Miguel Barbachano Ponce
Andy Warhol, cineasta

La magna exposición de la obra de Andy Warhol que engalana estos días, con cerca de 80 obras, el Museo del Palacio de Bellas Artes, me motivó a escribir acerca de una de las vocaciones estéticas del creador estadunidense: la cinematografía. En primera instancia, ubiquemos la ''ola" (léase corriente) cinemática que en los años sesenta estremecía a los cineastas neoyorquinos independientes, grupo al que perteneció el ahora famoso creador visual de significativas (pop art) pinturas, dibujos, serigrafías y fotografías.

Aquel ''maremoto fílmico", que inundaba cineclubes y arthouses con películas de variados formatos se denomina underground (subterráneo) por su carácter semiclandestino y marginal, preindustrial y anárquico. Cine nacido con voluntad de subversión moral, política y estética, de gran rechazo que se funda en un intento de liberación individual y comunicación auténtica, cine realizado por jóvenes en cooperativa, que se improvisan de actores, operadores o realizadores, que protestan contra la guerra de Vietnam y asumen sexo y droga como algunos de sus más fuertes polos de inspiración, supone un gran vuelco, un reto para el arte de masas producido con enormes desembolsos financieros por Hollywood.

En las enrevesadas espumas de su heterogénea producción ųque Jonas Mekas trató de ordenar mediante la Filmakers Copperative y de otorgar identidad a sus creadores por medio de la organización New American Cinemaų destacó el pintor-cineasta Andy Warhol, creador de Sleep (1963), filme de seis horas de duración a propósito de un hombre dormido y de las diversas posiciones que adopta durante esas ''oscuras horas"; de Harlot (1965), cuya protagonista es una mujer y su problemática; de My Hustler (1965), en la que homosexuales, travestidos sádicos y drogadictos tratan de explicarse mediante improvisados diálogos frente a la cámara; y The Chelsea Girls, uno de los más populares filmes underground. En él, Warhol secciona la pantalla en dos partes para proyectar de una manera simultánea durante tres horas y media, monótonos y arduos comentarios acerca de problemas sociales, sexuales y religiosos.

Más allá de cualquier búsqueda social, Andy y sus amigos ųentre ellos Mekas, quien por cierto le facilitó la cámara Auriconų realizan el 25 de julio, año 64, desde el piso 41 del Time-Life Building, el que vendrá a ser su filme más desconcertante, me refiero al inmóvil documental Empire State Building con duración (léase running-time) de ocho horas efectivas de proyección que disfrutaron 200 espectadores durante su espectacular estreno en el City-Hall Cinema de Nueva York, el domingo 6 de marzo de 1965.

Así confirmó Andy Warhol su manera de dialogar no sólo con los espectadores ų''se trata de una erección de ocho horas de duración", comentóų sino también con los artistas independientes de su época, entre otros, La Monte Young que cantó en un memorable recital, una intensa variación de una simple nota durante cuatro horas. Años más tarde el cineasta-pintor realizó, con la asistencia de Paul Morrisey, dos extraordinarios filmes, Flesh (1968) y Trash (1970). Y fue a partir de estas fechas que se redujo de manera notable su quehacer cinematográfico y artístico.

Andy Warhol murió el 22 de febrero de 1987, a los 59 años, en el New York Hospital. Después de más de dos décadas, su obra visual y cinematográfica viven con popular intensidad.