Elena Urrutia
La enseñanza de la sexualidad en la escuela primaria

Al libro de Ciencias Naturales de sexto grado de primaria, cuya primera edición apareció en 1994 --a la que sucedieron cuatro reimpresiones de 1995 a 1998-- viene ahora a reemplazar, para sexto grado, el libro Ciencias Naturales y Desarrollo Humano que será usado en el ciclo escolar que está por dar inicio.

Con esta publicación concluye el programa de renovación y mejoramiento de la calidad de los libros de texto gratuito para la educación primaria, que se puso en marcha a partir de 1993.

Si en el libro de quinto grado se incorporó el estudio inicial de la sexualidad y la reproducción humana, de la equidad entre hombres y mujeres y de la prevención de adicciones, en este recién salido se han profundizado los temas relacionados con el desenvolvimiento de la sexualidad en las niñas y los niños, con el conocimiento de la reproducción humana y con los grandes cambios emocionales y sociales que también ocurren en la adolescencia. Porque, en efecto, gran parte de los alumnos y alumnas de sexto grado de primaria han dejado la niñez atrás y han entrado o están por iniciar su adolescencia, y se pretende informarlos(as) y orientarlos(as); también en la prevención de adicciones.

Son muchos los aciertos de Ciencias Naturales y Desarrollo Humano para sexto grado, empezando por la belleza de la portada que reproduce el cuadro de David Alfaro Siqueiros Pedregal con figuras. Al tratarse de temas delicados, se observa el cuidado que se ha tenido para presentarlos de manera clara, respetuosa y adecuada a la edad de los alumnos. ``Al mismo tiempo que se exponen los aspectos biológicos de los cambios de la adolescencia, se insiste en que se trata de procesos que afectan a las personas en todos los aspectos de su vida y, por lo tanto, se destacan los componentes emocionales y afectivos, éticos y de relación familiar y social que son parte esencial del desarrollo humano''.

El complemento de las ilustraciones a color es llamativo y congruente con los postulados del texto. Se destaca, por ejemplo, la diversidad de razas, lenguas, costumbres y tradiciones como una de las grandes riquezas del género humano. En todo momento se ilustran, además de la diversidad racial y social, la diversidad genérica y generacional, de manera que los hombres y mujeres, niñas y niños, jóvenes de ambos sexos se ven reforzados en el texto por la insistencia en nombrarlos a unos y a otras, quedando atrás el masculino genérico que pretendía abarcar a hombres y a mujeres, logrando sólo ocultar a éstas detrás de aquéllos. También la discapacidad, la minusvalía, el síndrome de Down están representados, reforzándose en el texto la idea de que por el hecho de ser diferente nadie es superior o inferior a los demás. Se insiste en la equidad --de género, de raza, de clase-- y el respeto entre hombres y mujeres. Se representa a mujeres y hombres desempeñando tareas o teniendo actividades que antes se consideraban propias de un sexo con exclusión del otro. Se destaca al machismo como contrario a la equidad. Se señala que al terminar la educación primaria, los niños y las niñas tienen el derecho de estudiar en una escuela secundaria, siendo obligación del Estado ofrecerla, y de los padres y madres asegurar que sus hijas e hijos la cursen. Más adelante se explica que aquellas mujeres que continúan estudiando y alcanzan mayor escolaridad, por lo general tienen su primer embarazo más tarde que las que abandonaron la escuela a temprana edad.

Para completar la eficacia del libro, al hablar --como se hace ya incluso desde el de Ciencias Naturales de quinto grado-- de la erección y la eyaculación, ¿no sería oportuno que se hablara a niñas y niños de la masturbación, despejando las falsas creencias que hay sobre ella?

Si bien es cierto que se insiste una y otra vez en que ``por fuertes que sean la atracción y el afecto que sienta por otra persona, (el/la) adolescente debe tener presente que todavía está lejos de la madurez necesaria para tener relaciones sexuales y para tomar decisiones que puedan dejar consecuencias que duran toda la vida'' y que ``se debe posponer la primera relación sexual, dada la importancia que tiene, hasta la etapa adulta, cuando se está preparado física y emocionalmente, y se tiene la capacidad para afrontar las consecuencias con responsabilidad y, por lo tanto, no hay ninguna necesidad de apresurarse''; si bien es cierto que se habla de embarazo adolescente ¿no sería oportuno referirse al sexo seguro, como se hace al explicar las enfermedades de transmisión sexual y las formas de evitar el contagio por vía sexual, entre ellas ``usar preservativo o condón durante la relación sexual para impedir el contacto entre los líquidos y secreciones que producen los órganos sexuales''?

Puesto que se habla en todo momento de reproducción ¿no sería pertinente referirse también a la prevención de embarazos, a la anticoncepción?

Por último, al referirse a los embarazos habría que señalar que también hay abortos que nadie desea, y que si bien el aborto es un delito en nuestro país y no está regulado, sin embargo, el aborto no es punible si está en peligro la vida de la madre o del producto, o si el embarazo ha sido resultado de una violación y el aborto es practicado en las primeras ocho semanas. Casi todos los códigos del país coinciden en ello.

Ya que el propósito de la enseñanza de la sexualidad en la escuela primaria es informar y orientar a los y las adolescentes --y por extensión a sus padres y a sus madres-- acerca del desarrollo de su sexualidad, no se puede pasar por alto orientar acerca de la masturbación, el sexo seguro, la prevención del embarazo, la contracepción y el aborto. Y no se trata, por favor, de inducir a ellos; conocerlos es, simplemente, una manera de prevenirlos, de enfrentarlos.

Quiero imaginar que estas consideraciones las comparte la propia Secretaría de Educación y las y los especialistas que han elaborado el bloque 3 ``¿Cómo somos?'', así como la lección 12 del bloque 2 ``El consumo de substancias adictivas. Un problema de salud pública''. Quiero imaginar también que fuerzas ajenas a su voluntad --¿la Iglesia, tal vez?-- han intervenido para que tales temas hayan sido obviados.