Ť Protesta por ocupación


Dispersan con gas lacrimógeno mitin contra el cerco en Amador Hernández

Herman Bellinghausen, enviado, La Realidad, Chis., 15 de agosto Ť Esta mañana, el Ejército Mexicano dispersó con gases lacrimógenos una protesta pacífica que realizaban los pobladores tzeltales de la comunidad de Amador Hernández, en el municipio de Ocosingo, por la ocupación militar desatada desde el pasado día 12 en la zona.

Al menos tres campesinos y un miembro de la Comisión de Observación Civil que llegó ayer al lugar sufrieron los efectos de los gases. Esto ocurrió después de que descendieron dos helicópteros militares transportando 50 efectivos más, que se suman a los 500 que irrumpieron el pasado día 12 por tierra y paracaídas en Amador Hernández, en el valle del mismo nombre, a orillas de la reserva de la biosfera Montes Azules.

Según informes proporcionados por los representantes campesinos de La Realidad la tarde de hoy, suman ya 550 los efectivos del ejército federal que ocupan la comunidad de Amador Hernández, donde la situación es muy tensa.

Presuntamente, el objetivo de la movilización castrense es proteger las obras camineras que actualmente se realizan entre la ciudadela militar de San Quintín y la mencionada localidad, rodeada por tres cordilleras (Corralchén, Santa Cruz y Montes Azules), y habitada por bases de apoyo del EZLN y miembros de la ARIC Independiente, quienes desde el primer momento se opusieron a la inusitada ocupación militar.

Al parecer, el movimiento de tropas tiene la intención de proteger uno de los extremos de la Carretera Transelvática que construye el ejército federal a través de la reserva de la biosfera. El hecho ya había provocado preocupación entre diversos observadores en Chiapas, así como en instituciones dedicadas al estudio y protección de los recursos naturales todavía existentes en uno de los pocos espacios vírgenes y de gran riqueza que sobreviven en territorio mexicano.

"Por allí van a sacar todas las maderas preciosas de los Montes Azules", comentó recientemente un suspicaz especialista a este reportero, al analizar sobre el mapa el presunto trayecto de dicha carretera, cuya construcción no se ha hecho pública todavía. La noche del sábado, el subcomandante Marcos denunció, aquí en La Realidad, la incursión militar. Después de ello, un grupo de participantes en el Encuentro Nacional en Defensa del Patrimonio Cultural se trasladó al lugar de los hechos. Según se desprende de las informaciones disponibles, ya les tocó su bautizo de gases lacrimógenos.

Las versiones oficiales que hoy se difundieron en Chiapas sostienen que el único problema es que los "pueblos zapatistas se oponen a la construcción de caminos".

En semanas recientes se ha podido observar una inusual fiebre constructora de caminos montaña adentro, que ha invadido las regiones profundas de la Selva Lacandona. Los pobladores montañeses de Ocosingo y Las Margaritas han manifestado reiterada inconformidad y extrañeza por la construcción de vías terrestres no solicitadas por las comunidades y que tendrían, según todos los indicios, finalidades exclusivamente militares.

Para los voceros zapatistas, estos caminos y la agresiva incursión en Amador Hernández tienen la intención de cercar a las comunidades zapatistas y al EZLN "por la espalda", y atrincherarse, literalmente, sobre una de las reservas petrolíferas más ricas y secretas del hemisferio norte del continente americano.

A principios de los noventa, una compañía francesa de exploración detectó en el valle de Amador Hernández importantes yacimientos de hidrocarburos, lo cual fue notificado entonces, en primer término, a la empresa europea y al gobierno estadunidense, y sólo después a Petróleos Mexicanos y al gobierno mexicano.

De hecho, los ingenieros franceses, según recordaban campesinos de la zona entrevistados por La Jornada hace cuatro años, notificaron los hallazgos mediante telefonía satelital, de manera que el gobierno mexicano no fuera el primero en enterarse.