La delegacion diplomática del gobierno de México ante la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos declaró paladinamente en Ginebra, el pasado 17 de agosto, cuando se trató el tema de los derechos humanos de las ``poblaciones indígenas'', durante el 51 periodo de sesiones, que ``no existe militarización en Chiapas'' (sic), y que el Ejército simplemente ``cumple'' funciones de protección y de preservación del orden como auxiliar de las autoridades civiles, cuando éstas así lo requieren''. Refiriéndose además a las ``conclusiones preliminares'' de una averiguación iniciada por la PGR el año pasado, relativa a ``noticias aparecidas en la prensa sobre supuestos grupos paramilitares (sic)'', expresó con la misma soltura que en Chiapas tampoco ``existen los paramilitares en el sentido que esa denominación tiene en nuestra región del mundo, ya que ni el Ejército ni los policías entrenan, arman o forman a grupo alguno''. Increíble, pero cierto.
Con el mismo desparpajo, descalificó públicamente en su réplica a la organización no gubernamental de derechos humanos, con estatuto consultivo ante la ONU y muy bien informada desde hace tiempo sobre lo que acontece en la región, ``Franciscans and Dominicans International'', en relación con el número de soldados que desde el día 12 comenzaron a ocupar el ejido Amador Hernández en el municipio de Ocosingo, y dijo que tan sólo se trataba de ``algunos soldados que estaban cuidando 18 kilómetros de carreteras''. ``En ocasiones -había declarado sin escrúpulos en su intervención formal sobre el tema 7 de la orden del día, la apertura de caminos se enfrenta a la resistencia del EZLN. Es lo que sucedió este fin de semana en que hubo necesidad de proteger a trabajadores y material en una carretera en construcción. En el caso de la comunidad Amador Hernández, los topógrafos fueron objeto de hostigamiento, por lo que se enviaron tres compañías con equipo antimotín. Propaganda política, hizo creer en una ofensiva militar que nunca existió. Por el contrario, las fuerzas del orden han hecho gala de prudencia y han eludido las provocaciones''. Teniendo en cuenta lo que el pasado martes nos informó la Cocopa acerca de su entrevista con el coordinador para el diálogo en Chiapas, podemos ya averiguar cuál es la fuente de estas versiones, que Hermann Bellinghausen se ha encargado de venir aclarando en La Jornada desde ese mismo día.
Por ello, como desgraciadamente para el país ha sucedido varias veces en los últimos años en estos foros internacionales, fue al gobierno de México al que nadie de nueva cuenta le creyó, y entre otros la representante de la organización no gubernamental Humanitarian Law Project, con sede nada menos que en Los Angeles, declaró ante los expertos de la Subcomisión que ``casi un tercio del Ejército Mexicano -70 mil efectivos- se encuentra en Chiapas''. ``Las fuerzas de Seguridad Pública, la Policía Judicial Federal y Estatal, y la Policía Migratoria, combinadas con las fuerzas armadas, tienen sólo en Chiapas un total de más de 239 bases. La finalidad de esta sorprendente presentación, únicamente puede ser la de intimidar a la población indígena de Chiapas y dispersarla de sus áreas tradicionales''. ``El amenazador Ejército -añadió- y las fuerzas paramilitares, que actúan con el consentimiento de las fuerzas armadas, han sido los responsables de algunas de las peores masacres de pueblos indios en este siglo: Acteal, Chavajebal, Unión Progreso, San Juan de la Libertad, resuenan en nuestros oídos a comienzos del próximo milenio''. ``Los más de 20 mil indios -dijo también- forzados a dejar sus comunidades por los campos de desplazados, dejan detrás de ellos inenarrables violaciones a los derechos humanos y a la ley humanitaria''.
``Este es el clima -finalizó- en el que la Sra. Asma Jahangir, relatora de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU sobre Ejecuciones Sumarias y Arbitrarias, visitó ese país. Sus observaciones preliminares al final de su visita en julio de 1999 dan testimonio de la necesidad de que la Subcomisión condene a México por las violaciones graves a los derechos humanos, con particular énfasis a los derechos de los pueblos indígenas''. Algo que con mucha probabilidad, sobre todo después de los últimos acontecimientos, puede darse en los próximos días.