* Inhibe una salida negociada, afirma el CGH


Pretender ingresar por fuerza a la UNAM, "grave error político"

José Galán * Los enfrentamientos ocurridos ayer cuando un nutrido grupo de estudiantes y académicos pretendieron ingresar, desde dos direcciones distintas, al campus universitario, con el fin de retomar las instalaciones, constituyen, según representantes de las más diversas corrientes políticas al interior del Consejo General de Huelga, "un grave error político" por parte de las autoridades, ya que, sostuvieron, "puede boicotear el esfuerzo por una salida negociada".

Más allá de sus diferencias, sostuvieron que "la provocación de rectoría, que constituye un error político grave", permitirá reparar los puentes entre todas las tendencias al interior de un CGH que hasta ayer había demostrado profundas diferencias. Sin embargo, estos estudiantes coincidieron en que la acción de las autoridades universitarias "por intentar acorralar al movimiento nos ha fortalecido, una vez más, hacia adentro", porque "está claro que, a pesar de todo, la huelga cuenta con el respaldo de todas las corrientes", dijo Alberto Pacheco, alias el Diablo, estudiante de Economía.

Con el intento de tomar por la fuerza las instalaciones universitarias, "las autoridadades han demostrado una estrategia muy bien planeada para alargar el conflicto y buscar la confrontación, sin importar quién salga golpeado o insultado, como es el caso del ex rector José Sarukhán Kermez, de quien realmente no sabemos qué vino a hacer aquí, excepto quizá a provocar una reacción en su contra. Que quede claro: nosotros no vamos a soltar las instalaciones mientras siga la huelga. Si quieren venir, que vengan, pero no van a pasar", agregó.

Fernando Belauzarán consideró como "una verdadera provocación de rectoría" la acción de quienes intentaron recuperar las instalaciones, y llamó a las autoridades a no cometer "más errores: si lo que se busca es una salida política al conflicto universitario, las amenazas y el uso de la violencia arrinconan el diálogo y la posibilidad de seguir adelante hacia una solución negociada".

El Estudiante de Filosofía y Letras agregó que "el instrumento de la violencia no permitirá ninguna solución al conflicto", y subrayó que "es cierto que la maduración de una salida no se puede dar de la noche a la mañana. Cierto es que transcurre el tiempo, pero intentar tomar por asalto las instalaciones levanta la oposición generalizada de todos los estudiantes paristas, de la tendencia que sea, y además sólo ratifica la postura del ala dura del movimiento. Le otorga argumentos y lógica, y deja de lado la construcción de una salida negociada, que tanto tiempo había tomado construir a distintas fuerzas".

Para Alejandro Echevarría, El Mosh, estudiante de Ciencias Políticas, "nosotros tenemos un plan de acción, y estamos todavía en la etapa de acumulación de fuerzas. Pero no nos vamos a dejar intimidar. Que las autoridades escuchen bien eso. No nos vamos a dejar. Y mientras está claro que al interior del movimiento hay tendencias y debates internos, estas provocaciones unen a los compañeros de todos lados".

"Los compañeros que están en posiciones moderadas, si son consecuentes con la huelga, sus principios y fines, van a sumarse a la defensa de esta lucha por la universidad gratuita y popular", añadió. "Pero queremos que no sólo estén de mirones, sino que vengan a organizar las vallas, a las guardias, a frenar cualquier intento autoritario por tomar las instalaciones".

Para Sergio Méndez, estudiante de Derecho, resulta "muy grave" que alumnos y maestros, que apuestan por una salida violenta, pretendan tomar las instalaciones con "su supuesta autoridad moral a cuestas, justo cuando se está en busca de una salida negociada, incluyendo quizá la propuesta de los ocho maestros eméritos".

"Sería mejor que se metieran al movimiento en busca de soluciones para una mejor universidad, en lugar de sólo enarbolar la violencia", añadió. "Si van a venir en actitudes violentas, mejor que no vengan. No es conveniente que se conviertan en parte del conflicto. Mejor sería que se convirtieran en parte de la solución".


* Mil 200 alumnos y académicos fueron rechazados por 350 huelguistas


Conato de bronca cuando opositores al paro intentaron recuperar CU

* Los jóvenes formaron vallas para impedir la entrada de dos marchas * Insultos a José Sarukhán

José Galán y Jorge Cisneros * Aproximadamente mil 200 personas, entre estudiantes, investigadores y maestros, pretendieron ingresar ayer a Ciudad Universitaria (CU) para retomar las instalaciones y reiniciar actividades académicas. Sin embargo, se encontraron con la fuerte oposición de cerca de 350 paristas, que en medio de golpes e insultos lograron impedir la acción.

Estudiantes y maestros que están en contra de la huelga se dividieron en dos frentes que partieron prácticamente a la misma hora de distintos lugares: del parque Alvaro Obregón salió el grupo más numeroso, compuesto por 900 personas, mientras que el resto se organizaba en la Coordinación de Investigación Científica.

Ambas marchas se enfilaron hacia la explanada, frente a rectoría para ingresar al campus y desplegarse por el lugar para tratar de retomar las instalaciones. Sin embargo, los paristas conformaron dos vallas, la primera entre la explanada de rectoría y el campo que da a la Facultad de Filosofía y Letras, sobre la lateral de Insurgentes Sur, y la segunda a la altura de la Facultad de Sicología. Cada una de ellas tenía como consigna frenar el avance de los opositores al paro.

Los investigadores y académicos de la Coordinación de Investigación Científica fueron los primeros en quedar cara a cara con los huelguistas y sin mayores argumentos comenzaron las agresiones mutuas, que tuvieron como uno de sus principales protagonistas al ex rector José Sarukhán Kermez, quien se presentó en calidad de investigador del Instituto de Ecología.

Mientras tanto, el grueso de los opositores al paro llegaba desde Insurgentes Sur hacia CU para encontrarse con un nutrido grupo de paristas quienes con los brazos enlazados habían ya formado una triple valla. Cerca de las 11:30 horas la descubierta de la marcha de estudiantes en contra del paro se encontró a un piquete de huelguistas encabezado por Alfredo Velarde, quien preguntaba: ''Ƒadónde señores?, Ƒadónde, señores?"

A unos pasos del acceso norte al Circuito Universitario, sobre la lateral de Insurgentes Sur, Velarde, quien se identificó como coordinador de la academia de Economía Política en la Facultad de Economía e integrante del CGH, expresó a los estudiantes de Ingeniería y Ciencias Políticas que marchaban en la descubierta su rechazo a enfrentamientos, pero también a la manipulación que de sus oponentes, dijo, hacen las autoridades.

Un grupo de aproximadamente 50 paristas se desplegó en forma de valla para impedir el paso del contingente. Ahí, entre sarukan-manifestcion-huelga-jpg consignas y uno que otro empujón, representantes de ambos bandos intentaban esgrimir argumentos que nadie escuchaba, mientras algunos marchistas llamaban a esperar la llegada de 150 investigadores que encabezarían la columna.

Tras una serie de alegatos, un joven de nombre Fabián Pastrano, estudiante del séptimo semestre de Ciencias Políticas, leyó --en representación de ''un grupo de estudiantes preocupados por la huelga''-- un comunicado en que reprochaba la irresponsabilidad mostrada tanto por los paristas como por la administración del rector Francisco Barnés. Invitó también a apoyar la propuesta hecha por los maestros eméritos, aclarando que esta postura no convierte en una ''fuerza de choque identificada con la derecha universitaria''.

Convocó también a participar en la manifestación programada para el 26 de agosto en la explanada de rectoría, para dar salida al conflicto universitario. Los paristas respondieron invitando a sostener un debate público sobre las propuestas de agenda, de foros temáticos y métodos de elección para los delegados al Congreso. Si esa propuesta no existe, dijeron, la marcha es ''sólo una provocación''.

Velarde recomendó a los opositores al paro cuidar su ''política de alianzas'', porque entre los marchistas se encontraban ''gente que se prestó al fraude académico de las clases extramuros y grupos vinculados con porros que invitan a venir con palos, piedras y macanas a desalojar a los universitarios''.

 

El lenguaje huelguista

 

Un grupo de investigadores de los institutos de Biología, Materiales y Ecología ya se disponía a entrar a CU por el acceso que se halla frente a la torre de rectoría. Con Jorge Flores al frente intentaron avanzar hasta que se topó con otra valla de paristas, mismos que se exaltaron visiblemente al descubrir al ex rector José Sarukhán entre los manifestantes.

Ante las increpaciones que incluían rimas ofensivas, mentadas y jaloneos, Sarukhán optó por retirarse cruzando Insurgentes hacia el norte, donde lo aguardaba un auto rojo. Antes de marcharse dijo que es una pena que ''una parte de la juventud se exprese así''.

Pequeños contingentes de marchistas trataron de introducirse a CU rodeando las vallas pero fueron rechazados; cerca de la una de la tarde hubo un conato de bronca del cual Ariadna Montiel, integrante del CGH de Arquitectura, responsabilizó a Arturo Aguilar, a quien identificó como personal de confianza de esa escuela adscrito al área de difusión cultural.