Ť Contundentemente negó que exista ofensiva militar
Iniciativa política e incluyente para Chiapas, anuncia Rabasa
Ť Compañías constructoras pidieron seguridad, explicó
Víctor Ballinas Ť El coordinador para el diálogo y la negociación en Chiapas, Emilio Rabasa Gamboa, anunció ayer que el gobierno federal prepara una nueva iniciativa de corte político para resolver el conflicto en Chiapas y ''desea que sea lo más incluyente posible'', por ello se ha escuchado a la Comisión Episcopal, a organizaciones no gubernamentales y a grupos de defensa de los derechos humanos para incorporar sus propuestas.
No se trata de otra iniciativa de reformas constitucionales, ''esta nueva será de corte político, no de tipo jurídico'', precisó. Agregó que el gobierno no sólo no objetaría que en el Congreso se analice el proyecto de la Cocopa, que es la demanda zapatista ''que según ellos expresan da cumplimiento a los acuerdos de San Andrés'', sino que ese análisis sería bienvenido.
Rabasa ofreció ayer conferencia de prensa en la Secretaría de Gobernación para informar sobre el enfrentamiento ocurrido el fin de semana entre soldados e indígenas tzeltales. Primero, dijo que no existe una ofensiva militar ni contra los zapatistas ni contra las comunidades indígenas. ''Contundentemente niego que haya una ofensiva que involucre a un gran número de elementos del Ejército; tampoco hubo paracaidistas ni uso de gas lacrimógeno, y mucho menos balazos. Hubo un enfrentamiento, pero no pasó a mayores'', aseguró.
Explicó que tres compañías que construyen carreteras y caminos rurales en Ocosingo y Las Margaritas, solicitaron al gobierno federal y estatal seguridad para garantizar la integridad de sus trabajadores y el resguardo de sus equipos, ''ante el hostigamiento de simpatizantes del EZLN contra ellos, pues se oponen a la construcción de esos caminos''.
Por ello se enviaron a Chiapas 270 elementos de la Policía Militar que sustituyeron a los de la policía preventiva que daba seguridad a las empresas Endura, Tzusna y Gecsa, pues ''se vieron rebasados en número por los zapatistas, que primero bloquearon y luego destruyeron equipos para evitar la conclusión de los caminos y carreteras''.
A esa entidad llegaron tres compañías de la Policía Militar --a razón de 90 elementos cada una-- con equipo antimotín, escudos, cascos y toletes pero, subrayó Rabasa, ''quiero precisarlo, ni remotamente se enviaron 10 mil elementos''.
El coordinador para el diálogo y la negociación sostuvo que ''la última información de que se disponía era que en Chiapas no había los 70 mil soldados que se decía, ni siquiera la tercera parte de ese número, pero es a la Secretaría de la Defensa Nacional a la que le compete exclusivamente informar el número de militares en ese estado''.
Rabasa negó que los caminos y carreteras que se construyen en Chiapas sean parte de una estrategia militar. ''Eso es falso y les voy a explicar por qué: ya existen caminos hacia y en la propia Realidad. Tan existen caminos que esto es lo que ha permitido que lleguen todos los grupos de simpatizantes que han estado reuniéndose con el EZLN en La Realidad''.
El camino al que se oponen los simpatizantes del EZLN, apuntó el coordinador, es uno rural que está a 40 kilómetros de La Realidad y va a permitir comunicar a las comunidades de Ocosingo entre sí y con el eje troncal Ocosingo-San Quintín-Comitán.
Por ello, insistió el funcionario, es falso que mediante la construcción de estos caminos se pretenda facilitar el acceso militar, que por lo demás cuenta con otros medios de más fácil acceso por vía aérea y no necesitaría caminos.
Aseguró que el gobierno seguirá insistiendo en los mecanismos de diálogo y de negociación política para evitar que estas acciones evolucionen hacia actos de franco hostigamiento que pudieran desencadenar hechos de violencia.
El gobierno, puntualizó Rabasa, seguirá empeñado y esforzado en solucionar el conflicto a la brevedad posible, ''ha mostrado buena fe y esperamos reciprocidad de buena fe de la otra parte, pero lamentablemente no se ha recibido una expresión en ese sentido''.
Rabasa dijo en la conferencia que con el propósito de abatir los rezagos en materia social, los gobiernos federal y estatal llevan a cabo una amplia estrategia que incluye acciones en materia de educación, salud, agua potable, comunicaciones, reforma agraria y desarrollo productivo, combate a la pobreza y protección ambiental.
Agregó que existe una muy agresiva política social para atender las causas que dieron origen al conflicto, que fueron precisamente los rezagos sociales, y por eso se construyen caminos, escuelas y clínicas.
Por su parte, el diputado Gilberto Rincón Gallardo, integrante de la Cocopa, destacó ayer que con el pretexto de acabar con los rezagos sociales, el gobierno diseña y lleva a cabo una estrategia militar en la región en la cual la construcción de esos caminos permitiría ''la entrada y salida rápida de militares''.
Las carreteras y caminos rurales que se construyen no tienen un sentido social, incluso se está destruyendo lo poco que queda de la selva pues quienes van a aprovechar esa infraestructura serán quienes tienen intereses, como los grandes talamontes, agregó el diputado.
Ť La novedad es la participación de paracaidistas en Amador Hernández
Los militares se instalan ahora en las montañas
Herman Bellinghausen, enviado, Ocosingo, Chis., 16 de agosto Ť El operativo militar sobre el Valle de Amador, en la comunidad de Amador Hernández, ha tenido la novedad de involucrar paracaidistas en la instalación rápida de posiciones de combate en las comunidades de la selva Lacandona.
Si bien ya son decenas los pueblos que, contra la voluntad de sus pobladores, tienen hoy dentro de sus límites y a orillas de sus ríos numerosos cuarteles, campamentos y otras construcciones militares, en las últimas semanas, de manera poco usual, están instalándose en pueblos de las montañas.
El nuevo secretario de Gobierno de Chiapas (siempre es nuevo el ocupante de dicho cargo, pues lo cambian con frecuencia), Luis Alfonso Utrilla Gómez, declaró en Tuxtla Gutiérrez que el Ejército federal "en ningún momento" ha penetrado a la comunidad de Amador Hernández. Según el funcionario, las tropas "se mantienen a prudente distancia, tal como han podido constatarlo comunicadores que se han trasladado hasta el lugar de los hechos" en helicópteros militares.
Rechazados por los campesinos, tanto de las bases de apoyo del EZLN como miembros de la ARIC Independiente, los efectivos castrenses se parapetan y atrincheran en las tierras de Amador Hernández, en el borde mismo de Montes Azules, teniendo al frente la estratégica sierra de San Felipe. Se trata de un lugar adonde, hasta hace una semana, no había llegado la militarización, en su progresiva e incesante expansión territorial.
Cada vez son más las comunidades obligadas a vivir rodeadas por tropas federales, y de hecho sometidas a un cerco.
En los días que corren, por las cañadas de la selva pueden verse agrimensores, peones e ingenieros con sus tripiés, tendiendo hilos montaña arriba. Siempre en compañía de un contingente de soldados, los cuales, aprovechando el viaje, frecuentemente se transforman en retenes (puestos de revisión) para todos los que transitan.
Muchos de estos caminos ya están en proceso de construcción; y entonces, los soldados resguardan la maquinaria. No pocas veces, tanto los agrimensores como los trascabos son del Ejército federal, aunque la mayoría pertenece a compañías constructoras privadas. Esto quiere decir que, por una u otra razones, cada vez están en más partes los militares y la artillería.
Al parecer, las tropas aerotransportadas enviadas a Amador Hernández respaldan al secretario Utrilla cuando afirma: "no daremos ni un solo paso atrás en la concreción de este proyecto, fruto del compromiso del gobernador Roberto Albores Guillén y del presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, para hacer que los servicios de educación, salud, comunicaciones y el desarrollo general lleguen a todos los chiapanecos, sin distinción de tendencias políticas ni de niveles sociales".
A punta de bayoneta, por así decir. Y de gases lacrimógenos.
Ť Conferencia de dirigentes de Flores Magón
El Ejército, demonio gigante de la muerte en la Lacandona
Juan Balboa, corresponsal, biosfera Montes Azules, Chis., 16 de agosto Ť Perseguidos desde hace más de un año, trabajando en la clandestinidad para evitar ser aprehendidos y optimistas por mantener intacta la estructura del territorio rebelde, formada por 110 poblados de la selva Lacandona, el consejo autónomo del municipio zapatista Ricardo Flores Magón asegura que hoy enfrenta una invasión masiva del Ejército Mexicano y, al mismo tiempo, el embate de grupos paramilitares apoyados por el gobierno interino de Roberto Albores Guillén.
En un lugar de la biosfera Montes Azules, todos los integrantes del consejo reaparecieron públicamente para denunciar ''la guerra silenciosa'' que realizan ''los federales'' en Chiapas y su avance incontrolable sobre las comunidades zapatistas de valles, cañadas y la reserva ecológica de la Lacandona.
''Nos han declarado la guerra silenciosa, la mala muerte, el exterminio, por lo que el gobierno (federal y estatal) ha ensombrecido nuestro paisaje con amenazas y destrucción. Ha metido un demonio gigante a nuestras comunidades, que mal gasta los dineros del pueblo, tira recursos donde más han hecho falta. Ese demonio es el Ejército, que como una bestia, vomita muerte, amenazas y destrucción, pero que esconde la cara oculta del gobierno'', afirman Jaime, Zeferino, Olga, Leticia y Héctor, todos ellos dirigentes de Flores Magón, que mantiene su trabajo en la clandestinidad.
Jaime, un hombre delgado con pasamontañas negro, encabeza la reunión con los periodistas. La oscuridad de la noche apenas deja ver sus ojos brillantes. En representación del municipio zapatista habla de las movilizaciones de tropas del Ejército Mexicano en la selva.
''Sus armas de alto poder, sus vehículos artillados, sus helicópteros, aviones, prostitutas, alcohol, insultos, basura, prepotencia y violaciones se concentran en los más de cinco mil efectivos (otros cinco soldados entraron a mediados de julio) que se mantienen de manera regular en el territorio rebelde.
''Como los indígenas y campesinos de estas tierras somos una amenaza para su proyecto de nación excluyente y neoliberal, necesitan también la presencia regular de cientos de efectivos de la Policía de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de la República; saben que su presencia viola la Constitución de México'', informa en la reunión, a la que asistieron representantes de unas 50 comunidades de los valles de Santo Domingo y Tulijá, además de la cañada de Taniperla y la biosfera Montes Azules.
380 órdenes de captura
Desde el primer intento (10 de abril de 1998) del gobierno interino de Roberto Albores Guillén y del propio Ejército de desmantelar el municipio autónomo Ricardo Flores Magón, las autoridades judiciales han girado 380 órdenes de aprehensión contra simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y miembros de organizaciones independientes como Aric-Independiente y XiOnich, la cual forma parte del Flores Magón.
Olga, una mujer joven que pertenece a la dirigencia, explica que las órdenes de aprehensión han sido levantadas con mentiras y sobornos fr los paramilitares y el mismo gobierno interino de Roberto Albores Guillén.
Rodeada de cerca de cien dirigentes y representantes de comunidades del municipio rebelde, Leticia abunda en ''el infierno'' que han creado los gobiernos estatales y federales en la selva. Habla con un español claro:
''En todo el territorio se han implementado los llamados operativos mixtos que forman elementos del Ejército Mexicano, Policía de Seguridad Pública y Policía Judicial Federal. Decimos que se están continuando las patrullas en todo el territorio, principalmente en la cañada de Santo Domingo, ejido Arroyo Granizo, Ubilio García, Sibal, La Culebra, Limonar, Cintalapa, Viejo Velasco, Peña Limonar, La Arena, Piñal, El Tumbo y las 16 rancherías del valle del Tulijá.
''Ahí los ejércitos y policías hacen comandos de diez a 40 efectivos bien armados que llegan en tres o cuatro carros artillados y bajan en los pueblos y caminan por los potreros, milpas, cafetales, ríos y caminos.
''Si encuentran un campesino lo hacen hasta desnudarse; le quitan y tiran su carga, su maíz o su leña; lo insultan, según para ver si portan armas. Hay veces saltan de los acaguales donde están escondidos. También hacen muchas preguntas: 'ƑQué organización eres? ƑDónde están y quiénes son los zapatistas en este ejido? ƑDónde tienen sus radios? ƑDónde vienes, dónde vas? šSeguro eres zapatista, hijo de la chingada!'''
Héctor se refiere a los cinco mil soldados que entraron el mes pasado con el pretexto de un programa de reforestación.
Confirmó que la mayoría se instaló en los poblados priístas de Cintalapa y Palestina. Unos mil 500 se internaron en Montes Azules para colocar campamentos.
''En realidad, estos militares están escondiendo el reforzamiento de las posiciones militares en nuestro territorio, están escondiendo la guerra silenciosa y encubierta que nos hacen desde hace cuatro años'', apunta.
En las cinco horas de entrevista, los dirigentes reafirmaron que el municipio nunca fue desmantelado y continuó trabajando en la clandestinidad.
''Seguiremos fortaleciendo e incrementando la organización y los acuerdos del municipio para aumentar su fuerza, para lograr nuestros sueños y una vida digna'', dijeron, y se perdieron en la noche oscura y la selva de los Montes Azules.