En la víspera de un nuevo Informe de Gobierno es oportuno reflexionar sobre la nueva realidad social de nuestro país, donde la democracia se abre paso, gracias a la madurez de la sociedad y al impulso propiciado precisamente por el primer mandatario. Gracias a esta nueva energía social, los mexicanos podemos observar las diversas vertientes del federalismo, en virtud del respeto que existe entre los poderes.
Libertad, en todos los sentidos, es la característica de nuestro país. Esta voluntad de los mexicanos para opinar y debatir la cosa pública, no debe confundirse con la desmesura y la inestabilidad que algunos observadores pretenden advertir. A veces los protagonismos de algunas figuras públicas se imponen a las propuestas inteligentes, a la mesura natural que debe imperar en un debate.
Por eso cobra mayor relevancia el constante llamado que el presidente Zedillo ha hecho a fin de que las actitudes intransigentes, y hasta beligerantes de algunos grupos políticos, den paso al diálogo respetuoso y se incorporen pacífica y constructivamente en el proceso de desarrollo que vive nuestro país. Ya es tiempo de dejar atrás la amenaza de la violencia, el rencor y la intolerancia, puntualizó en su momento el primer mandatario.
El respeto a la integridad de los ciudadanos es indispensable para el ejercicio de los deberes cívicos. Es oportuno evitar que el odio y el rencor se apoderen de los espacios ciudadanos. Es válido invocar la crítica y la reflexión para desarraigar la desmesura y la intolerancia. Este nuevo clima de libertades ha generado alguna inquietud entre quienes aún suspiran por el antiguo presidencialismo. Auguran un clima de inestabilidad, sobre todo porque el PRI ha buscado abrir su proceso de selección para la candidatura a la presidencia entre sus simpatizantes.
Un discurso más autocrítico es el que impera en la actualidad. Por eso las diferentes ofertas políticas de quienes aspiran a ser candidatos a la Presidencia de la República. Esto, desde luego, permite a la ciudadanía reflexionar sobre el futuro de nuestro país, sobre las diferentes maneras de observar la realidad mexicana.
El propio Presidente ha demostrado respeto a la pluralidad política e ideológica. Y esto es significativo. Y definitorio. Los mexicanos tenemos la libertad de expresarnos con libertad y de proponer soluciones que beneficien a la colectividad. En el ámbito de las otras organizaciones políticas, éstas se han empeñado en buscar alianzas artificiales con figuras predominantes, anteponiendo sus ambiciones e intereses particulares. Sin embargo, la misma ciudadanía advertirá los verdaderos propósitos de estas coaliciones que soslayan programas, principios e identidad partidista, en lugar de la idea común de fortalecer el sistema de partidos políticos.
En vísperas del próximo Informe del Presidente, los mexicanos seguimos con interés la marcha de la nación. El proceso de selección del PRI, en lugar de provocar desasosiego, debe observarse como un paso trascendental en la vida política democrática del país. El buen juez por su casa empieza, indica el adagio. Por eso el PRI tiene amplio margen de maniobra. Por eso nuestro país se caracteriza por el respeto, el diálogo, el debate. Esta es nuestra nueva realidad social. Para bien de todos Ť
* Senador de la República