* Su máxima ilusión, el Canal de la Mancha, se la llevó, dice su hermana


Amante del deporte, independiente y

fuerte, recuerdan a Fausta Marín

* Como trabajadora doméstica respaldó sus estudios hasta convertirse en universitaria y campeona

Rosalía A. Villanueva y Abril del Río * Fausta Marín Moreno jamás imaginó que intentar cruzar el Canal de la Mancha se convertiría fatídicamente en su último deseo.

"Era un sueño que tenía. Nos platicaba que estaba lista para hacer la travesía y enfrentarse a esas heladas aguas que dividen a Inglaterra y Francia. El día que se fue, quizá el destino o Dios, presentíamos algo y le dijimos: 'no Fausta, no vayas, quédate', y ella, como siempre, con esa entereza y fortaleza que mostró desde niña, nos respondió: 'denme ánimos hermanas, ya está decidido, quiero cumplir esa meta, salir adelante y hacer algo por México', fueron las últimas palabras que escuchó la familia de la nadadora, durante una reunión en la casa de Félix, la hermana mayor.

Bernarda, otra de sus hermanas, recuerda: "Ese día nos platicó que había reunido para el viaje mil 600 pesos, era lo único que llevaba. Ella pidió ayuda con sus amigos nadadores, hizo una colecta en la UNAM y sólo le dieron el traje de baño. La Conade le pagó el boleto de avión. Yo le dí 150 pesos, no tenía para darle más, soy obrera y tengo un hijo. Ella iba tan ilusionada, tan animosa, que no le preocupó si el dinero le alcanzaría, porque tenía tantos planes a futuro, pues decía que si cruzaba se haría famosa y se darían cuenta de que a su edad (41 años) era buena deportista''.

Sus hermanas recuerdan que el deporte fue parte de su vida: "Le gustaba correr, participaba en el Maratón de la Ciudad de México, manejó bicicleta, le gustaban los clavados y también leer, pero siempre le dio más importancia a la natación. Su ilusión era cruzar el Canal de la Mancha y lo que más quiso se la llevó''.

 

De empleada doméstica a

ejemplo en la UNAM

 

La vida de Fausta cambió por completo cuando a los 11 años dejó su natal San Agustín, Hidalgo, para venir a la capital. La familia no tenía los recursos suficientes para sacar adelante a siete hermanos y menos pensar que alguno de ellos hicera una carrera profesional. "Mi papá no pudo darnos estudios, nada más hicimos la primaria y ella fue la única que llegó hasta la Universidad'', rememora Bernarda.

Apuradamente, Fausta terminó la primaria, secundaria y preparatoria, un deseo que vio realizado, porque desde pequeña trabajó como empleada doméstica y después en intendencia en la oficina de correos, donde fue ascendiendo y llegó alfausta puesto de administradora de cartas, en el que se desempeñaba hasta el pasado viernes, cuando perdió la vida.

Así, con sus sueldos de doméstica, intendente y empleada llegó a la UNAM. Quería ser bióloga marina, pero no terminó porque no le alcanzaba para los libros. Estudió inglés y se convirtió en maestra privada de ese idioma, un oficio que le permitió desarrollarse como nadadora de fondo en la alberca de Ciudad Universitaria, la instalación en la que terminó su preparación a pesar del actual paro estudiantil. Como la piscina no contaba con mantenimiento, el agua alcanzaba una temperatura de 19 grados, similar a los 17.8 que marcaban el viernes las aguas del Canal, como reveló Javier Gutiérrez, el otro nadador mexicano que partió sólo diez minutos después que Fausta, y que en una expedición alterna -bajo la dirección de la entrenadora Margarita Nolasco- completó el trayecto con nuevo récord mexicano de 8:15 horas. Fausta también entrenó en las aguas heladas del Lago de Achichica, en Tlaxcala, pero por falta de recursos regresó al DF.

"Tengo deseos de cruzar el Canal de la Mancha", declaró a Radio Red la nadadora master antes de partir a Londres, el pasado 23 de julio.

El profesor Raúl Porta, quien llevó durante tres años la preparación de Fausta en la UNAM, hasta que en diciembre pasado lo relevó René Sánchez, la describre como el ejemplo para sus compañeros. "Nunca escatimó esfuerzos, siempre dio muestras de tenacidad y dedicación. Por eso todos los muchachos la estimaban y la consideraban como un modelo a seguir; era una meta ser como ella. El haber labrado toda su vida con mucho esfuerzo, mientras que para otros que son ayudados por sus padres, las cosas no son tan difíciles, y eso era lo que marcaba la diferencia''.

 

La familia notó cambios

 

Bernarda, Teresa, Félix y su sobrino Antonio se refieren a Fausta como la mujer independiente que nunca se casó, que vivía sola en Cuajimalpa. "Mientras más tropiezos tenía, más ganas le echaba'', evoca Antonio, quien llegó a acompañar a su tía y compartir con ella la celebración de trofeos y medallas, evidencias de sus triunfos en los maratones acuáticos, entre ellos el de Manhattan, el más preciado.

La conocían bien, y por eso pueden afirmar que la notaron cambiada antes de partir. Bernarda afirma: "Hace dos meses se enfermó del estómago y tuvo gripe. Cuando se fue la vimos más delgada. Era chaparrita (1.45 metros) y pesaba 44 ó 45 kilos. No supimos si fue al médico; ella se atendía en el ISSSTE.

Nadie nos ha dicho que fue lo que le pasó a Fausta, tampoco hemos podido investigar, porque no queremos dejar sola a mi mamá (Carolina), que está muy enferma y padece de asma crónica. Ya sabe lo de mi hermana, pero está muy mal. Sólo pedimos que nos brinden ayuda y nos entreguen el cuerpo'', dijo la familiar.

 

Nadaba 15 kilómetros diarios

 

Elizabeth Hernández, la primera mexicana que conquistó el Canal, en 1992, manifestó su consternación ante lo sucedido a la colega, que conoció únicamente por referencias y de vista. Al margen de toda especulación, indicó que ayer unos compañeros que tenían relación con Fausta, la notaron baja de peso, hace un par de meses, en Las Estacas. "Yo sé que se puede nadar con bajo peso en aguas frías. Fausta lo demostró al ganar en Manhattan, así que no sé lo que pasó". No obstante, Nora también platicó acerca de los 15 kilómetros diarios en una sola sesión que Fausta nadaba, según palabras de la ahora occisa. "Nos parece demasiado, pero simplemente lo comentamos. No sé si estemos en lo cierto", dijo Hernández, quien el año pasado condujo el cruce de José Gutiérrez.

Nora Toledano, quien era el ejemplo a seguir para Fausta, ya que es la única mexicana que ha cruzado el Canal de ida y vuelta, y quien asesoraba a la nadadora durante la travesía, no se ha comunicado con la familia Marín Moreno.

Toledano envió, vía fax, a Porta la carta de condolencias que emitió el secretario de la Asociación de Nadadores del Canal de la Mancha, Duncan Taylor, y el comunicado sólo menciona que se mantiene a la espera del resultado de la necropsia, esperado para el martes.