La Jornada Semanal, 15 de agosto de 1999



Lauro Zavala

Seis propuestas para la minificción

Densos, capciosos, súbitos, estos ``reinos diminutos'', como llamó Jonathan Penner a las minificciones, representan una forma literaria típica de los tiempos que corren. Lauro Zavala, especialista en el cuento y las poéticas de la brevedad, temas sobre los que ha publicado varios tomos en Difusión Cultural UNAM, se concentra aquí en la popularización de estas ficciones ultracortas como metáforas de dos mitos modernos: velocidad y síntesis.

La minificción es la narrativa que cabe en el espacio de una página. A partir de esta sencilla definición encontramos numerosas variantes, diversos nombres y múltiples razones para su brevedad.

Aunque el estudio sistemático de la minificción se remonta a los últimos diez años, su existencia en la literatura hispanoamericana se inicia en las primeras décadas del siglo. En esta tradición los escritores y editores hispanoamericanos se han adelantado en varias décadas a otras muchas regiones del mundo.

Probablemente la minificción será la forma de escritura más característica del próximo milenio, debido a su brevedad, diversidad, complicidad, fractalidad, fugacidad y virtualidad.

Brevedad

En su introducción a una antología de narrativa experimental publicada en 1971 con el título Anti-Story (El anti-cuento), Philip Stevick señala a la narrativa extremadamente breve como una de las estrategias más arriesgadas de experimentación literaria. Durante los últimos veinte años esta forma de escritura ha dejado de ser un mero ejercicio de estilo en el trabajo de los escritores más reconocidos. El espacio de una página puede ser suficiente para lograr la mayor capacidad de evocación.

Los textos extremadamente breves han probado su fuerza pedagógica en la historia de la cultura. Este es el caso de las parábolas, los aforismos, las definiciones, las adivinanzas y los relatos míticos. Tan sólo en el terreno antropológico, recientemente se ha llegado a comprobar la universalidad del mito de la Cenicienta, cuya estructura narrativa es más persistente aún que la del mito de Edipo, pues constituye un relato breve presente en toda estructura social.

También en los años recientes hay un resurgimiento del ensayo muy breve, para el cual se utiliza simplemente la palabra corto. Y otro tanto ocurre con el cortometraje, los videoclips y la caricatura política. Los textos ensayísticos de brevedad extrema de escritores como Jorge Luis Borges, Virginia Woolf y Octavio Paz son una lección de poesía, precisión y brillantez que compiten con los textos más extensos de los mismos autores. Tal vez esto explique el resurgimiento de otros géneros de brevedad extrema, como el Hai Ku y los cuentos alegóricos de tradiciones religiosas como la derviche, la budista, la taoísta y muchas otras.

Diversidad

En todos los estudios sobre minificción se señala su naturaleza híbrida. La minificción es un género híbrido no sólo en su estructura interna, sino también por la diversidad de géneros a los que se aproxima. Con frecuencia un mismo texto ultracorto llega a ser incluido simultáneamente en antologías de cuento, de ensayo y de poesía en prosa. Un caso particular de hibridación en la escritura contemporánea son los bestiarios y las fábulas. Está ampliamente documentada la rica tradición de la escritura fabulística en hispanoamérica, en particular la escritura de fábulas con intención política en el interior de las comunidades indígenas durante el periodo colonial y hasta las últimas décadas del siglo XIX.

La tradición fantástica que produce un numeroso contingente de bestias mágicas y seres sobrenaturales es genuinamente universal. Así, además de los diccionarios de monstruos, hadas, dragones, ángeles, gárgolas y otros seres imaginarios surgidos en el contexto europeo, en hispanoamérica contamos con una gran riqueza de bestiarios fantásticos.

Este recuento de bestiarios hispanoamericanos debe incluir, por lo menos, el Manual de zoología fantástica de Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero; el Bestiario de Juan José Arreola y Los animales prodigiosos de René Avilés Fabila. En el terreno de la fábula es ampliamente conocido el trabajo paródico de Augusto Monterroso, La oveja negra y demás fábulas, recientemente traducido al latín.

El Bestiario de Indias del Muy Reverendo Fray Rodrigo de Macuspana, compilado por Miguel Angel de Urdapilleta, reúne materiales en los cuales reconocemos a la vez subtextos alegóricos y un compendio de conocimientos empíricos de diversa naturaleza. Como complemento de esta antología acaba de ser publicado el primer Diccionario de bestias mágicas y seres sobrenaturales de América, compilado por Raúl Aceves.

Complicidad

Todo acto nominativo es un acto fundacional. La responsabilidad de fijar un nombre a un género proteico ha producido una enorme diversidad de términos y diversas formas de complicidad entre lectores y textos. Pero los términos técnicos más precisos distinguen los textos en función de su extensión relativa. Veamos algunos ejemplos. Alfonso Reyes llamó apuntes, cartones y opúsculos a sus trabajos más breves. Otros autores, especialmente los que han escrito poemas en prosa, han llamado a sus textos más breves, respectivamente, detalles, instantáneas y miniaturas. Otros más se refieren a sus cuentos muy cortos como cuadros, situaciones y relación de sucesos. Estos textos son más breves que la llamada ficción súbita o incluso que la llamada ficción de taza de café o de tarjeta postal. Se trata de lo que aquí denominamos cuentos ultracortos, micro-relatos o, simplemente, minificciones.

El nombre genera expectativas específicas en los lectores, quienes esperan algo muy distinto al leer títulos como Textos extraños (Guillermo Samperio) o Cuentecillos y otras alteraciones (Jorge Timossi), aunado al hecho de que el primero está ilustrado con dibujos experimentales, mientras el segundo está ilustrado por las caricaturas de Quino. Todavía hay espacio para títulos imaginativos y precisos. Un título neutral como Quince líneas, seguido del subtítulo Relatos hiperbreves, es menos literario que el de las Microhistorias cósmicas o el sugerente 100 relatos policiacos cobardemente pequeños.

El arte de titular los textos y sus respectivas colecciones no es sólo responsabilidad del autor y el editor, pues los lectores también intervienen al hacer de una expresión literaria parte del habla cotidiana. Sin embargo, es muy improbable que se lleguen a adoptar los nombres nuevos presentados por los escritores William Peden (que propuso el término ficción escuálida), Philip O'Connor (quien propone llamar cue a los textos más breves que un cuento) o Russell Banks (quien propone llamarlos poe, en homenaje a Edgar Allan Poe). Dice Russel Banks: ``Yo escribo poes''. Difícilmente alguien escribirá en su pasaporte: Profesión: Escritor de cue.

Fractalidad

El concepto de unidad es uno de los fundamentos de la modernidad. Así, considerar un texto como fragmentario, o bien considerar que un texto puede ser leído de manera independiente de la unidad que lo contiene (como fractal de un universo autónomo) es uno de los elementos penalizados por la lógica racionalista surgida en la Ilustración. Sin embargo, esta es la forma real de leer que practicamos al final del siglo XX. Entre los Derechos Imprescriptibles del Lector, Daniel Pennac incluye el derecho inalienable a saltarse páginas, el derecho a leer cualquier cosa y el derecho a picotear. Sobre este último, dice el mismo Pennac en su libro Como una novela:

En otras palabras, la fragmentariedad no es sólo una forma de escribir, sino sobre todo una forma de leer. Veamos algunos testimonios de estas lecturas fragmentarias, en las que se toman muy en serio textos que en otro momento habrían sido pasados por alto o estudiados como parte de una unidad mayor.

Uno de los casos más interesantes es el del capítulo 68 de Rayuela, que hasta ahora ha sido estudiado como un texto con autonomía en relación con el resto de la novela. Como complemento de lo anterior también encontramos los libros de lo que Juan José Arreola llamó varia invención, así como las minificciones que conviene leer como parte de una serie. Este es el caso de cada una de las Historias de cronopios y de famas de Julio Cortázar; los Ejercicios de estilo de Raymond Queneau, o las Nuevas formas de locura de Luis Britto García.

Esta relación entre la unidad y el fragmento puede llegar a extremos de ambigüedad estructural, como en el caso de las crónicas de viaje escritas en forma de viñetas reflexivas (El imperio de los signos de Roland Barthes); el autorretrato como serie de imágenes introspectivas (Roland Barthes por Roland Barthes) o la creación de antologías cuya organización invita a leer los textos de manera sugerente.

Así, la compilación de tiny stories (historias pequeñas) elaborada por Rosemary Sorensen en Nueva Zelanda reúne a escritores chinos y australianos y les da una unidad inesperada, al dividir su compilación en seis secciones lógicas y a la vez imaginativas: ¿Quién? Historias de identidad confusa. ¿Cuándo? Historias sobre la memoria y el sentido. ¿Cómo? Historias sobre el arte de contar historias. ¿Por qué? Historias acerca de por qué la gente hace lo que hace. ¿Dónde? Historias acerca de otros lugares y otros tiempos. Y finalmente ¿Qué? Historias de resistencia. Aquí la organización de la antología es una invitación a la relectura y una afortunada propuesta de interpretación.

Estos y otros muchos síntomas de las estrategias de lectura de textos muy breves nos llevan a pensar que el fragmento ocupa un lugar central en la escritura contemporánea. No sólo es importante la escritura fragmentaria sino también el ejercicio de construir una totalidad a partir de fragmentos dispersos. Esto es lo que llamamos fractalidad, es decir, la idea de que un fragmento no es un detalle, sino un elemento que contiene una totalidad que merece ser reconocida y explorada por su cuenta.

Tal vez la estética del fragmento autónomo y recombinable a voluntad es la cifra estética del presente, en oposición a la estética moderna del detalle. La fractalidad ocupa el lugar del fragmento y del detalle ahí donde el concepto mismo de totalidad es cada vez más inabarcable.

Fugacidad

La pregunta por la dimensión estética de la minificción es una de las más complejas de esta serie. Cuando encontramos minicuentos de naturaleza marcadamente híbrida podemos preguntarnos, con razón: ¿son cuentos? Algún estudioso de la minificción ha llegado a afirmar sin ningún reparo que las mejores formas de minicuento son los chistes. Pero aquí podemos preguntarnos: ¿son literatura? Las posibles respuestas a estas preguntas se encuentran en los concursos de minicuentos, la publicación de antologías, la edición de revistas dedicadas a la minificción y la elaboración de estudios especializados. Los concursos se han multiplicado durante la década final del milenio y siguen creciendo a un ritmo vertiginoso. Tal vez el más antiguo es el Concurso del Cuento Brevísimo de la revista mexicana El Cuento, creado hace ya casi veinte años y cuyo límite son las 250 palabras.

También existe desde 1986 el Concurso del Mejor Cuento del Mundo convocado por la Universidad del Estado de Florida, cuyo límite también se ubica en el espacio aproximado de una cuartilla.

Más recientemente se han creado otros concursos en América Latina, como el Concurso Anual de Minicuentos de la Dirección de Cultura del Estado de Araguá (Venezuela), el Concurso de Minificción de la revista Maniático Textual (Argentina), el Concurso de Minicuentos y Minipoesía de la revista Casa Grande (Comunidad Colombiana en México) y el Concurso de la revista Zona (Colombia), donde se publicó en su momento un original Manifiesto del Minicuento. Por último, desde 1993 el Programa Internacional de Escritores de la Universidad de Iowa publica la revista bimestral 100 Words (100 palabras), dedicada a cuentos y poemas a partir de un tema propuesto por los editores.

En lo que respecta a los estudios especializados, pocas novelas o cuentos de extensión convencional han recibido la atención crítica que ha merecido ``Continuidad de los parques'' de Julio Cortázar. Este cuento, con una extensión de dos páginas, no sólo ha sido objeto de más de una docena de artículos especializados y capítulos de libros, sino que incluso ha sido objeto de tesis de grado y posgrado. En nuestro país, ``El hereje rebelde'' de Oscar de la Borbolla ya fue objeto de una tesis de grado.

El caso extremo de relación paradójica entre la extensión de un minicuento y la respuesta crítica que ha generado es ``El dinosaurio'' de Augusto Monterroso. Este cuento ultracorto ha sido objeto de numerosos estudios y capítulos de libros, entre los cuales se encuentra el artículo de Juan Villoro, ``Monterroso, libretista de ópera'', incluido en Los once de la tribu. Pero tal vez un indicador aún más sorprendente del lugar que ocupa la minificción en los cursos universitarios es el manual publicado en 1997 por Roberta Allen con el título Ficción rápida. Cómo crear ficción en cinco minutos.

Virtualidad

La minificción es lo que distingue a los cibertextos. Un cibertexto se produce al utilizar un programa interactivo con el cual el lector ya no sólo elabora una interpretación, sino que produce una intervención sobre el lenguaje y la estructura del texto, convirtiéndose así en coautor activo. En esa medida lo que está en juego en el cibertexto no es una representación de la realidad, sino la presentación de una realidad textual autónoma que no tiene referentes externos.

El paso del texto al cibertexto es similar al paso del papel a la pantalla de computadora. Estos nuevos medios propician la producción de nuevos juegos literarios, así como la creación de talleres de carácter interactivo y la escritura de cuentos virtuales de naturaleza multimedia.

Todo lo anterior, en el campo literario, genera lo que recibe el nombre de cuentos compactos o textos ergódicos. El término proviene de ergon (trabajo) y hodos (camino), y se refiere al trabajo de intervención realizado por el lector. Se trata de una escritura fragmentaria que genera sus propios lectores virtuales, cada uno de los cuales se concretiza en cada acto de lectura activa frente al texto. Y precisamente la minificción se encuentra en el centro de estas estrategias de descentramiento de la escritura.

Podríamos concluir recordando que en sus Seis propuestas para el próximo milenio, Italo Calvino construyó un horizonte estético a partir de elementos como Levedad, Rapidez, Exactitud, Visibilidad, Multiplicidad y Consistencia. Son propuestas surgidas de la experiencia de un escritor ejemplar. Las propuestas presentadas aquí son sólo otras tantas maneras de elaborar un homenaje al género de mayor Brevedad, Diversidad y Fugacidad de la escritura contemporánea, y un reconocimiento a su potencial de Complicidad, Fractalidad y Virtualidad. La minificción es la clave del futuro de la escritura, pues en cada minitexto se están creando las que podrán ser las estrategias de lectura que nos esperan a la vuelta del milenio.


Doxografías

Juan José Arreola (México)

Los habitantes de Ficticia somos realistas. Aceptamos en principio que la liebre es un gato.

Errata

Max Aub (España)

Donde dice: La maté porque era mía

Debe decir: La maté porque no era mía

El cortés

Max Brod (Checoslovaquia)

Una tarde, Kafka me visitó, y atravesó impensadamente una pieza donde estaba recostado mi padre. Este se despertó, y Kafka murmuró al pasar:

-Le ruego, considéreme un sueño.

Dormido

Antonio Fernández Molina (España)

Al despertar se dijo:

-Ha sido un mal sueño. Estoy fuera de la celda.

Pero estaba dormido.

Fantasmas

G.C. Lichtenberg (Alemania)

No sólo no creía en fantasmas, sino que ni siquiera les temía.

Amor 77

Julio Cortázar (Argentina)

Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.


Angeles

Leo Eduardo Mendoza (México)

Todas las mañanas se levantaba entre plumas y soñando con que el ángel de la guarda -su dulce compañía- lo había visitado. Dejó de creer cuando descubrió que aquellos blandos plumones nacían de las costuras que bordeaban los almohadones de su cama.

Ese tipo es una mina

Luisa Valenzuela (Venezuela)

No sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su salud de hierro, de su temple de acero o de sus cabellos de plata. El hecho es que finalmente lo expropió el gobierno y lo está explotando. Como a todos nosotros.

Controversia

Sergio Golwarz (México)

La Infinita Sabiduría y la Infinita Ignorancia, que vivían desconociéndose desdeñosamente, fueron obligadas a enfrentarse por los mediocres -que esperaban gozarse con ellas-, para que dirimieran sus diferencias sobre lo trascendental.

Nunca se supo el resultado de tan curioso duelo, porque ambas usaron el silencio como único argumento.

Canción cubana

Guillermo Cabrera Infante (Cuba)

¡Ay, José, así no se puede!

¡Ay, José, así no sé!

¡Ay, José, así no!

¡Ay, José, así!

¡Ay, José!

¡Ay!

Cuento de arena

Jairo Aníbal Niño (Colombia)

Un día la ciudad desapareció. De cara al desierto y con los pies hundidos en la arena, todos comprendieron que durante treinta largos años habían estado viviendo en un espejismo.