Ť Edgar Ceballos, ganador del Premio Nacional de Dramaturgia
Incluso en el teatro, a los ancianos se les considera ''objetos inútiles''
Ť La puerta busca profundizar en las relaciones, las fantasías y la soledad en la tercera edad
Arturo Jiménez Ť Investigador teatral apasionado y dramaturgo de "cabeza fría" que subalterna sus creaciones a las necesidades de la pesquisa, Edgar Ceballos acaba de ganar sin embargo el Premio Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera con su "pieza didáctica" La puerta, que aborda la relación de pareja entre dos ancianos.
"Tanto la sociedad como el teatro mismo consideran a la gente mayor de 50 años como objetos inútiles, como trastos viejos que deben estar arrinconados para que no estorben", arremete en entrevista el director del centro de investigación Escenología, AC, y agrega:
"Con la obra busqué profundizar en las relaciones, las fantasías sexuales, los recuerdos y la soledad durante el encuentro entre dos personas maduras. Esto es muy importante: dos personas de edad que han tenido fracasos sentimentales en su vida y la buscan rehacer. Si esto lo hubiera escrito con personajes de 20 o 25 años, las consecuencias no habrían sido dramáticamente fuertes, porque una gente de esa edad tiene tiempo para dilapidar y para el olvido.
"Pero cuando la persona ha vivido 40 años con otra gente y luego descubre que es la pareja equivocada, la carga dramática es mucho mayor. Y cuando se quiere hablar de soledad, es más fuerte ésta en una persona de 70 años que en una de 20.
"Entonces, se trataba de incidir en estos aspectos de la psique de las personas de la tercera edad y cómo propiciar los elementos de encuentro y desencuentro. Era muy importante que además los espectadores de todas las edades se dieran cuenta que estas personas muchas veces tienen más vitalidad, fantasías, esperanzas y se aferran más a la vida, porque valoran mayor medida el tiempo que les queda y buscan vivir más intensamente, con mayor calidad humana".
Sobre los motivos que lo llevaron a participar en este concurso, explica el autor de Principios de construcción dramática:
"Es parte de un proceso que he tenido siempre de validar cuestiones teóricas con mis obras. Como teórico, tengo la necesidad regular de escribir para ir verificando cada propuesta mía. La idea de enviar La puerta fue un poco porque era la primera vez que un estado lanzaba una convocatoria en el ámbito nacional para un premio de dramaturgia, y quise verificar también ese manoseado tema de la parcialidad de los jurados. No soy conocido como dramaturgo y quería ver qué respuesta podría tener una escritura diferente en un medio diferente. La última obra que monté data de hace más de 25 años. Después de eso me retiré para dedicarme exclusivamente al estudio y la investigación. Y ya no me volví a ocupar de escribir y representar mis obras".
En la dramaturgia mexicana, dice, hay dos o tres obras sobre la tercera edad, "pero son ñoñas, tratan a los adultos como viejitos retrasados mentales que se pelean por un café u otra cosa, y que sus expectativas de vida son muy limitadas, y eso es falso".
ųƑEntonces, llevaste la situación dramática hasta las últimas consecuencias?
ųEso era la importante. He observado cuestiones de la tercera edad muy vitales, por ejemplo en países como España, cómo se relacionan, cómo forman casi comunidades de interrelación muy ricas. No son estas comunidades de que se estén sosteniendo del hombro uno al otro para caminar en fila india como un discapacitado. Aquí en la ciudad de México veo algunos asomos de casi comunidad, por ejemplo los sábados en la Ciudadela, donde se reúnen a bailar danzón, lo mismo en Veracruz y otros sitios.
"Se les debería dar más atención a estas personas, no como un favor, sino como a un sector social más. Las personas maduras son marginales, y si hablamos de la defensa de las mujeres y de las opciones sexuales, también tenemos que hablar de la defensa de los ancianos, como una opción de vida. Lo paradójico es que este año fue declarado por la UNESCO como el de la tercera edad y no se ha hecho un solo evento, ya no digamos homenaje, para testimoniar la presencia de estas personas".
ųƑHay algún nexo de esta obra con El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez?
ųNo, en esta obra la sinopsis es muy sencilla: el encuentro de dos seres de la tercera edad en un restaurante, propiedad de la mujer, que es una maestra jubilada y tiene hijos, nietos y vive una enorme carga de soledad. Ella vive preguntándose por qué su anterior pareja, con la que vivió 20 años, la abandonó hace otras dos décadas con un pretexto de lo más fútil. Por qué no le dijo simplemente: no quiero ya nada contigo y me voy. Son esos abandonos pueriles que muchas veces le causan a la persona abandonada, si no un shock, sí un eterno conflicto sobre cuál es la causa: por qué se fue y por qué usó este pretexto.
"Y el cliente, el otro de los dos únicos personajes de la obra, usa peluca para aparentar ser joven y se pinta las cejas y las pestañas y el bigote de una manera muy tosca, y el rimel que usa se le corre. Usa su teléfono celular a cada momento para impresionar y, a su vez, vive una relación muy extraña, de muchos años atrás, con una pareja que tampoco es permanente, una relación ocasional, de cada fin de semana, durante 20 años".
Acerca del nombre de la obra, señala que una puerta "es la protagonista, el umbral a una supuesta habitación en donde la mujer vivió con su pareja muchos años y donde vivió otras relaciones, quizá ocasionales. Para ella el umbral de esa puerta le lleva a muchos recuerdos y reflexiones, que hace que al inicio de la relación con el protagonista sea de un amor-desamor constante.
Ceballos cuenta que hay muchas peripecias, desde el abordaje de la pareja hasta el tipo de relación que entablan. "Es un encuentro de dos personas que tienen mucho que decirse pero que no saben ni siquiera cómo empezar a hablar. Desde ahí comienzo a plantear los caracteres. Es muy importante la relación que se da entre personas adultas que de pronto se acercan, se sientan y empiezan a hablar, con una mayor facilidad que los jóvenes. Pero dentro de esa aparente facilidad de las palabras, hay una enorme carga de pasado".
Para Ceballos esta obra fue un ejercicio de composición dramática y, originalmente, la había escrito para personajes jóvenes, "pero había algo dentro de la obra que no me convencía, la dejé reposar un buen tiempo hasta que un día me encontré con el šeureka!". Fue así como les aumentó unos cuarenta años a los personajes, todo encajó y la obra funcionó.
ųƑNo ves un riesgo al manejar una intencionalidad didáctica?
ųNo, porque el proceso para llegar a una pieza es precisamente que no tenga ningún lugar común que te diga esto es así. Y para que la gente adulta que se siente acabada, porque le han dicho repetidas veces que es un viejo, pueda descubrir que sigue viviendo. Y para que los hombres que andan con las cejas pintadas, puedan admitir el proceso natural del tiempo y se enfrenten a lo que son y dejen de hacer el ridículo. O para aquellas parejas maduras que han vivido 30 o 40 años y que vivir es una rutina más; no tienen ninguna expectativa sentimental que los sacuda, están viviendo juntos y están todos marchitos, ya sólo es una relación de soportarse y tolerarse.
ųƑCómo reaccionaste al enterarte del premio?
ųNo fue algo especial, pues más que nada era el interés morboso, porque nadie me identifica como dramaturgo, sino como teórico. Me atraía más el saber la posible reacción de los jurados (Alejandro Licona, Jesús González Dávila y Juan Tovar), que nunca he tratado, aunque los conozco por su obra, que el resultado mismo. Las reacciones las conoceré ahora que hable con ellos.
ųPero también es importante el resultado.
ųSí es importante, pero tiene que entenderse que no escribo para representar obras, conociendo la mecánica de producción en este país.
ųƑO sea que se puede entender que te interesa más tu naturaleza de investigador que tu naturaleza creativa?
ųSí, definitivamente.
ųƑNo renunciarías a tu labor de investigador para dedicarte a crear?
ųPienso que no, porque es un mercado muy competitivo, en el que abundan los golpes bajos y las puñaladas traperas, en el que se gasta mucho esfuerzo en tocar puertas. Para mí pienso: desde el punto de vista de la literatura la obra está ahí, se publica y es un testimonio.
ųPero el momento creativo, el resultado creativo, te debieron generar mucha satisfacción, Ƒno?
ųNo, porque yo escribo de una manera muy fría. Incluso así fue con mi obra anterior, escrita el año pasado con motivo del centenario del nacimiento de García Lorca. Mis obras son muy complicadas y complejas. No son para un actor facilón. Esta de García Lorca es para una sola actriz, pero no es el tipo de monólogo de reflexión sino es una obra presente en la que la actriz tiene que abordar seis personajes diferentes, entre ellos uno invisible en una de las obras de García Lorca, Pepe el Romano, el pivote de la acción.
ųPero aunque seas muy frío, al obtener un logro en ese manejo complicado de tus estructuras dramáticas, Ƒno sientes un gusto, un placer?
ųSí, claro, como te puede suceder a ti con una buena nota. Pienso que estoy cumpliendo un trabajo: de escribir, de contar una historia.
ųƑNo será que estás muy apasionado con la investigación?
ųEvidentemente estoy apasionado y evidentemente siento que tengo un compromiso de documentar el trabajo teatral que se ha hecho a lo largo de este siglo, y que nadie lo ha hecho. Me es más importante eso que el contar una historia, que finalmente es ficción, no son mis sentimientos ni mis emociones.
ųPrefieres contar historias reales.
ųSí. Eso es fundamental.