Nuestro universo, Ƒes único?

Achim M. Loske

Una gran cantidad de los elementos químicos que componen nuestro cuerpo, y que se requieren para el origen de la vida en general, no se produjeron en nuestro planeta, sino durante detonaciones de estrellas que los formaron por fusión termonuclear (fusión de dos núcleos atómicos ligeros para crear uno más pesado) en su interior hace mucho tiempo. Para ello fueron necesarias varias generaciones de estrellas. La probabilidad de que se originara la vida fue impresionantemente baja; sin embargo, apareció.

Desde las primeras fracciones de segundo en que se formó nuestro universo, se tuvieron que dar las condiciones exactas para que millones de años más tarde surgiera la vida. Una mínima variación de algún parámetro físico hubiera impedido nuestra existencia y la de todo lo que nos rodea.

estrellas Así, por ejemplo, si la constante de gravitación universal hubiera resultado ligeramente menor, la materia no se hubiera concentrado para formar estrellas y galaxias. Un valor un poco mayor habría hecho que se colapsara el universo, probablemente mucho antes del nacimiento de nuestro Sistema Solar, pero ésta es únicamente una de las muchas constantes que tuvieron que tener exactamente la magnitud que tienen.

De no haber ocurrido la expansión del universo tal como se dio, reduciéndose la temperatura y rompiéndose la simetría, probablemente ni siquiera existiría la materia que conocemos.

En sus inicios, el universo era simétrico, es decir, la radiación, las partículas y sus antipartículas se encontraban en equilibrio. Al romperse éste, una diminuta fracción de las partículas (materia) ya no encontró antipartículas (antimateria) para aniquilarse unas a otras, emitiendo radiación electromagnética (luz). Como resultado de ese desequilibrio surgió un pequeño remanente de materia, que ahora forma nuestro universo.

Por otro lado, si la fuerza nuclear, es decir, la fuerza que une los protones y neutrones dentro del núcleo de un átomo, hubiera sido un poco mayor, no existirían los átomos y los elementos en la forma en que existen actualmente. Con una pequeña reducción de esa fuerza nuestro universo únicamente estaría formado por hidrógeno y helio.

Una mínima disminución en la llamada fuerza nuclear débil, responsable de la radiactividad, no hubiera acelerado la evolución de las especies sobre nuestro planeta. Debe recordarse que la radiactividad acelera la mutación de los genes. Ellos son los eslabones del material genético que determina las características de cada ser vivo. De haber sido esa fuerza un poco mayor, los núcleos atómicos más pesados actualmente ya no existirían.

Pueden mencionarse muchas otras constantes o parámetros que tuvieron que adquirir los valores que tienen para que surgiera la vida en nuestro universo. Eso es independiente de la posibilidad de la existencia de vida inteligente en otro planeta. La tolerancia de muchas constantes físicas es mínima, motivo por el cual la probabilidad de que el universo surgiera tal como lo hizo es increíblemente baja.

Si la probabilidad de que un número tan grande de constantes adquieran valores específicos es tan baja, uno se pregunta: Ƒpor qué surgió el universo tal como lo conocemos? Existen tres respuestas posibles:

a) El ajuste de los parámetros fue coincidencia. La probabilidad de que eso se diera equivale a escoger a ciegas un granito de arena determinado en una playa.

b) La elección de las constantes adecuadas es obra de un creador.

c) Existe un gran número de universos, es decir, han surgido y siguen surgiendo universos en forma constante. Muchos de ellos pueden ser similares al nuestro, pero la gran mayoría no lo es. Algunos son inmensamente mayores al nuestro, otros pueden ser microscópicos. Pueden existir por un instante o perdurar mucho más tiempo del que lo hará el nuestro. Por lo menos una vez, después de un sinnúmero de intentos, se dieron todas las condiciones para que surgiera un universo con vida: el nuestro.

A pesar de que la tercera respuesta suena sumamente descabellada, esa teoría goza de bases y argumentos científicos muy sólidos. De hecho, la existencia de varios universos paralelos no es simplemente una idea filosófica o especulación.

La existencia de varios universos ha surgido como resultado de la cosmología cuántica, en la que se manejan conceptos ampliamente aceptados y probados por la comunidad científica internacional. Jamás nos podremos percatar de la existencia de esos universos. No están lejos o cerca de nosotros, no están en nuestro pasado, presente o futuro. Tienen su propio tiempo y su propio espacio.

Para nuestras estructuras lógicas y nuestra forma de pensar, muchos de los resultados teóricos y prácticos de la mecánica cuántica y la cosmología cuántica caen fuera de nuestra capacidad de imaginación. Eso no es, sin embargo, una justificación para rechazarlos.

En el intento por profundizar cada vez más en los secretos de la naturaleza tenemos que aceptar que nuestra intuición es limitada.

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