Un rapidito por la ciudad de las estrellas
Los Angeles nos recibe con su desmesura automovilística y su heterogénea tribu local, pero también con una capa de nata gris en el cielo que impide prematuras nostalgias chilangas. También nos dan la bienvenida de la disquera Universal con una Limo Bus: una pecera con vidrios polarizados, televisores, sofás y bar, cuestión de estar a tono con el ambiente. Poco antes, en México, el ganador de la trivia de La Jornada sobre Control Machete, Arturo, reconoció sin empacho que fue su mujer quien completó los datos en su calidad de fanática del trío.
Llegamos al Hyatt West Hollywood, conocido en los buenos viejos tiempos como The Riot house por las travesuras de algunos de sus distinguidos huéspedes como Led Zeppelin y Jim Morrison, cuando se entraba a la mitología rocanrolesca tirando televisores por la ventana. Nos conformamos con ver a Little Richard, quien no quiere fotos pero nos conforma con una postal con su foto y un mensaje impreso: "Dios te cuida y te ama. Por favor no lo olvides".
Faltan tres horas para la tocada, tiempo para saber que esta es la zona de clubes legendarios como el Roxy o el Whisky a Go Go, y de avistar un espectacular que anuncia para septiembre tres recitales de Maná, quienes vienen de presentarse exitosamente con Santana.
Frente al Teatro Chino, el de las huellas de las estrellas en cemento, somos testigos de una marcha de miles trabajadores de la industria cinematográfica contra la producción fílmica estadunidense en el exterior. "Save Hollywood", reza una de las pancartas. Bueno, pero a nosotros, Ƒquién nos salva de Hollywood?
Salimos luego hacia el Teatro Griego para el concierto latino multibanda que cierra el Watcha, que termina poco después de las diez de la noche tras cinco horas de tocada. Cada uno es libre ahora de hacer lo que quiera, esto es comer una hamburquesa y dormir. Llega el lunes, día de la partida y de la visita al estudio donde el grupo Resorte graba su segundo disco. Se castigan desde hace tres meses en Los Angeles, ciudad que habían visitado por su cuenta para una tocada de un día luego de un viaje desde México vía Aguascaliente-Culiacán-Tijuana. Vaya contraste el de estos dos viajes. Como el de esta ciudad, la de las estrellas, pero también de la raza de mojados que siguen cruzando la frontera y del South Central negro que hace años explotó por el abuso policial contra Rodney King.
(Alejandra Dupuy)