* Culminaron charlas acerca del escritor argentino


La relación entre Borges y Bioy, de enseñanza mutua: Pacheco

Yanireth Israde * El viernes por la noche, el escritor argentino Jorge Luis Borges parecía una figura más próxima, familiar incluso. Sus rasgos personales e intelectuales, su humor y hasta los enigmas que dejó fueron bien definidos por el poeta José Emilio Pacheco en una serie de conferencias ųcharlas, prefirió llamarles élų que iniciaron el lunes y concluyeron anteayer en el Colegio Nacional, sede de los encuentros.

Durante la última y quinta sesión, el poeta habló de Byorges: la simbiosis entre Borges y Bioy Casares y su importancia para la nueva literatura hispanoamerica, tema de su conferencia. Pero ya en "tiempos extras" reveló que el famoso poema Instantes, de profusa distribución y atribuido a Borges (Si pudiera vivir nuevamente mi vida/ En la próxima intentaría cometer más errores./ No intentaría ser tan perfecto (...) de hecho tomaría muy pocas cosas en serio), no pertenece al cuentista argentino. En realidad, aclaró Pacheco, "lo escribió una señora, creo que de Iowa", y aventuró: Probablemente lo firmaron con su nombre para darle mayor difusión. "Lo que sí dice el creador de El aleph es que la fama y el prestigio son ridículos", y que en la cotidianidad pueden hallarse instantes preciosos, como la hora del café, el disfrute de su sabor o el agua en el cuerpo al momento de bañarse. También se refirió Pacheco al disgusto de Borges por el engreimiento: tomarse en serio conduce al ridículo. Rememoró de manera principal la amistad y colaboración literaria entre Borges y Bioy Casares, quienes escribieron juntos diversos volúmenes, como Seis problemas para don Isidro Parodi, Dos Fantasías memorables, Un modelo para la muerte, Crónicas de Bustos Domecq, Nuevos cuentos de Bustos Domecq...

Entre Borges y Bioy "no se dio una amistad inmediata por las diferencias de edades ų15 añosų hasta que, como una manera de ayudar a Borges, Bioy le propuso que le ayudara a redactar un folleto sobre el yogur" para sus establecimientos de lácteos. La brecha generacional, sin embargo, no impidió el desarrollo de una intensa colaboración. "Hubo una enseñanza mutua", dijo Pacheco.

Su amistad fue únicamente de carácter literario, sin confidencias personales, porque "Fito, como le decían a Bioy, era muy reservado". Publicaron la revista Deslinde, que sacó tres numeros y Borges escribió después un notable prólogo al libro La invención de Morel, de Bioy Casares, que constituye, "la teoría de la nueva novela latinoamericana".

Durante su disertación, Pacheco habló de las múltiples y guapas colaboradoras femeninas de Borges, de los misterios que subyacen a la supuesta traducción de La metamorfosis, que apareció con su nombre, pero negó después, y de otros aspectos desconocidos del escritor argentino que el martes cumpliría 100 años.