n Segundo encuentro de Teatro para Niños
Carballido: la furia privatizadora limita los espectáculos infantiles
n Si no se capta la atención del pequeño, ''el problema es del actor''
Mónica Mateos n La ''furia privatizadora" es la responsable de la reducción del presupuesto estatal para espectáculos infantiles, señaló el dramaturgo Emilio Carballido durante su participación en el segundo Encuentro de Teatro para Niños que se realiza en el Isabela Corona.
Al hacer un breve recuento del acontecer teatral en México, en los últimos 99 años, Carballido recalcó que siempre se ha querido ''catequizar" a los pequeños por medio de las puestas en escena, convirtiendo al teatro en una especie de ''pizarrón anexo" a la escuela.
Se pretende ''remodelar" al niño, ''olvidando que es un ser panteísta y visionario que la educación echa a perder. El niño es su contorno, ve un panal y se vuelve abeja", agregó el maestro quien dio una fórmula sencilla a quien le preguntó por qué los pequeños espectadores se aburrían en algunos montajes: ''Si no se logra captar la atención del niño, el problema no es del texto dramatúrgico, es absolutamente del actor. Un mal actor aburre a cualquiera y qué bueno que los niños lo saben".
La amenidad, Ƒdónde queda?
Criticó la insistencia de los productores tanto estatales como privados, porque las obras infantiles reditúen económicamente, olvidando con ello la calidad. Otro tropiezo que afronta la creación escénica para niños es la censura de parte de los que ponen el dinero para realizar los montajes; ''es casi imposible que quien financia las obras quiera abstenerse de opinar y meter la mano en el montaje bajo la amenaza de que si no me gusta (la obra) retiro mis centavos".
Una opción sería, en opinión de Carballido, que el teatro infantil floreciera a la sombra de un Estado ''civilizado y sin censura, que permita la crítica", como ocurre en algunos países europeos. Si bien en el seno del Instituto Nacional de Bellas Artes se ha hecho teatro bajo un clima de libertad de expresión, ''el Estado podría ser ejemplar, pues hay una gran tradición teatral que se respeta", puntualizó.
En este sentido, el autor de Rosa de dos aromas señaló que ''sería una política sensata que el Estado considerara una obligación financiar el teatro para niños, sin esperar retribución económica alguna, o al menos que no fuera una obligación para las compañías y los grupos de actores. El problema aquí es que las personas no van al teatro porque entre quienes realizan los montajes todavía existe la creencia de que el fastidio es sinónimo de profundidad. ƑDónde queda la amenidad?".
El pretexto para no hacer más y mejor teatro infantil no debería ser que no existen buenas obras. Repertorio hay, basta acudir a los clásicos, a los jóvenes dramaturgos o al propio Carballido, quien ha escrito y continúa creando suficientes textos para ser montados por las diversas compañías que se dedican a la diversión de los niños.
''Hay y ha habido interés autoral por el teatro infantil. Faltan ediciones de esos textos, eso sí. Pecamos de olvido. Se deberían colgar carteles que digan bajo cada nombre de un escritos clásico: 'autor muerto y enterrado, hay que releerlo alguna vez', y se tendría buen material para ofrecer a los jóvenes. El problema es que no hay un deseo individual de revisar a los clásicos.
''El teatro infantil debe fomentar entre sus pequeños espectadores un sentido de la solidaridad, de equipo, como sucede en el deporte pero sin el toque de irracionalidad, con un grado de inteligencia y sensibilidad y sin apartarse de la realidad. Me chocan las obras para niños que contienen juicios morales donde los papás siempre tienen la razón. El bien y el mal deberían ser lo mismo tanto entre elfos, gnomos, princesas, como entre seres humanos", concluyó.
(Las conferencias de Puro Teatro se realizan a las 19:00 horas en el Isabela Corona, Eje Central y Manuel González, Tlatelolco. Esta tarde, Cristina Pacheco entrevistará a Enrique Alonso Cachirulo; mañana se formularán las conclusiones y será la clausura. Entrada libre.)