DISQUERO Ť Pablo Espinosa
Rescate bancario
La capital mexicana se ha convertido, de poco tiempo para acá, en Meca, eslabón, habitáculo de delicias para la melomanía. Además de la euforia por el retorno de la música tradicional cubana, el buen gusto musical incluye la más variada, incluso insospechada apertura. A fines de mayo, por ejemplo, ocurrió al sur de la ciudad de México uno de esos conciertos definitivos que se vuelven referencia. Para consuelo de quienes no pudimos asistir, la música en láser, es decir, el disco compacto, nos ofrece compensatoria posibilidad: circula en México un par de botones de muestra de la grandeza musical del grupo italiano Banco del Mutuo Soccorso: Live in Tokio 97 y Acustico (ambos en Sol & Deneb Records, contacto en la dirección [email protected]), dupla que ofrece la perspectiva completa de las inconmensurables alcances de este grupazo de rock progresivo, que luego de casi tres décadas en la misma onda de la instrumentación inventiva y el tecladeo inconfundible de ese género, mantiene frescura, originalidad y otras cualidades sumamente entusiasmantes. El secreto, dijeron los italianos en mayo al reportero Angel Vargas, es que "una cosa es ser moda y otra ser modo", es decir, tener claro que "el manifiesto progresivo siempre ha estado con romper las reglas expresivas homogeneizantes". Una constatación de tal acierto está en este par de discos de exquisitez atemporal.
Rescate emocional
Otro de los beneficios de la aldea global consiste en que además de conciertos en vivo a placer, el melómano tiene hoy a la mano una variedad impresionante en música de láser. Pero ni aun el más obsesivo tendría ni el tiempo ni el dinero suficiente para asimilar tanta música, pues se trata ųcomo en todoų de una cuestión de calidad y no de cantidad. La era de la fonografía brinda opciones tan completas que no son sino concreciones de lo que antes eran simples sueños guajiros, una biblioteca para el oído que garantiza que siempre habrá una diferencia clara entre el comprador compulsivo de discos y el degustador de buena música, entre el consumista y el conocedor. Si a la salida al mercado de algo tan maravilloso como una caja con el opus completo de John Lennon, hubimos quienes no dudamos en desembolsar una pequeña fortuna, es porque el sentido de la música siempre estará más allá del mero objeto. Esta modalidad discográfica de las cajas con cuatro, tres, cinco discos de un mismo autor, tiene una variante del premio de consolación: uno puede echar mano de los ahorritos y comprar la caja completa, o bien un solo tomo que resume el contenido de varios discos. Pues bien: el jefe Bruce Springsteen decidió sacar en una caja de varios discos todas aquellas rolas que había grabado, pero dejó fuera de la selección final en su anterior discografía. Tanto la caja completa como el solitario consolador, que se titula 18 tracks (Columbia), son grandiosos.