Ť La sesión, preludio de los tiempos que vendrán
Acusa Andrade a consejeros del IFE de actuar como pandilla
José Gil Olmos y Alonso Urrutia Ť Casi al inicio del día y sin mediar tregua, el PRI marcó distancia del Instituto Federal Electoral. Sin ambages, el senador priísta Eduardo Andrade fijó la postura de su partido: "Actúan como una pandilla que se reúne para consumar una vendetta y no como una reunión institucional de una autoridad de la República".
Así, el PRI inició una retahíla de descalificaciones a los consejeros que decidieron destituir al contralor interno. Del otro de la mesa, los representantes de los nueve partidos acusaron a los priístas de intentar desestabilizar al órgano electoral. En medio de la discusión, José Woldenberg evitó responder en el mismo tono que los representantes del tricolor. La escena pareciera un adelanto de los tiempos por venir rumbo a las elecciones presidenciales del 2000.
De la inmensa tabla en forma de media luna del instituto electoral apenas humeaba el café, cuando surgieron las protestas de los priístas. Enrique Ibarra, diputado federal que aspira a la gubernatura de Jalisco, se quejó por la cita a las ocho de la mañana y calificó de draconianas (sanguinarias o severas) las intenciones de los consejeros de cesar al contralor Carlos Muñoz, por su decisión de destituir al consejero Jesús Cantú por gastos ilegales y apercibir a los consejeros Jaime Cárdenas y Emilio Zebadúa por conductas irregulares'.
En medio del bullicio se notaba la ausencia del consejero Cantú, quien decidió no asistir para no provocar más complicaciones. Ante la ausencia, el blanco de muchas críticas fue el consejero presidente José Woldenberg, a quien los priístas acusaron de recrear el sistema "centralista y presidencialista".
"Absurdo por aberrante y por grotesco convocarnos a las ocho de la mañana ƑPor qué? Simplemente con el propósito maniobrero de que no se amparara el contralor, el servidor público que se pretende destituir hoy", dijo Ibarra, autor de la queja administrativa en contra de cuatro consejeros electorales.
"ƑPor qué a las ocho de la mañana? La práctica es sesionar a las once y prácticamente, literalmente, al alba vemos reunidos a los señores consejeros con el propósito de violar la ley, (porque) no hay facultad del Consejo General para destituir al contralor", secundó Andrade.
Nerviosos, ambos fumaban, tomaban café, se removían de sus asientos y hablaban por teléfono antes de que iniciara la sesión. Los dos aseguraron que se trataba de un "juicio sumario" en contra del contralor Muñoz, quien la semana anterior tomó la decisión de sancionar a los tres consejeros, en un acto que según Woldenberg sobrepasó sus atribuciones legales.
Con la voz que lo hizo famoso en la narración de partidos de futbol, el senador Andrade lanzó la acusación de que ahora el Consejo General del IFE parece convertirse, en vez de árbitro, en el jugador numero 12, "el duodécimo miembro de la coalición opositora".
Insistió: ''Ojalá y reflexionen, porque esta sesión sería un gravísimo precedente para las instituciones de la República. Sería lamentable que la historia juzgara a quienes elegimos para cumplir el elevadísimo papel de árbitros de la contienda electoral, como una pandilla que se reúne para consumar una vendetta y no como una reunión institucional de una autoridad Republicana".
Apenas iniciaba la sesión y los ánimos ya estaban caldeados. El senador siguió con su retórica acalorada. Cuestionaba a quién designarían como nuevo contralor y si éste no sería removido si se atreviera a ''tocarlos con el pétalo de un apercibimiento''.
Remató, apuntando sus baterías a Woldenberg: ''También es increíble que los peores vicios que le atribuyen al presidencialismo y al autoritarismo se reproduzcan aquí, en este consejo, queriendo el señor consejero presidente resolver él, constituyéndose en la autoridad del contralor y decirle cómo debe resolver... Pero la reacción es autoritaria, la reacción es centralista, presidencialista: 'Aquí no se hace más que lo que yo digo'. Esa es la actitud que está asumiendo el señor consejero presidente. ƑDónde está, pues, la autonomía técnica del órgano?".
Antes de concluir, defendió a su partido de las críticas que se le hicieron, de intentar crear una crisis en el IFE a un año de las elecciones presidenciales, y acusó a la oposición de defender actos de corrupción en el órgano electoral.
"ƑA quién beneficia este hecho? Al PRI no le está beneficiando. El PRI está siendo objeto de acusaciones infundadas e indebidas, dolosas, hechas por la oposición en su conjunto, cuando la que se favorece es la oposición que pretende realizar una alianza imposible de realizar desde el punto de vista ideológico, sólo existe en el pragmatismo y en el oportunismo electoral. Qué casualidad que se da esta coalición múltiple. Y viéndolo bien: Ƒpara qué se han coligado? ƑPara defender la corrupción?".
Los priístas amagaron con salirse de la sesión, a pesar de que Andrade había anunciado que se quedarían, pero sin participar en la ''barbaridad jurídica, este abominable atropello a la legalidad y a la constitucionalidad", como calificaron la remoción del contralor, cuya ficha biográfica lo pone como miembro del PRI desde hace muchos años.
Sin embargo, una vez que se votó la renuncia del contralor, los priístas salieron del salón de sesiones de manera espectacular, seguidos de un tropel de reporteros y fotógrafos para ofrecer una conferencia en la que también participó Luis Farías Mackey.
Ante los medios, los priístas trataron de ignorar la militancia priísta del contralor y sostuvieron que es un conflicto de éste con el IFE. Sin embargo, lo defendieron a capa y espada. Argumentaron que no desacató las peticiones de Woldenberg, sino que actuó conforme a la ley.
Mientras, en el salón de sesiones, Woldenberg relataba el "giro" que había tenido la actitud del contralor una semana antes: "Justamente hace ocho días, recibí de su parte una última información que modificaba radicalmente las coordenadas de su trabajo. Por primera vez le escuché hablar de una posible destitución y de amonestaciones por dichos y hechos relacionados en el marco del Consejo General".
De inmediato Woldenberg le expresó sus dudas y de forma verbal y escrita le solicitó que antes de emitir cualquier resolución le enviara su proyecto de dictamen y el expediente que lo fundamentaba, al tiempo que consultaría en la Dirección Jurídica del IFE los alcances de una sanción como la que planteó el contralor.
''Mi solicitud no era arbitraria, no pretendía ni pretendo decidir sobre el contenido del dictamen, sino asegurar absolutamente la legalidad de la resolución. Quería estar seguro del marco y de las competencias de la propia contraloría".
Sin embargo, "el contralor falló a esa confianza; lo digo de una manera franca y no puedo sino lamentarme", expuso Woldenberg, mientras el diputado priísta Enrique Ibarra fumaba su puro y sonreía irónico.
Como lo anticiparon, los demás consejeros secundaron a Woldenberg en su postura. Incluso José Barragán aclaró que no se trataba de cubrir "un manto sobre la corrupción en este instituto", como lo había afirmado antes el senador priísta Eduardo Andrade.
Cerca de dos horas duró la agria discusión y los representantes de los nueve partidos reiteraron su apoyo al IFE. Es hora de "cerrar filas contra esta campaña orquestada por quienes se ven afectados por las decisiones autónomas de un organismo que es conquista de las fuerzas democráticas del México de fin de siglo", indicó la senadora del PRD, Rosalbina Garavito.
Para cerrar el capítulo, Woldenberg retomó la palabra y aseguró que eran "calumnias y falsedades" las afirmaciones del contralor, en el sentido de que él trató de presionar al ex funcionario para cambiar su resolución, y exhortó al PRI a ''reconstruir una relación respetuosa, ágil y productiva''.
Sin embargo, el nerviosismo prevaleció aun después de la sesión. De regreso a su oficina, el consejero Jesús Cantú aseguraba que seguiría hasta el final en la organización de las elecciones y confiaba en la unidad de los consejeros.
ųƑPor qué el PRI quiere la cabeza de Cantú? ųse le cuestionó a la representante del PRD, Lorena Villavicencio
ųPorque es una pieza fundamental en la presidencia de la Comisión de Organización que se encargará de revisar la estructura nacional del IFE, la misma a la que ha criticado por tener vínculos con el PRI.
Esta, añadió, es una parte de la explicación, la otra es que también quieren presionar a Woldenberg, "ese es su próximo embate".