n Denuncian hostigamiento a autoridades rebeldes


"Sigue la guerra" en Chiapas, reportan comandantes zapatistas

Hermann Bellinghausen, enviado, ejido Amador Hernández, Chis., 22 de agosto n Aunque la situación podría precipitarse de manera imprevisible, todavía esta mañana parecía bajo control la crisis provocada por la presencia del Ejército Federal en las afueras del poblado Amador Hernández, ya en sus tierras ejidales.

Las noticias provenientes de San Quintín, y al parecer de La Realidad, son alarmantes. Esta noche, en la selva Lacandona, quién sabe qué pueda pasar.

Un grave hostigamiento fue denunciado hoy por los representantes de los municipios rebeldes San Pedro de Michoacán, Francisco Gómez, San Manuel, Ricardo Flores Magón y éste de Emiliano Zapata. Según reportan lacónicamente esta noche los comandantes tzotziles del CCRI-CG del EZLN Felipe, David, Moisés y Rafael, "sigue la guerra".

 

El camino: promesa o trampa

 

-No lo entiendo -decía uno de los representantes del gobierno el otro día refiriéndose a los zapatistas que se oponen al camino-, lo solicitaron hace 10 años y ahora que por fin les llega, lo rechazan.

Para que no se diga que las instituciones son lentas, hace poco más de cuatro meses visitó este ejido, inesperadamente, el presidente municipal de Ocosingo, Adolfo Gutiérrez Cruz, del PRI.

Corría el mes de marzo. Eran los días que cinco mil bases de apoyo del EZLN recorrían el país promoviendo la Consulta Nacional por los Derechos Indígenas. Entre ellos, muchos pobladores de Amador Hernández. Es decir, aprovechando que no estaban todos los zapatistas del poblado, se reunió con un grupo de la Aric Independiente y los convenció de que solicitaran un camino. Que le firmaran ahí en un papel y el municipio se los tramitaba con el gobierno.

A estos ariqueros se les hizo fácil y firmaron. Luego también se dijo que había firmas de pobladores de Guanal, Pichucalco y Guadalupe, además de Nuevo Chapultepec, que fue la única que sí. En la carta de solicitud esas firmas no existen, sólo los nombres de dichas poblaciones. Tampoco pidieron camino las tres rancherías de la zona.

La propuesta del alcalde de Ocosingo arrancaba del hecho de que tenían un programa para repartir ocho mil pesos por familia, para las familias que quisieran. Pero les dijo, según recuerdan los cam- pesinos, que si el propio municipio administraba esas aportaciones, tendrían salud, educación y servicios, y para que vieran, les pusieron pronto la luz.

Se ve que lo prioritario era el camino. Su trazo se inició en junio, aseguran los de Amador. En plena temporada de lluvias es difícil trabajar con maquinaria. Pero le metieron acción a las mediciones.

Y sí, el lodoso trayecto del camino real de San Quintín a Amador Hernández, en una región surcada por el río Perla, aparece ahora sembrado de marcas pintadas de rojo y blanco.

No obstante, los pueblos que serían beneficiados con el nuevo camino hicieron saber que rechazaban dicha obra pues, como repitieron hasta la saciedad, sólo serviría para que llegara el Ejército federal.

A la postre, la llegada del éste, y de manera contundente y abierta, se dió antes de siquiera iniciar la construcción del dichoso camino, que tendría unos 20 kilómetros desde San Quintín y nueve desde Nuevo Chapultepec, comunidad que, siendo de la Aric oficial, está de acuerdo con la obra.

Hoy prosiguió, por décimo día, el plantón de protesta de las bases de apoyo del EZLN. Los de la Aric Independiente de otras partes, incluso de Ocosingo, han estado viniendo a reuniones. Se la pasan en sus juntas y cuando uno pide hablar con ellos dicen que sí, pero que luego.

Pero ya dijeron al Ejército federal, y sobre todo a los representantes de Tuxtla y de Ocosingo, que no quieren el camino.

La protesta se vistió de domingo y el repertorio de mensajes agregó los religiosos, parte de la Biblia y otra vez cánticos de misa.

Mientras prosiguen ahí, inamovibles, los soldados, su campamento, su pista de aterrizaje y su bloqueo. Los campesinos se quejan de que la tropa está contaminándoles el arroyo que pasa por la comunidad. Los elementos castrenses se ubicaron río arriba y las aguas corrientes se han llenado de desechos.