n Interpreta la partitura de Menotti en El Hábito
Con El teléfono, Susana Zabaleta le quita solemnidad a la ópera
n Hago de todo, Ƒacaso no se puede cocinar y comer bien?, dice
Mónica Mateos n Susana Zabaleta y su espléndida voz de colibrí alegre vuelven a El Hábito para quitarle la solemnidad a la ópera. Con la presentación de la divertida obra El teléfono (1947), del compositor italiano Gian Carlo Menotti, da el primer paso para conformar una ''compañía de ópera de bolsillo" que a futuro pretende ofrecer al público piezas enteras ''en chiquito, accesibles, para que las personas se diviertan y además puedan echarse un trago mientras ven el espectáculo. Si quieren venir de pipa y guante serán bienvenidos, pero si no, también", comentó la soprano.
Durante 40 minutos, el foro La Capilla, ubicado en el territorio libre y clandestino que Jesusa Rodríguez tiene en Coyoacán, será la casa donde una mujer usa un teléfono como único medio de contacto con el mundo.
A tal grado llega su afición por ese aparato que su amante tiene que abandonar el hogar y llamarle desde la calle para ser escuchado; ''desafortunadamente esta situación nos pasa muchísimo en la vida real, ya no nos vemos a los ojos para comunicarnos, preferimos un teléfono o una computadora", agregó la también actriz.
Lo placentero de este montaje no será solamente ver los ojos traviesos de Susana y su fresco fulgor debido a su maternidad, sino escuchar su interpretación puntual a una de las óperas contemporáneas más importantes del mundo por su vitalidad y eficacia dramática que reflejan el realismo de la vida cotidiana.
El mejor maestro, la vida
Zabaleta estrenó El teléfono hace un mes en el Casino Español, a petición del Instituto Nacional de Bellas Artes, acompañada por una orquesta de cámara dirigida por Enrique Barrios. Ahora, ''en chiquito", un piano se entrelazará con su voz, teniendo como contexto una escenografía caricaturesca diseñada por José Luis Aguilar.
-Quienes acostumbran poner etiquetas se desconciertan al tratar de hablar acerca del trabajo que hace Susana Zabaleta, porque le entras a todo: eres cantante de ópera, intérprete pop, actriz, comediante de cabaret.
-Sí, eso crea confusión a veces, pero hay personas a las que les gusta todo lo que hago. Es difícil, pero me gusta hacer varias cosas. Empecé en la ópera y la quiero mucho, pero también me gusta el cabaret. Pienso que ambos géneros se llevan muy bien. Para hacer todo considero que no hay mejor maestro que la vida misma. Siempre espero aprender de las cosas que hago, aunque a veces no me salgan bien.
-ƑQué pasa con el público que te conoció en la ópera?, Ƒtienen prejuicios cuando te ven hacer cabaret o cantar en las películas de Disney?
-Sí, se enojan mucho. El público que va a Bellas Artes es muy elitista y cuando me ven actuar en la película Sexo, pudor y lágrimas dicen: ''Ƒa poco también canta?". Pues sí, también canto. ƑAcaso no se puede cocinar y comer bien? Sí se puede. Es como ser mujer y ser buena amante y buena ama de casa, Ƒpor qué se tienen que contraponer las actividades?
-ƑNo te parece difícil o extraño interpretar una obra maestra en Bellas Artes y luego grabar la voz de Pocahontas?
-Me divierte que me dejen hacer toda esa gama de cosas, no sólo poder hacerlas.
-ƑQué fue lo que te enamoró de la ópera para que decidieras dedicarte a ella?
-Ver Sansón y Dalila. Fue la primera ópera que conocí, tenía 15 años. šSe me hizo tan feminista la puesta en escena!
''En Dalila vi el poder de una mujer, me enamoré terriblemente de la cantante y quise ser como ella. Me metí a estudiar ópera y al conocer a los clásicos y saber lo que es cantar acompañada por un pianista pensé que no quería hacer nada más en la vida.''
-Para ser buena soprano, Ƒse nace con una voz privilegiada o hay que educarla?
-Las dos cosas. El trabajo que hay que hacer es fuerte, sobre todo saber leer música. Por eso sería bueno que todos desde temprana edad tuviéramos educación musical. Es como otro idioma, como leer un poema.
Cantar, viaje fuerte y largo
-ƑCómo describes tu experiencia al cantar?
-Es un viaje fuerte y largo. Cuando canto me voy, me voy, me voy, tanto que nunca oigo los aplausos. Nunca sé si les gustó o no; estoy tan metida en no sé dónde que me cuesta trabajo regresar. Me gusta mucho, sobre todo saber que estoy haciendo sentir al público emociones. Por ejemplo, cuando canto los temas de Liliana Felipe, que son muy duros, las personas se clavan en ellas, las he visto llorar, sobre todo a las mujeres. Esa identificación que se logra es padrísima. Me emociono.
-ƑCómo fue ese primer día cuando subiste al escenario a cantar profesionalmente?
-Fue en Monterrey, en el teatro de la ciudad. Con un coro entero atrás, yo cantaba Romeo y Julieta, era la solista. Cuando el director me dio la señal, me acuerdo tan bien que me empezaron a temblar tanto las manos que pensé que se me iban a caer. Cerré los puños y en ese momento šfumm!, me conecté con algo y me fui, canté. Entonces dije de aquí nadie me baja, definitivamente.
-Si te pidieran que eligieras sólo una actividad de las muchas a las que te dedicas, Ƒcuál escogerías?
-No, no lo haría. Me suicidaría. Me iría al mar y no haría nada. Es como si me dijeran que nada más puedo amar a alguien, a uno. šNo! šQué nervios, qué claustrofobia! Odiaría esa cosa que hubiera elegido por serle infiel a todo lo demás.
(El teléfono, de Menotti, ópera para El Hábito con Susana Zabaleta y el barítono Oscar Sámano se estrena hoy a las 21:00 horas. Se presentará viernes y sábados a la misma hora en La Capilla, Madrid 13, Coyoacán, todo agosto y septiembre.)