superficie de los cultivos tratados con bromuro de metilo en el país. Argumentan que reducir su uso afectaría fuertemente a la agricultura; pero la industria del ramo estima que alcanza menos de una quinta parte de la superficie fumigada para controlar plagas del suelo.
A nivel mundial existen alternativas químicas y no químicas a dicho compuesto (muchas de ellas practicadas en México) en una estrategia de manejo integrado de plagas. Precisamente el Fondo Multilateral para la Aplicación del Protocolo de Montreal concedió al país recursos para varios proyectos destinados a reemplazar el bromuro en el control de plagas en el suelo en fresa, melón, tabaco, tomate y flores. Recientemente aprobó otro para conservar granos almacenados. Se trata de avances en la sustitución de este destructor de la capa de ozono; sin embargo, el INE no ha creado un mecanismo institucional que asegure una consulta amplia sobre el diseño, monitoreo y evaluación de los proyectos.
Entre las recomendaciones del reporte de RAPAM destaca la necesidad de establecer en México un plan para la pronta eliminación del bromuro de metilo, y en el que se tenga en cuenta la amplia experiencia de productores, industria e investigadores. Como primera medida, urge efectuar un inventario detallado del uso de ese peligroso fumigante. Así se tendría un mejor diagnóstico del problema, además de informar confiablemente al público y a los organismos internacionales, honrando así los compromisos acordados ante el Protocolo de Montreal.
Los interesados en obtener dicho reporte, dirigirse
a Fernando Bejarano en: [email protected]