n Aún hay varios miles de personas atrapadas bajo los escombros
Llega ya a 4 mil 53 el número de muertos por el sismo en Turquía
n Los lesionados alcanzan los 20 mil n Alertan contra consecuencias terribles en el Mediterráneo
Afp, Ap, Dpa, Reuters, Pl y Xinhua, Estambul, 18 de agosto n El número de muertos por el terremoto que azotó la región oeste de Turquía la madrugada del martes llegaba esta noche a los 4 mil 53, mientras el de los heridos alcanzaba los 20 mil, pero se desconocía cuántas personas se encontraban aún bajo los escombros; sólo en las inmediaciones de Golcuk había unos 10 mil atrapados.
Y aunque la ayuda internacional proveniente de al menos 19 naciones comenzó a fluir desde ayer, la entrega de la misma a los damnificados era lenta. Las propias autoridades reconocieron que han surgido problemas en el reparto de víveres.
"Nos gustaría algo de pan, pero asusta ver lo grande que son las filas en los centros de asistencia", comentó un cansado obrero llamado Guler Karagoz, quien como decenas de miles de personas más pernoctó anoche al aire libre por temor a que su casa, que quedó con grandes grietas, se desmoronara ante un nuevo sismo.
Las autoridades turcas informaron en su último balance que se han contabilizado 4 mil 53 cadáveres, y unos 20 mil heridos, aunque la cifra continúa en aumento a medida que transcurre el tiempo.
Precisaron que la magnitud del temblor fue de 7.4 grados en la escala de Richter, con epicentro en la ciudad industrial de Izmit, 90 kilómetros al este de Estambul, la antigua Constantinopla que une los continentes europeo y asiático.
Sin embargo, el observatorio sismográfico de Estados Unidos ubicó el movimiento telúrico en 7.8 grados Richter, con unas 300 réplicas. La más intensa ocurrió esta mañana y alcanzó los 4.3 grados Richter, indicó la televisión turca NTV.
El reconocido sismólogo griego Vasilias Papazahos advirtió que las consecuencias del sismo podrían ser terribles para toda la región del Mediterráneo oriental, pues al parecer la placa tectónica de Anatolia se movió dos metros en dirección occidental a lo largo de 80 kilómetros.
"Un movimiento de este tipo en la placa tectónica va a despertar otras fosas en toda la región", alertó.
Miles de personas se sumaron nuevamente a las penosas tareas de rescate. En ocasiones, no pocos quitaban los escombros con sus propias manos ante la tardanza de la llegada de máquinas excavadoras, mientras otras tantas personas simplemente contemplaban pasmadas las ruinas de innumerables edificaciones que se vinieron al suelo en al menos ocho ciudades del centro y el occidente turco.
Un total de 19 países, incluyendo Alemania, Suiza, Estados Unidos, España y Grecia --tradicional enemigo de Turquía--, enviaron ya a mil 55 especialistas, y se esperaba la llegada en las próximas horas de otros 200.
Los equipos hurgaban entre las ruinas, incluso con ayuda de perros de rescate en busca de sobrevivientes, en medio de un calor que llegó a los 30 grados centígrados.
Afp refirió que 60 militares franceses de la seguridad civil, que desembarcaron anoche en Yalova, balneario en la costa sur del mar Mármara, rescataron a tres personas, y estaban por lograr sacar a otra más.
Una niña de unos 10 años fue la primera rescatada gracias a los avisos de los habitantes de la zona, que informaron a los socorristas sobre su presencia. La segunda joven fue localizada un poco más tarde, también atrapada en los escombros.
Tras 10 horas de búsqueda, un hombre de 57 años fue sacado de una losa de hormigón que no se había desmoronado totalmente gracias al soporte de su cama.
Además, un joven de 26 años estaba a punto de ser rescatado a última hora de la mañana. Sólo en esa localidad el número de muertos es de 278.
Escenas similares, en las que a cada sobreviviente rescatado se le brindaba una ovación, contrastando con el silencio cuando era recuperado algún cadáver, se repitieron a lo largo de toda la zona devastada, que produce 34.5 por ciento del producto interno bruto de Turquía.
Pero la situación parecía más dramática en Izmit, donde se ubicó el epicentro, pues el terremoto provocó un incendio en la refinería de esa ciudad, la mayor de Turquía y que produce 35 por ciento del combustible del país.
El fuego no ha podido ser sofocado, y amenazaba con extenderse a otras instalaciones industriales, aunque en la madrugada de este jueves se informó que comenzó a ser controlado.
La energía eléctrica logró restablecerse en el área, lo que facilitó el aprovisionamiento de agua a los bomberos que luchaban por sofocar el fuego que se extendía por 30 tanques, que contienen 700 mil toneladas de crudos. Los bomberos sólo habían podido acercarse a la refinería para dejar caer espuma antincendio.
El primer ministro turco, Bulent Ecevit, dijo que el incendio era el mayor peligro que enfrentaba el área pues se temía que las llamas alcancen a un planta cercana de fertilizantes, que alberga unas 8 mil toneladas de amoniaco.
La policía ordenó a numerosas familias asustadas y llorosas que abandonaran el área dejando tras sí a no pocos parientes y amigos desaparecidos. Pero hubo quienes se negaron.
"Se me dijo que me fuera, pero simplemente no puedo", dijo Savas Oguzy, quien piensa que dos familiares atrapados entre los escombros aún viven.
También en las afueras de Izmit, en dirección a Golcuk, muchas personas excavaban hasta con las uñas los escombros que sepultaron a los suyos.
Savri Gur, de 41 años, titubea de cansancio, tiene el rostro rasguñado y sus manos ya son una sola llaga. "Durante cinco horas luchó por rescatar a su esposa, sus dos hijos y dos vecinos que estaban atrapados", explica uno de sus amigos.
"Desde entonces --dijo-- da vueltas alrededor de los edificios derrumbados. Fue terrible, todo pasó sólo en unos segundos".
Al dar cuenta del drama, la prensa criticó las construcciones ilegales y la insuficiencia en las operaciones de socorro. "šAsesinos!", sentenció uno de los diarios de mayor circulación, Hurriyet.
Especialistas atribuían también el elevado número de víctimas al mal estado de las viviendas. "El terremoto ha buscado a las casas peor construidas", dijo Ulku Ozer, del Colegio de Arquitectos; un científico local comentó que "los sismos no matan, son las casas mal construidas".
En todo caso el problema de los asentamientos irregulares no es nuevo, y se estima que 65 por ciento de las construcciones en el país se hicieron sin permiso o sin respetar las normas mínimas de seguridad.
Millones de personas se han desplazado, durante los últimos años, hacia las grandes ciudades, sobre todo a Estambul y Ankara, huyendo de la guerra entre el Estado turco y los separatistas kurdos en el sureste del país o simplemente escapando de la pobreza del país, que para este año tenía previsto una retracción en su crecimiento económico de 1.4 por ciento, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Por lo pronto, el Banco Mundial anunció que liberó 100 millones de dólares en créditos para Turquía, y que dará luz verde en breve para el otorgamiento de otros 120 millones de dólares.
El Fondo Monetario Internacional también hizo promesas de ayuda económica para el devastado país, mientras decenas de naciones continúan expresando su solidaridad con el pueblo turco.
Por último, la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana informó que hasta el momento no se tiene conocimiento de caso alguno de mexicanos fallecidos o lesionados en Turquía a consecuencia del sismo.
En un breve comunicado precisó que la embajada de México en Turquía ha procedido a establecer contactos con los residentes de origen mexicano en diversas localidades turcas, sin que hasta el momento se reporten muertos o heridos