Ť Festival de Teatro Nuevo León 99
Falta mucho por hacer en la formación de actores: Albanez
Ť Estudiantes de medicina escenificaron Emperatriz Dragón
Carlos Paul, enviado, Monterrey, NL., 16 de agosto Ť Los alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) se olvidaron por un momento del bisturí y de sus lecciones de anatomía para dedicarse a hacer teatro.
El grupo de ''actores" presentaron en el Festival de Teatro Nuevo León 99 la obra Emperatriz Dragón (La vida boca arriba), de Joaquín Hurtado, con la participación de diez futuros cirujanos.
Dignificar el arte de la actuación
La obra gira alrededor de un trasvestido enfermo de sida, que a manera de monólogo va narrando sobre su sórdida existencia, lo que ha disfrutado o sufrido, sus odios, sus rencores, sus deseos y sus reproches.
Un espectáculo demasiado ambicioso, ya que Luis Javier Alvarado ųel director escénicoų quiso combinar movimientos dancísticos con el monólogo de la Emperatriz Dragón, quien al evocar escenas de su pasado, éstas eran ilustradas por un grupo de ''flamas nocturnas" (prostitutas), que enfundadas en unas batas transparentes de color rojo, se desplazaban por el escenario realizando movimientos coreográficos.
No obstante que el texto es emotivo y crítico, no embonó con el concepto escenográfico y mucho menos con la iluminación. La cantidad de sillas pintadas de negro de diferentes estilos y tamaños, en las que se sentaban las flamas nocturnas, así como las mesas (de oficina) intentaban trasladarnos al ambiente sórdido de un burdel, en el que las prostitutas en lugar de fumar y tomarse un trago comían modositamente fritos y doritos acompañados con un Caribian Cooler.
''Falta mucho por hacer en toda la República, para la formación de actores'', comentó por otro lado Augusto Albanez, director brasileño a cargo de la Compañía Estatal de Colima, luego de que representara en la explanada del Teatro de la Ciudad, la obra La llave y la cerradura, del italiano y Nobel de Literatura Dario Fo.
''El teatro es una posición en la que uno tiene que aprender muchísimas cosas; tiene que saber bailar, cantar, conocer las técnicas de circo, de interpretación, de improvisación y hasta proyección de voz. Falta mucha formación para el actor, aunque esto es una característica de todos los países de América Latina.
''Percibimos que cualquiera puede hacer teatro ųagregóų, un médico cierra su oficina y dice ahora voy a hacer teatro y es reconocido haciendo teatro, pero nosotros como actores no podemos decir šah! voy a practicar la medicina o a hacer una cirugía. Entonces es necesario que se den cuenta que la profesión del actor tiene características muy específicas y que es necesario estudiar mucho para subir al escenario y así dignificar el arte de la actuación."
Nuestro trabajo va encaminado de manera esencial hacia lo que es la comedia del arte, agregó Albanez, quien con Claudia Espriella, actriz mexicana, investigan este género desde hace diez años.
La llave y la cerradura es una comedia ligera que rescata a dos personajes de los más representativos de la denominada commedia dell'arte italiana: Franceschina, una sierva de la realeza del siglo XVI, y Arlechino, un pícaro mozo.
Franceschina trata a toda costa de proteger su ''tierna y virginal cerradura" frente a los embates de Arlechino.