La Jornada miércoles 18 de agosto de 1999

Carlos Monsiváis
El Ideario Testiculario

El nuevo spot de Roberto Madrazo es, en su género, impecable: "El problema de la inseguridad es para resolverse hoy, no a tres años. El problema se soluciona con... ustedes ya saben. Y vaya si los tengo". ƑQué es lo que tiene? ƑGranaderos, policías, agentes judiciales, hipnotistas que regeneran delincuentes, empleo a pasto, llamados al arrepentimiento, ángeles de la guarda de la ciudadanía?... šAh! Ya doy. Con Bachoco hemos topado, Sancho. Lo que promete el ex gobernador de Tabasco es mostrarse a la altura de los requerimientos de la población en materia de agallas, tamaños, o como quiere decírsele a ese impulso que no reconoce dificultades, porque las disolverá la expresión suprema de la masculinidad, la esperanza genital de la República.

Lo más interesante del spot no es lo que revela de la profundidad del debate priísta, sino su condición testimonial. Nótese cómo el ejercicio del poder se equipara con el despliegue de la vocación de bronca (porque hasta el momento nunca he oído de alguien que los tenga mentales. ƑO quién asegura: "Los tiene muy bien puestos en sus neuronas"?) Una vez más se nos insiste: la política es asunto de hombres muy hombres, y se dirime a partir de la presencia, el arrojo, la temeridad, el olvido de los riesgos físicos, la gana de partírsela con cualquiera. šAh!, y se dirime con todo y advertencia: "Mujeres, absténganse, o pónganse implantes volitivos".

Todo, menos el análisis, la reflexión, los proyectos. ƑPara qué? Quitan tiempo. El precandidato lo afirma: "El problema de la inseguridad es para resolverse hoy, no a tres años". Con esto no sólo dice que a él ya no le tocará solucionarlo, porque en el mejor o en el peor de los casos asumirá el poder dentro de año y medio, sino que todo debe hacerse de golpe, porque ni existen ni son deseables las soluciones a mediano plazo. (Las soluciones a largo plazo son asunto de la Historia, esa cobarde que se espera años o décadas para tener punto de vista). Y el mensaje coincide puntualmente con una vertiente de la política mexicana que reserva sus mayores elogios al abundante patrimonio testosterónico de los gobernantes.

"Si me han de matar mañana, que me maten de una vez". Pero ųreflexión que aún no se daų si no me matan mañana, podría dedicarle tiempo a mi programa de gobierno, a los planes y las propuestas, podría hacer algo distinto que ostentar mi Ideario Testiculario. Pero eso no suele ocurrir porque, para ser recordado, el costumbrismo político elige los actos de valor por encima de cualquier otra consideración, como si los actos de valor no conllevasen análisis previos, como si el valor consistiese en el monopolio del "ser muy hombre". Sí, el general Lázaro Cárdenas fue muy hombre cuando se enfrentó a Plutarco Elías Calles y cuando decretó la Expropiación Petrolera, pero esos hechos de arrojo genuino correspondían a un programa de gobierno, a la necesidad de manejarse sin interferencias y de desplegar la potencialidad del nacionalismo revolucionario. Destacar sólo la intrepidez es el método para situar despreciativamente el episodio. Cuando nada más eso hay, basta que otro disponga de ellos con más abundancia para ganar.

La Revolución Mexicana impuso el culto al machismo, algo muy explicable en la lucha armada, pero imposible de rendir frutos a la hora de la administración pública. A Carlos Salinas de Gortari ųal respecto hay testimonios de sobraų le deleitaban los elogios a su acervo testicular a propósito de la detención de Joaquín Hernández Galicia, pero eso no fue suficiente para eliminar el caciquismo sindical en Pemex, ni mucho menos para conducir un sexenio. ƑCuántos de esos tamaños míticos se requirieron para el proceso fatídico de las privatizaciones, y para lograr la inmensa acumulación del capital? Muchisísimos por lo visto.

El culto al machismo, además de dejar fuera de la política a las mujeres por causas anatómicas, se convierte en criterio de evaluación doctrinaria en casos de angustia de publicistas. Entonces, el machismo tabulado ("šY vaya si los tengo!") se vuelve el reemplazo de proyectos, programas, ideas, reflexiones. Así por ejemplo, Ƒla inseguridad pública se resuelve con manifestaciones de bravura individual? ƑSe nos pronostica un cuerpo a cuerpo de una persona con toda la delincuencia? ƑO ese político no temerá las consecuencias de su proceder, y pondrá él solito a funcionar un aparato de erradicación de males delincuenciales que dependerá de su ánimo combativo? ƑO más bien todo el proyecto de seguridad pública se concentra exclusivamente en una nutrida certeza fisiológica? Sea como sea, el Ideario Testiculario es un dato de la publicidad que confía en canalizar el morbo y el choteo a su favor. Las expresiones coloquiales reemplazan el pensa- miento, el Ideario Testiculario se ofrece como el último ofrecimiento del machismo. Y si se trata de personajes que depositan todo, incluida su voluntad de riesgo, en la publicidad, el PRI no puede quejarse de escasez. Si se requieren no dirigentes sino productos (a la mejor) comercializables, el PRI vaya que si los tiene.